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miércoles, 29 de diciembre de 2010

En 2011: reconstrucción, transparencia y paz

Miércoles, 29 de diciembre de 2010

-----------------------------Por: Horacio Serpa

2010 termina como uno de los años más movidos de las últimas décadas. Son tantos los acontecimientos que es imposible enumerarlos todos en una sola página. Basta decir que en la lista de cosas positivas esta la liberación de varios secuestrados en poder de la guerrilla, la muerte en combate de los más sanguinarios jefes militares de las Farc, la enérgica defensa de la Constitución realizada por la Corte Constitucional, la elección del Presidente Santos, el renacimiento del Partido Liberal, el restablecimiento de las relaciones con los países vecinos, el destape de las chuzadas, el castigo a los parapolíticos, la grandeza de la Corte Suprema de Justicia, la elección de la nueva Fiscal General y la aprobación de una nueva ley de víctimas.

Nuestra democracia termina fortalecida y se consolida como una de las más maduras y sólidas del continente. Aquí nunca habrá espacio para aventuras populistas ni mandatos eternos. Aquí la tiranía no tiene cabida. La Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia defendieron la institucionalidad y salvaron la democracia.

A pesar de esos logros, al mismo tiempo, se vivieron los más oscuros capítulos que una democracia puede vivir: las chuzadas del Das, las acciones ilegales contra políticos, líderes de la oposición, periodistas y magistrados de las Altas Cortes son una vergüenza nacional. A pesar de que ya se conoce gran parte de los hechos, aún el país espera que se castiguen a los verdaderos culpables, no a las señoras de los tintos de la Corte Suprema de Justicia, ni a los escoltas de bajo rango del Das.

El caso de las chuzadas es mil veces más grave que el Watergate, que significó la renuncia del Presidente Nixón en Estados Unidos. Las averiguaciones ya llegaron a los entonces asesores y el secretario General de la Casa de Nariño. Los falsos positivos nos avergüenzan como sociedad y como Estado. El país pide que no haya impunidad

2011 será un año lleno de noticias. En el campo judicial se esperan fallos decisivos en el caso de las chuzadas, AIS, Fondelibertad, la Dirección Nacional de Estupefacientes, Incoder, las contrataciones corrompidas, y tantos otros escándalos de corrupción que han revelado la conspiración de altos funcionarios y empresarios para saquear el erario, entregar el Estado a los paramilitares y lastimar la democracia. En campo político habrá elecciones y tendremos que elegir a los mejores. Habrá un nuevo mapa político.
2011 tiene que ser el año de la lucha contra la corrupción, la reconstrucción de Colombia y la búsqueda de la paz.

A esa labor tenemos que entregarnos todos. Por mi parte, seguiré luchando porque Santander siga contribuyendo al mejoramiento de Colombia, con pulcritud y criterio social y para que entre todos reconstruyamos las vías, los pueblos y la infraestructura arrasada por el invierno. Ese es mi propósito como Gobernador y ciudadano. Feliz año nuevo para todos.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Derrotar la corrupción

Miércoles, 17 de noviembre de 2010

-----------------------------------Por Horacio Serpa

La corrupción es el cáncer de la democracia. Y está haciendo metástasis en Colombia. Con razón el Presidente Santos ha encendido las alarmas y ha fijado la derrota de ese delito en el mismo nivel que el terrorismo.
No hay cifras concretas de cuánto de la riqueza nacional se queda en los bolsillos de los corruptos, llámense contratistas, dirigentes políticos, empresarios, organizaciones criminales. La pobreza aumenta de manera vertiginosa de la mano de estos delincuentes que se roban la plata del desarrollo y el bienestar social, para financiar sus proyectos personales o grupales.

El caso más aberrante es el desfalco a la salud. Para nadie es un secreto que en muchos lugares del país esos recursos se han desviado hacia particulares, pero principalmente a los paramilitares, que saquearon la red hospitalaria y convirtieron los centros médicos en sitios de mala muerte, literalmente, en donde la gente va a morirse no a sanarse, en manos de personal que no recibe salarios durante años y no cuenta con elementos para realizar sus labores.

Basta escuchar las declaraciones de los paramilitares en Justicia y Paz para constatar esa realidad y visitar los hospitales de las zonas de influencia paramilitar para constar dicha realidad. No en vano el sistema de salud está quebrado. La plata se la roban de manera descarada los corruptos, armados y desarmados, sin que nadie haga nada para evitarlo. Pero así ocurre en todo el país, además, con los recursos para la educación, el agua potable, las carreteras, y un largo etc.

