sábado, 17 de julio de 2010

TRAFUGARIO

----------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

TIENE GÜEVO LA SEÑORA INGRID

Aunque se haya echado pa’tras, vade retro Satanás. Aunque hayan ocurrido sucesos de gran importancia para Santander, como las sucesivas reuniones cumbres de los doctores Horacio Serpa y Fernando Vargas, gobernador de Santander y alcalde de Bucaramanga respectivamente, con toda la plana de congresistas del Departamento con el fin de unificar criterios, trazar caminos y buscar metas en el próximo periodo presidencial bajo el timón del doctor Juan Manuel Santos, hubo un hito borrascoso que me dejó fuera de base: la fantasmagórica desfachatez de Ingrid Betancourt. Claro que de antemano quiero decirles, al doctor Horacio y al doctor Fernando, que es toda una jugada de “Gran Maestro”, de ajedrez, el que se haya logrado esta unificación política porque ha de ser la ciudad capital y el Departamento quienes se beneficien de tamaño proyecto político y social. Muchos arribas para este combo de mundialistas.

 Debería dedicarles una columna a cada mandatario y para cada congresista que es lo que Dios manda cuando se hacen bien las cosas. Pero las fantásticas agallas de dinosaurio sideral de misiá Ingrid me dejaron fuera de combate. Sería capaz de comprobar físico-matemáticamente, que la dama en mención tiene una pegada más demoledora que la de Mike Tyson. Que se gasta la frescura de cien mil millones de toneladas de lechugas. Aclaro a mis también súpitos lectores que no estoy mamando gallo, cosa que no acostumbro a hacer. Salvo una vez cada domingo. Lo que pasa es que esta dama se me parece, no he podido establecer muy bien si es a Cleopatra, a Doña Clota, la suegra de Condorito, o a Remedios La Bella en Cien años de Soledad. De todas maneras es una mujer de leyenda. Y de una leyenda mitológica como la Epopeya de los Nibelungos de la literatura alemana.

Y lo que lo deja a uno perplejo es que Ella ha sido y fue el personaje que más logró solidaridad no solamente en Colombia, sino en otras naciones y en muchos rincones del mundo. Plegarias se elevaron por miríadas y muchas oraciones en todos los idiomas se dijeron para que la vida de Ella no fuera almuerzo de pirañas. Cuántos colombianos, sobre todo del sexo femenino, anegaron sus pañuelos con lágrimas furtivas por la salud de Ella y Ella resultó más campeona mundial que la gloriosa España. Ella resultó más “goleadora” que Forlán, Higuaín, Villa y Sneider que entre todos metieron 19 pelotas.

 Dentro de la red y jugando fútbol, sobra decirlo. Y fue que en varias ocasiones, durante su cautiverio del que de todas maneras es una cosa lamentable, mostraba una cara de madre superiora en las mazmorras romanas, de tal tamaño “conmovedoras”, que a uno le daban ganas de ponerse el uniforme godo de Superman para volar a salvarla. Y miren con la cocadita de piña con que nos salió la mucahachita. Un periodista muy serio escribió un artículo comentando sobre su personalidad agresiva, taciturna y déspota con un psicoanálisis bastante acertado y yo se lo creí ipsofacto. Claro porque ya había leído las declaraciones de su ex esposo sobre el trato recibido desde el primer momento posterior a su liberación. “Su saludo fue simple, frío y lejano, como si no hubiera estado secuestrada durante cinco años”, dijo. La codicia de esta mujer no tiene límites. Lo puso a “parir borugos”, como decía mi tía Citoplasma, por 30 mil dólares que al hombre ya le eran imposible conseguir, y por lo que se ve, no le quiso dar ni siquiera un beso de gula. Si no me creen, pregunten cuánto se ha ganado hasta el momento solamente por cuenta del libro narrando su odisea y lo de la película y otros entuertos de televisión refiriéndose a los mismos aspectos.

