Colombia, miércoles 4 de noviembre de 2009
--------------------------------------HORACIO SERPA
Señor Presidente y amigo:
Acepte este medio para enviarle un cordial saludo y mis mejores deseos por su bienestar y la prosperidad del querido pueblo venezolano.
Aunque sé que no es el medio más apropiado para tratar estos temas, me obliga la gravedad de los acontecimientos. En la frontera acaban de asesinar a dos miembros de la Guardia Nacional venezolana y deseo expresar de manera pública mi repudio a tan execrables crímenes y hacerle llegar a usted y su nación las más expresivas manifestaciones de solidaridad y condolencia. Sé que el pueblo santandereano me acompaña en este sentimiento.
También los colombianos fuimos estremecidos por la masacre de una decena de compatriotas ocurrida en el estado del Táchira. En Santander enterramos a algunos de ellos. Estoy seguro que las autoridades de su país sabrán identificar, capturar y castigar a los responsables.
Los colombianos queremos a Venezuela. Históricamente hemos sufrido dramáticos aconteceres, gozado jornadas gloriosas, trabajado propósitos comunes. Siempre en el marco de mutuas y generosas solidaridades, con respeto y amistad. Las dificultades que en ocasiones nos han embargado, han sido resueltas con el empeño de los dos países y la sentida gestión de sus gobernantes. Sin excepción, esa ha sido la pauta que nos ha permitido ser buenos amigos, gratos vecinos, hijos del genio de Bolívar.
Hoy, por desgracia, los criminales pretenden imponer el rumbo de las relaciones bilaterales.
No obstante, todo nos identifica, todo nos junta. Así algunos no lo quisieran, estamos destinados a permanecer unidos, por la geografía, la historia, la gente y los intereses comunes.
No ha sido esta una buena época para los entendimientos. Pero los aconteceres por graves que sean, las decisiones gubernamentales por opuestas, las posiciones políticas por contradictorias, no pueden imponernos un futuro de confrontación y de enemistad. No se desea allá, ni aquí. No le conviene a nadie.
Emocionado le escuché decir que ama a Colombia. Estoy seguro que el Presidente Uribe también ama a Venezuela. Muchos deseamos que ese sentimiento mutuo se imponga sobre las contradicciones, y aún en las diferencias prevalezcan la hermandad y el interés general.
Es imperioso que nuestros dos mandatarios restablezcan el diálogo y retomen las relaciones con franqueza y transparencia.
Señor Presidente, visite a Santander. Hónrenos con su presencia. El pueblo santandereano lo acogerá con respeto. Invitaremos también al Presidente Uribe. Ustedes dos en su liderazgo, sin protocolos, sin barreras, sin necesidad de previas y artificiosas discusiones, espontáneamente, en un ambiente cordial, reencontrarán el camino de la amistad y llegarán los acuerdos.
Usted, señor Presidente, es un luchador con profundas ideas sociales y un compromiso grande con Latinoamérica. No abandone el propósito de lograr que Venezuela y Colombia definan su futuro en la integración, la paz, el respeto mutuo a su soberanía y la colaboración. Nunca me cansaré de decir que las dos naciones son hermanas siamesas, unidas para siempre. Es la hora de mirar el futuro con fe y esperanza y de recomponer las relaciones en un acto de grandeza que llene de orgullo al Libertador.
HORACIO SERPA U.
Gobernador de Santander
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