En los últimos días los medios de comunicación se han encargado de destapar muchas de esas ollas podridas. El olor es nauseabundo. El más notorio es el caso de los Nule, cabeza de los carteles de la contratación en Bogotá.

También se han destapado actos de corrupción en Fondelibertad, el Das, Incoder, Dirección Nacional de Estupefacientes, Banco Agrario, Inpec, Dian, Ingeominas e Inco. Tremenda labor tienen ante sí los órganos de control para identificar y castigar a los culpables de semejante tragedia nacional.
El Gobierno Nacional tiene que poner la lucha contra la corrupción como un objetivo nacional, si es que queremos avanzar en el fortalecimiento de la democracia, el logro de la paz y la generación de garantías para la inversión extranjera. No podemos seguir siendo una nación que se vanagloria de ganar la lucha contra el terrorismo, pero pierde todos los días la lucha contra los corruptos, que son langostas que se devoran el bienestar colectivo.

Esa cruzada nos involucra a todos los colombianos, pero debe comenzar con la aprobación de una ley anticorrupción que le otorgue verdaderas herramientas al Estado para desmontar ese flagelo. El Congreso tiene que demostrar que sí es digno de nuestra confianza. Nos merecemos ser una nación donde ser honesto sea una virtud y no una rareza. Hay que borrar el criterio de que la política es para enriquecerse y el Estado para esquilmarlo. La impunidad no puede ser el sello de nuestra nación.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Adelante contra la corrupción

Colombia, miércoles 8 de septiembre de 2010

HORACIO SERPA
El nuevo gobierno nacional comenzó bien. Lo señala la gente. Lo dicen las encuestas. Se nota en el ambiente, mas tranquilo, sin pugnacidades innecesarias, marcado por el signo del optimismo. A un mes del comienzo se puede asegurar que el país está contento con el doctor Santos y su importante equipo de colaboradores.

El lunes pasado se presentó la política pública contra la corrupción. Una propuesta de importantes figuras que buscan cerrar los espacios a los defraudadores de los presupuestos oficiales, tan asediados por toda clase de pillos. La iniciativa fue bien recibida, porque nada hay mas inconveniente, ni mas odiado por la gente, que las actividades cumplidas en la función pública para quedarse con los recursos económicos que el Estado en sus diferentes niveles e instancias asigna para atender los requerimientos ciudadanos y las necesidades comunitarias.

Bien, entonces, que se vigile el comportamiento de los funcionarios públicos, especialmente en materia de contratación. Y que vengan inhabilidades y condignas sanciones. Hay que extender la severidad de los reproches a los particulares que con sus asedios y ofrecimientos logran quedarse con los contratos y las licitaciones. Recordemos el famoso verso de Sor Juana Inés de la Cruz: “Y quien es mas de pecar, aun cualquiera mal haga; la que peca por la paga, o el que paga por pecar”.

Importante es que actúe la Administración de Justicia. La impunidad estimula el crimen. Sin desatender las garantías propias de los procesos judiciales, respetando la presunción de inocencia, pues somos un Estado Social de Derecho, ha de cumplirse el adagio según el cual, “quien la hace, la paga”.

Actualmente se adelanta un importante debate sobre el tema de las regalías del petróleo y los minerales. Un recurrente argumento en contra de los territorios, es la corrupción. “Se están robando las regalías”, se argumenta con estridencia. Pero cuando se miran las estadísticas del año 2.000 al 2.009, según la Fiscalía, se han dictado 25 Resoluciones de Acusación contra Alcaldes y funcionarios departamentales. Y en sus oficinas están registradas 6 sentencias por mal uso de regalías. No hay razones para tanta algarabía.

Duro, pues, con los corruptos, pero con razones y sentencias en la mano.

Los políticos debemos hacer mucho en la lucha por la transparencia. Principalmente, dando buen ejemplo. Algunas veces con fundamento, muchas otras sin razón, los políticos tenemos fama de corruptos. Pero no es cierto que política sea sinónimo de corrupción. Por eso cada actuación de un político, debe ser limpia, pública, contundentemente seria y transparente. Y cuando tengamos la oportunidad del servicio gubernamental, realizar una gestión pulcra, sin mácula. Reivindicar ante los ojos de la ciudadanía la función política, es tarea de los políticos. Para que la gente vuelva a creer.