 Y al demandar a la Nación pidiendo la bicoca de 15 mil 400 millones y un pico de pesos “por haber cometido el delito de rescatarla” sana y refulgente como sor Teresa de Calcuta y muerta de la risa como la Señorita Somondoco, lo inducen a uno a gritarle con todo el fuelle de los dos pulmones: “Usted lo que tiene es mucho güevo, madame Ingrid”, y bien durito para que entiendan todos los galos porque ella es ciudadana francesa.

miércoles, 14 de julio de 2010

Entre el cielo y el infierno

Colombia, miércoles 14 de julio de 2010

------------------------------HORACIO SERPA

El actual Arzobispo de Barranquilla, Monseñor Rubén Salazar, acaba de ser designado por el Papa Benedicto XVI nuevo Arzobispo de Bogotá. Pronto será Cardenal.

Tendrá que lidiar el problema mayúsculo que afronta la Iglesia Católica sobre las acusaciones de pederastia que se vienen haciendo contra sacerdotes en diferentes países. Comenzaron en Colombia, situación difícil agravada por el caso del cura asesino. La grandeza de la Iglesia y la importancia de sus prelados prevalecerán sobre estos lamentables episodios.

Monseñor Salazar es persona prudente, sabia y diligente, a más de moderno y progresista. En la entrevista que concedió el pasado domingo a El Tiempo reconoce que la Iglesia es una Institución “pesada para moverse” y señala que “tiene que cambiar en metodología, en acción pastoral para responder a los desafíos de una realidad cambiante”.

Monseñor Salazar habló claro y bueno. Sin eufemismos. Con precisión, para que se le escuche, entienda y atienda. Sabiendo que su labor pastoral no puede radicarse exclusivamente en lo espiritual, reclama por el bienestar de sus ovejas en la tierra y sin artificios se refiere a principales asuntos temporales, a los de la política, a los del diario vivir, a los que tiene que afrontar el ciudadano de a pié, que conoce como nadie.

Por eso dice que tanto Chávez como Correa deben venir a la posesión del Presidente Santos, pues las relaciones con esos países “son absolutamente indispensables” y reclama “una verdadera cercanía y diálogo con el resto de América Latina”. Y explica: “Creo que llegó la hora de incorporar al país de nuevo al continente”.

También expresó: “En Colombia hay mucho que cambiar en este campo del respeto a los derechos humanos, al sindicalismo, a la clase obrera. Se han hecho esfuerzos grandes, pero no bastan. Es que el respeto a los derechos humanos no es solo respetarle la vida a una persona. Es también el acceso a la alimentación, a la salud, a la educación, a la vivienda, a tantas cosas que hacen digna la vida”.

Monseñor reconoce éxitos al Presidente Uribe en el crecimiento macroeconómico del país. “Pero cuando uno baja hacia la gente común y silvestre, se encuentra con que el país no solamente no ha avanzado sino que retrocedió. Uno ve que hay hambre, que hay más pobres, mas desplazados, que la pobreza ha adquirido nuevas y grandes dimensiones, que hay una indigencia muy grande en el país, que hay una marginación muy fuerte”.

Sobre el enfrentamiento del Presidente Uribe y las Cortes, manifestó: “Esas son situaciones totalmente anormales y absurdas”. Y agregó: “son situaciones extremas que no debieron presentarse”.

“Al que le caiga el guante, que se lo plante”, parece decir Monseñor Salazar, confiando en el Presidente Santos que “tiene un sentido de mayor crecimiento económico pero con desarrollo social”.

Tendrá la Iglesia Católica buenos años de vida, superadas las dificultades, para bien de los colombianos, de la paz, de la equidad. Llegarán bajo el liderazgo de Monseñor Salazar. Así sea.

sábado, 10 de julio de 2010

TRAFUGARIO


-----------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

¿POR QUÉ ODIAR A LOS ARGENTINOS?

Siempre he tenido claro el concepto de que cuando una persona odia a otra y habla mal de ella cada vez que tiene la menor oportunidad, sin haberla tratado nunca, es porque padece de un terrible complejo de inferioridad. Y si esa persona le lleva algunas ventajas de orden personal, físico, laboral o profesional, no me queda la menor duda. La mayoría de colombianos ha hecho carrera profesional en el odio hacia los argentinos.