Demos todo el apoyo al gobierno nacional en esta importante cruzada ética que favorece el interés social. Desde las gobernaciones y las alcaldías es bastante lo que podemos hacer. Lo requiere el país. Lo exige la gente. ¡Adelante!

lunes, 21 de junio de 2010

La suerte de Colombia esta echada

----------------------------------------------Por: Maria Teresa Prada Serrano
---------------------------------------------------Periodista Independiente.

La suerte esta echada. Sigue el continuismo, la delincuencia, la falta de respeto a las instituciones de la Justicia, el enriquecimiento ilicito de hijos de presidente, miembros del estados y militares. Sigue la opresión a las clases menos favorecidas, que tienen que recurrir a auxilios de vivienda, alimentación y nutrición para sus hijos. Sigue la venta de puestos en alcaldias y gobernaciones por medio de concejales y diputados, representantes y senadores.

Siguen los contratistas de siempre robandose los dineros producto de los impuestos que pagamos. Se seguiran imponiendo nuevos impuestos, porque si Santos es formado en las toldas uribistas tendra que derrochar mucho más para quedar a su altura.

Por lo menos cuando se vota con dignidad, conciencia y transparencia, queda la gran satisfacción del deber cumplido con el voto y la democracia y estaremos atentos a las "embarradas" y "picardías" del elegido para recordarle al pueblo que cada gobernante tiene que llevar la carga de su propia elección y que formaron parte del combo que lo ayudaron a elegir. El tiempo nos dará la razón.

Olvidemos de la cancaneada seguridad democrática, no fue tan buena cuando al verse sacudidad por la hora verde reverdecio de nuevo, dejando una estela de muertos y victimas inocentes o será eso otro nuevo falso positivo? nada de raro seria concociendo las andadas de quiénes las han ejercido. En lo alto hay un ser que lo ve todo y mira dentro de la conciencia de cada uno. El será al final el encargado de juzgar a quiénes nos hayamos equivocado.

sábado, 19 de junio de 2010

Ni un paso atras‏

-----------------------------Por: Maria Teresa Prada Serrano
-------------------------------Periodista Independiente.

Cuando se vive en un país hermoso como Colombia, nos duele el alma de ver la miseria y la corrupción que reina en él. Aquí todo vale, sin importar a quién se lleve por delante. Todo tiene una excusa, a todos nos hacen las cosas a las espaldas. Los unos nos tapamos con la cobija de los otros y asi sucesivamente, por eso es que hemos enriquecido a unas pocas familias de la banca, el comercio y la industria y hemos alimentado a cualquier parranda de paracos, guerrilleros, senadores, representantes, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, contratistas y vividores, patrocinamos la guerra y nos quedamos callados ante los atropellos que se nos cometen por miedo, por temor y por tener rabo de paja.

¿Porquè no miramos para votar?, no pensamos en nuestro futuro, no creemos en un Dios y menos aún nos capacitamos para ser alguien bueno, honesto, transparente y legal en la vida.

preferimso la vida fácil. El si yo estoy bien que a los otros se los lleve el Diablo, alcahuetiamos a los delincuentes, a los politicos, peleamos con la justicia cuanado castiga y penaliza a los delincuentes.

Es este el país que quierena tengan nuestros hijos, nietos y las generaciaones futuras. ¿Quieren ustedes que mañana se les pregunte: Porqué fueron tan sirvenguenzas? Por eso votare por mi dignidad y lo invito a que usted lo haga. No deje de votar. Es un derecho y una obligación como ciudadano colombiano.

El domingo 20 de junio, el futuro de Colombia esta en sus manos.

sábado, 24 de abril de 2010

Corrupción: el sustento de la guerra

Tomado de Elespectador.com

Por: Sergio Otálora Montenegro

NUNCA HABÍA SIDO TAN CLARO COmo en estos últimos ocho años: para que el discurso y la praxis de la guerra sean posibles, es necesario construir un complejo entramado de corrupción destinado a consolidar, legitimar y continuar un proyecto de poder autoritario. Esa podría ser la síntesis de la llamada seguridad democrática.

No es que la bala vaya por un lado y la podredumbre por el otro. No son compartimentos estancos. Las dos dimensiones se complementan, se entrelazan: la transgresión permanente de la ley, por aquellos que dicen defenderla e incluso dar su vida por ella, es herramienta fundamental para perpetuar la violencia, desde las altas instancias del Estado.

Ante el objetivo de derrotar a la subversión, este Gobierno no ha tenido límites éticos. La razón es clara: la popularidad del caudillo se interpretó como carta blanca para hacerle el quite a las normas. Por lo tanto, en las cumbres del poder uribista, existió la íntima convicción de que el pueblo, exasperado ante la vesania guerrillera, tendería un generoso manto de complicidad ante las acciones torcidas (pero necesarias) del Gobierno.

Parecía que los resortes morales de la sociedad colombiana se habían perdido, en esa locura desatada de buscar que las Farc mordieran el polvo a cualquier precio. Sin embargo, los resultados de las elecciones parlamentarias demostraron que todos estos escándalos (las chuzadas del DAS, por ejemplo) sí estaban quedando registrados en la conciencia ciudadana.

La impresionante bola de nieve que se ha echado a rodar desde entonces con la candidatura de Mockus, es la constatación de que el electorado, y sobre todo los jóvenes, le están pasando una enorme cuenta de cobro al cinismo uribista. Que el Partido Verde haya enarbolado la bandera ética, bajo conceptos como “la vida es sagrada” o “el fin no justifica los medios”, es un intento exitoso de quebrar en mil pedazos el andamiaje de corrupción que sostiene y justifica la guerra.

En la Colombia de hoy, recuperar el respeto a la Constitución es de hecho una revolución democrática de enormes consecuencias. Pero hay que evitar el voluntarismo: Antanas no es el mesías cargado de milagros.

De entrada, el Congreso es de mayoría uribista. Varios de sus miembros repitieron la estrategia triunfadora: pactos con los paramilitares y narcos, en el ámbito regional, para aceitar la maquinaria electoral a través de la dádiva o de la intimidación armada. Ese poder local no se dejará arrebatar, por las buenas, es decir, por la vía democrática, sus privilegios y luchará, con los medios torcidos de siempre, para que fracase cualquier proyecto alternativo.

Gane Mockus la Presidencia en la primera o segunda vuelta, con alianzas o sin ellas, tendrá que demostrar, desde el primer minuto, que su propuesta ética tiene efectos políticos prácticos: abrir las compuertas del poder a la participación de los sectores excluidos de siempre, a través de la desarticulación nacional y regional de los mecanismos de la violencia contra el opositor político. Esta lógica conducirá, de manera inexorable, a la revisión profunda de la estrategia militar contra la guerrilla. Ahí sabremos si el proyecto de los verdes tiene dimensiones históricas o es apenas la continuación, con otras caras, de la fórmula uribista de tierra arrasada.  Noticias en http://www.bersoatv.com/

miércoles, 21 de abril de 2010

No mas Das

--------------------Colombia, miércoles 21 de abril de 2010

--------------------------------HORACIO SERPA

Cada día que pasa el país se entera de más hechos que revelan la enorme decadencia y corrupción que ha corroído al DAS en los últimos años. Por sus actuaciones ilegales y abusivas es hoy una amenaza para la democracia y los ciudadanos y su cierre es un imperativo ético. Una urgencia nacional.
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El DAS es la policía política de Colombia y responde directamente a la Casa de Nariño. No es una institución que pueda considerarse una rueda suelta, en donde el director de turno tome decisiones al libre albedrio.
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El DAS comenzó su desplome el día en que paramilitares y narcotraficantes lograron infiltrarlo y convertirlo en su principal aliado en su lucha contra el Estado, carteles de droga enemigos, la oposición política y las Organizaciones No Gubernamentales. En las sesiones de justicia y paz se ha escuchado hablar de que esa entidad se convirtió en el aliado de los hermanos Castaño Gil contra Pablo Escobar. En sus memorias, Jorge 40, también lo afirma.

La historia revelará algún día qué tanto intervino esa institución en los magnicidios que aún nos duelen a los colombianos, como el asesinato de Luis Carlos Galán, José Antequera, Carlos Pizarro, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, y el atentado al ex presidente Ernesto Samper. Y los asesinatos de cientos de líderes de oposición, defensores de derechos, desplazados, académicos.

Los últimos episodios son los más dramáticos. El escándalo de las chuzadas son la etapa final de una institución decadente que convirtió las salas de grabación, en laboratorios para fisgonear la vida de los magistrados, periodistas, dirigentes políticos, directores de ONG. Una verdadera vergüenza. Un tinglado de corrupción y desprecio por los derechos humanos y la democracia orquestado y dirigido por la élite de la entidad.
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La valerosa acción de la Fiscalía General de la República y de los medios de comunicación ha permitido conocer el grado de penetración de las mafias y de los enemigos de la democracia. Cada documento que aparece genera más sospechas y produce más rabia.
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El manual para desprestigiar a los candidatos presidenciales en la contienda de 2006 no se le hubiera ocurrido a Goebbels. Pero se aplicó con rigurosidad. A mí se me trató de ligar con el ELN. El seguimiento de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional es, igualmente, un escándalo que sigue creciendo en plena campaña electoral. Ojalá llegué hasta los verdaderos instigadores y autores intelectuales.
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Todo cuanto ocurre en el DAS repugna. Y duele. Es una afrenta que la entidad encargada de garantizar los derechos de los colombianos se haya convertido, por culpa de gente inescrupulosa y ruin, al servicio de oscuros intereses, en una copia de la Stasi alemana o la Dina chilena.
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Colombia aún no conoce el capítulo final de este atentado contra la democracia. Apoyamos a la Justicia en su labor de identificar y castigar a los culpables. El país reclama la verdad de lo acontecido.

jueves, 8 de abril de 2010

No podemos darnos el gusto de perder‏

------------------------------------Por: Maria Teresa Prada Serrano
---------------------------------------Periodista Independiente.

Si amigos y colegas, no podemos darnos el gusto de perder en las proximas elecciones se hace necesario la unión de todas las fuerzas, para combatir la corrupción galopante, que atropella el país.
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Esos los que nos gobiernan son los mas corruptos de la historia colombiana y se camuflan con uniformes de ovejas, cuando en realidad es que son son vengativos, resentidos, amargados, intolerantes, neuróticos y con mas ansias de dinero y poder, por todo lo anterior es que el pueblo colombiano, hoy por hoy se desangra, los campos estan cubiertos de muertos, los rios ya no son fuentes puras de aguas, sino ríos de sangre humana.
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Los campos son de los ricos, las ganaderia son de los ricos, las ciudades son de los ricos, la banca es de los ricos. ¿Y que le pertenece al pueblo? Nada y cuando digo nada es nada, porque ya les roban y coaccionan hasta para recibir los mendrugos que bota la presidencia a los mas desválidos y menos favorecidos.
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Nos merecemos un gobierno altruista, un gobierno correcto, un gobierno de gentes serias, donde las roscas desaparezcan y la gente valga por sus conocimientos, su preparación. Un país donde el Congreso lo integres hombres de bien no hampones, paracos, guerrillos y demas como es la compisición de la actual, de la cual la mayoria estan en las cácrceles o han sido procesados por ser delincuentes no solo de cuello blanco, porque hasta matones han resultado. Y menos de la que llega donde la continuidad de los anteriores se hace sentir con las esposas, mozas, amantes, amigas, y familiares de los que están en la cárcel. Es decir los mismos con peores cosas por verse.
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Debemos elegir un presidente de clase, categoria, sentido humano, ejemplar en su vida personal, familiar y como cuidadano público.
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Es el momento que reaccione con la razón, no con la necesidad de su estómago, con la necesidad de apoyar el amigo a sabiendas de que es un hampon de la politica.
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Piense muy bien si entre Pardo, Mockus, Petro, Vargas, Santos o Nohemi hay alguno que valga la pena. Si es asi un paso adelante y sino no vote, recuerde que la mayoria de voto en blanco obliga a nuevas elecciones y da la oportunidad a nuevos candidatos, ya que estos no podran elegirse nuevamente.
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Tenga dignidad, tenga valentia. Piense en el futuro que se merece, piense en Colombia uno de los paises mas ricos del mundo en aguas, zonas verdes, especies animales, riquezas minerasles y lo mas importante USTED un ser maravilloso acosado por los vándalos que nos acosan. La decisión es ahora o nunca.

jueves, 19 de noviembre de 2009

LA DESINSTITUCIONALIZACIÓN DEL ESTADO COLOMBIANO

Tomado de la Revista INSURRECCIÓN

La crisis que atraviesa el Estado colombiano se expresa de múltiples maneras, resaltándose el proceso de desinstitucionalización y desprestigio a que ha llegado, de la mano de la élite dominante corrupta y carente de ética, acelerado durante el régimen del Presidente Uribe, configurando cada ves más unos perfiles dictatoriales.

El Congreso de mayoría uribista entroncado con el narcoparamilitarismo, como lo demuestra el proceso que se sigue a más de cien parlamentarios entre condenados e investigados, legisla, ajusta leyes y acomoda las instituciones a la medida de las conveniencias e intereses de la casa presidencial, pasando por encima del Estado de derecho y enlodando la ética y moral pública. Igual ocurre con la mayoría de las Instituciones casi todas bajo la égida del uribismo, controladas mediante el uso de métodos inmorales y criminales como las corruptelas, intimidaciones y presiones indebidas.

Esas instituciones convertidas en entes de “bolsillo” avalan y guardan silencio cómplice ante los delitos, decisiones arbitrarias y antidemocráticas adoptadas por el gobierno apoyadas en la supuesta legitimidad fundada en un llamado “estado de opinión” con que el “mesías” se siente ungido y con derecho de hacer y deshacer sobre el interés nacional y el destino de los colombianos.

El ejemplo más contundente es el comportamiento de ellas, frente a la firma del acuerdo que autoriza la ocupación del país por bases militares gringas y que ha sido rechazado por las mayorías nacionales como una indigna violación de la soberanía y un desconocimiento de la norma Constitucional, pues la presencia de tropas extranjeras en el país, debe ser aprobada previamente por el Senado de la República. En este mismo sentido se ha de pronunciado el Consejo de Estado.

Pero el Congreso colombiano se hace el sordo, desentendido y guarda silencio ante la afirmación del Presidente enfatizando que el acuerdo no requiere la aprobación del Senado. Mientras ésta es la postura del “virrey en la Colonia”, el Presidente del Imperio es obligado a llevar el mismo acuerdo para que el Congreso de los Estados Unidos lo estudie y apruebe. Estas son las cosas y el comportamiento absurdo de un Estado desinstitucionalizado.

En cambio las que se resisten a ser consideradas del club de las Instituciones del bolsillo presidencial, son objeto de intimidaciones y espionaje para desprestigiarlas ante la opinión pública, al estilo del régimen hitleriano y otras sanguinarias dictaduras que horrorizaron al mundo; tal ocurre con la Corte Suprema de Justicia objeto de todo tipo de ignominias procedentes de la telaraña presidencial, por negarse a cubrir con el manto de la impunidad los crímenes del narcoparamilitarismo, por atravesarse a que la Fiscalía General de la República pase a integrar el club de bolsillo de la casa de Nariño, por atreverse a investigar y judicializar los políticos vinculados al narcoparamilitarismo.

El país observa estupefacto la desinstitucionalización del Estado liderado por la Presidencia. Cada vez es más frecuente el choque entre Instituciones, donde unas pisan y se entrometen en terrenos que no son de su competencia, para “legitimar” indebidamente decisiones arbitrarias del gobierno, acomodar normas y favorecer intereses no muy santos.

El último choque es el presentado entre la Corte Suprema de Justicia y el Consejo Superior de la Judicatura con motivo de la tutela que éste resolvió a favor de una parlamentaria condenada por el delito de la parapolítica, y que tumba el fallo emitido por la Corte, el órgano máximo de la justicia en Colombia, y con la cual se abre el boquete para que salgan libres todos los parlamentarios afines al Presidente Uribe, condenados y judicializados en el proceso de la parapolítica. Este fallo del Consejo Superior de la Judicatura es el más grande monumento a la corrupción y la impunidad del Estado.

Los graves hechos que han desinstitucionalizado del Estado, para que impere la corrupción, la impunidad y el terrorismo de Estado, que continúan profundizando la crisis social y humanitaria que vive Colombia, son suficientes razones que legitiman el derecho y validan la lucha por los cambios y la construcción del nuevo país donde impere la justicia social, la dignidad nacional, la democracia y el poder soberano del pueblo.

Esta lucha es liberadora y no terrorista, como la califica la maquinaria mediática de la oligarquía y el imperio.
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jueves, 22 de octubre de 2009

Este pais no puede mas con la corrupcion.

Que verguenza el presidente que tenemos‏

Por: Maria Teresa Prada Serrano
Periodista Independiente.

De verdad que nos duele la imagen de nuestro pais y es que cuando se sale y se escuchan los comentarios de los europeos y americanos de lo que piensan de nosotros nos sentimos avergonzados.

 Un presidente que da tiempo de un programa de las comunidades para que su "niño consentido uribito" se defienda, un fiscal que no se puede elegir porque el presidente es caprichoso, terco, egolatra y solo piensa en el y favorecerse y hacerlo con sus amigos. Esto no lo merecemos los colombianos.

El pais es nuestro y no puede continuar en manos de un hombre vengativo, porque eso es lo que esta haciendo con el pueblo, vengarse de la muerte de su padre y todavia hay muchos "tontos" que siguen creyendolo la gran panacea.

 Les parece poco la serie del Capo, es el reflejo de nuestro presidente. mentiroso, falso ante el pueblo. Y ustedes siguen pegados a esta mermelada? Reaccionen por favor. Piensen en el futuro que nos merecemos

lunes, 13 de octubre de 2008

¡Conmoción interior sí, pero contra la corrupción…!


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Luis Guillermo Pardo, columnista online Medellín -Tomado de elcolombiano.com/

Publicado el 13 de octubre de 2008

“Art. 213. Estado de conmoción interior. En caso de grave perturbación del orden público que atente de manera inminente contra la estabilidad institucional, la seguridad del Estado o la convivencia ciudadana…, el presidente de la República, con la firma de todos los ministros, podrá declarar el estado de conmoción interior…., por término no mayor de 90 días prorrogable hasta por dos períodos iguales…”.(Constitución política de Colombia, Termimpresos-Medellín, 2006, página 144).

Definitivamente no le quedó bien al presidente Uribe la reciente declaratoria de conmoción interior (o estado de excepción) por una simple huelga de los funcionarios del poder judicial, en ejercicio del poder democrático de organizarse y protestar para solicitar el cumplimiento de los derechos adquiridos en función de su oficio, derechos reconocidos en su momento por el gobierno nacional no cumplidos hasta el momento, en lo pertinente a la nivelación salarial en la base de la pirámide de la Rama Judicial. En verdad que desde el fatídico y autoritario estatuto de seguridad del gobierno Turbay en 1986-90, Colombia no apelaba a dicha medida extrema y que para nada afecta el orden público nacional.

Bastante paradójico resulta que lo que no ha logrado la guerrilla o el narcotráfico o el paramilitarismo o la pobreza, lo haya logrado el actual paro de jueces, fiscales y empleados logísticos, que fue tildado en su momento por el presidente del Consejo Superior de la Judicatura como un paro fantasma y minoritario, recurriendo a la manida actitud autoritaria de minimizar y macartizar la protesta social o las expresiones huelguísticas de los trabajadores, pero que en la concreta ha mostrado su unidad y su fortaleza. Qué tristeza da observar al Ministro del Interior y de Justicia aceptando una solución de fuerza, cuando gran parte de su discurso se fundamentaba en la valoración del diálogo y la salida concertada a los grandes problemas nacionales, incluida la guerra interna.

Se quiere reducir el problema del paro judicial a un asunto económico y esta es la sensación que existe en el ambiente, avalado incluso por el mismo sindicato, lo cual no deja de ser un error, ya que el paro se gestó en plena crisis de poderes, cuando desde Palacio de Nariño -¿a espaldas del Presidente?- se urdieron planes contra la Corte de Justicia por el asunto de la parapolítica y sus investigaciones y la huelga debería opinar sobre el asunto, ya que en la esencia de la democracia no está solamente la defensa de los derechos laborales sino la primacía de la defensa de la estructura del régimen democrático, que se fundamenta en la división de poderes y todo ataque desde cualquiera de los 3 poderes al otro, obedece a un discurso profundamente antidemocrático y autoritario; y ni el autoritarismo ni el populismo son las mejores salidas democráticas a las crisis institucionales tal como lo está demostrando la crisis Boliviana, bajo la tutela de la UNASUR.

Según nos enseña la historia, el autoritarismo “se hace acompañar” de la corrupción y en este sentido es bastante notorio que en Colombia la guerra interna ha acrecentado los niveles de corrupción de las instituciones comprometidas con la “lucha contra la delincuencia”, tal como está aconteciendo con miembros de la fuerza pública en ciudades como Cali y Medellín, la costa caribe y la pacífica. Y son estos altos niveles de corrupción los que deberían haber propiciado la declaratoria de la conmoción interior, ya que sin la DEPURACIÓN DE LA FUERZA PÚBLICA, será imposible dar solución de fondo a la crisis de transparencia que hoy vive nuestro país, incluyendo a las Cámaras de Comercio, según hemos conocido sólo de la de Bogotá, por ahora, ¡eso sí!

Lo que está pasando en Colombia con la fuerza pública -incluyendo la Fiscalía y el DAS, es una vergüenza y el presidente Uribe debe enfrentar sin rodeos o concesiones, la actitud y la actividad corrupta, que además es su mayor obstáculo para alcanzar la victoria definitiva de su estrategia de seguridad democrática. Sin la transparencia en las fuerzas institucionales será imposible, por ejemplo, ganarle la guerra al narcotráfico y menos aún a la guerrilla, siendo la corrupción un tema estructural y no coyuntural como creen ingenuos ciudadanos.

Según el último informe de Transparencia Internacional, el índice de percepción de la corrupción en Colombia es de 3.8 sobre 10, lo cual es altamente frustrante y decepcionante y que compromete altamente no sólo al sector público sino al sector privado que fue, extrañamente, quien le pidió (¿ordenó?) al presidente en su congreso de ANIF, decretar la conmoción interior por lo del paro judicial, cuando el verdadero cáncer está es en la corrupción, sin cuyo combate -a fondo- será imposible ganar la guerra o por lo menos controlar definitivamente al narco. A Venezuela, por supuesto, no le va mejor, ya que tiene un vergonzoso 1.9 en la escala de 1 a 10.

Rajados entonces en corrupción, sólo nos queda esperar que el presidente Uribe, tan enérgico con los huelguistas cañeros o judiciales, se dé la pela global y decida la declaratoria de la conmoción interior para combatir la corrupción en los organismos de seguridad del Estado y concrete la depuración definitiva de la fuerza pública ya que, de lo contrario, no ganará la guerra y Medellín jamás podrá salir del círculo vicioso del conflicto urbano, dada la alta infiltración de los organismos de seguridad, sobre quienes aún no se ven acciones concretas de depuración, ya que con la detención del ex director de fiscalías o la renuncia del ex comandante de policía nada está resuelto, ¿o sí? > Volver a Inicio > Titulares >

martes, 22 de abril de 2008

PASO A PASO


Por: Alvaro Vecino Pico
http://alvecip.blogspot.com/

Cada cosa tiene su momento, reza acertadamente la sabiduría popular, y sabiduría es lo que se recoge de la experiencia vivida. Por eso para ser un buen gobernante no basta con estar bien preparado y ser inteligente, además se necesita tener sabiduría.

Cumplidos los primeros cien días de gobierno, algunos mandatarios locales, han salido presurosos a exponer, por los medios de comunicación, las distintas actividades que hasta ahora han desarrollado o han empezado a gestionar, tratando de demostrar que se está trabajando. Sin embargo, olvidan estos mandatarios que estos primeros tres meses de Gobierno, básicamente, son para Planear lo que se va a desarrollar los próximos cuatro años y el tipo de sociedad que queremos dejar.

Quizá sea por este afán de Hacer sin Planear, que nuestros municipios y nuestra región, parecen no avanzar. Vivimos al vaivén de iniciativas sin contexto, con poco fundamento y sin proyección. Somos expertos en hacer cosas por las cosas mismas, aun nos falta un recorrido para interpretar el Sentido de las cosas en el contexto del Desarrollo Humano.

En este sentido el balance que debe hacerse en estos cien días es sobre Cómo va la planeación del Desarrollo, y en este punto resulta grato ver la seriedad y los avances que lleva en este proceso la Gobernación de Santander, donde la convocatoria a la participación ciudadana ha tenido gran aceptación y concurrencia a través de la llamada constituyente social (aunque faltan cosas por corregir) y por el reconocimiento del Consejo Territorial de Planeación Departamental como interlocutor válido, en su misión consultora, toda vez que el mismo Gobernador con sus Secretarios y Asesores de Despacho, se han reunido en largas jornadas de trabajo a revisar metas, indicadores, programas, proyectos y presupuesto.

La experiencia del mandatario en los asuntos públicos y su persistente empeño por aportar a la construcción de la Paz en Colombia, se reflejan en un Plan de Desarrollo que contextualiza las dinámicas económicas, sociales y culturales en el marco de un conflicto armado de más de cincuenta años, que ha afectado profundamente el tejido social y la desintegración del sistema urbano-regional.

Ojala que el enfoque diferencial, territorial y de derechos humanos, que tiene este Plan, no sea sólo un registro de buenas intenciones sino un punto de quiebre, de una sociedad dominada por la racionalidad técnico-instrumental y asediada por la cultura de la Corrupción, hacia una nueva interpretación de la realidad y en consecuencia una nueva forma de hacer política, centrada en la satisfacción plena de las necesidades humanas y el logro de una mejor calidad de vida, para que de esta manera sintamos el orgullo de que verdaderamente estamos en el camino del DESARROLLO.-- Regresar a Inicio o Titulares

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