El día que eliminaron su selección de fútbol del mundial, hubo gente que llegó al colmo de su sentimiento de inferioridad y lo demostraron poniéndose a echar pólvora de la felicidad. ¿Las razones “filosóficas”? Que son unos achepés, creídos, prepotentes y un mundanal de epítetos más que lo inducen a uno a creer, o más bien a colegir, que esos colombianos sufren de un preocupante sentimiento de inferioridad. Yo le preguntaría, con todo el respeto humano, a uno de esos señores que estaban echando pólvora en medio del jolgorio, si le llega si quiera a los tobillos a Tévez o a Lionel Messi, o mejor dicho al que quiera escoger. No, porque que se trata de “odiar sin ninguna razón”. Si nos ponemos a analizar la herencia futbolística de los colombianos, llegamos fácilmente a la conclusión que es casi en su mayoría de orígenes argentinos. Adolfo Pedernera, Walter Perasso, Janiot, Alfedo Diestéfano, Américo Montanini. Bueno. Y de los cuatro mejores goleadores colombianos de todos los tiempos, tres son argentinos y sólo uno es colombiano y está en el segundo lugar; se llama Iván René Valenciano y logró 217 goles en su carrera.

Los mejores equipos de fútbol colombianos tienen jugadores argentinos y no están lejos de ser de alto rendimiento y con cierto grado de espectacularidad. Que es que han ayudado a eliminar a los seleccionados colombianos para los mundiales. Eso le pasa al los equipos colombianos por llegar sin fútbol y pidiendo limosna en goles para poder pasar. Tal como le ocurre al estudiante mediocre e irresponsable que siempre anda pidiéndole notas regaladas al profesor, que incluso por eso es que los humillan y los irrespetan. ¿Acaso me equivoco, señores odiadores?

La razón “filosófica” más sólida y contundente es que los argentinos son “creídos y prepotentes”. ¿No será que esa es la cultura de ellos? ¿Será que en Colombia no hay de esos creídos y prepotentes? ¿Será que “Pedro el escamoso”, prototipo del colombiano arrancado, con ocho pesos y con pecueca, características de una abrumadora mayoría, no es colombiano? No me hagan reír que tengo un labio lo más de tieso. Por el contrario, y no me digan que no, cuánto diéramos por tener un Messi en la selección, o un Milito o Higuaín, un D’maría o un Walter Samuel. Cómo sería de dichoso sentarse uno a mirar una eliminatoria mundial de nuestra selección, pero que no la “tamboree” todo el que se le dé la hijuemadre gana.

Las razones lógicas para odiar a los argentinos, y hagan un diálogo con el espejo para no decirse mentiras, es que son superiores, quiérase o no, enverraquénse o no, a nosotros en fútbol y no nos lo dejan oler, salvo el 5 a 0 que hoy ya sólo es un recuerdo. Y todo porque en el fondo nosotros, también por herencia cultural, no somos capaces de admirar al bueno, al verraco, al duro, al que puede, al capaz. La miserable envidia nos obnubila el cerebro, y al contrario, nos hiere, nos amordaza, nos inferioriza, nos embrutece y nos brutaliza.

 Y entonces, al brillante hay que echarle zancadilla, tumbarlo, desprestigiarlo, perseguirlo, hacerlo quedar mal, porque si no… estén seguros que nos gana. Y eso que no he hablado de la Rayuela, de Cortázar. De El Túnel, y de Sobre Héroes y Tumbas, de Ernesto Sábato. De Jorge Luis Borges, de Mercedes Sosa y de Facundo Cabral. Piero. ¿Luego es que en Colombia no hay superchicos petulantes y Príncipes de Gales con Renault 4 destartalado y Sisben de tercer nivel? Si es que en Colombia el “arribismo” es la enfermedad social de los estratos más desboquetados de la sociedad. Y estén seguros que con la “nueva vieja dirección técnica”, jamás volveremos a un mundial, salvo que Dios me ayude a equivocarme.

miércoles, 7 de julio de 2010

Un Bicentenario para la reconciliación

Colombia, miércoles 7 de julio de 2010

HORACIO SERPA

En este mes Colombia celebra los 200 años del Grito de Independencia. Así ocurre también en muchos países de América Latina. La fiesta de la libertad se ha sentido con fuerza desde la Patagonia hasta el río Bravo. Todos los pueblos han expresado su regocijo con una fecha llena de simbología y esperanza.

La historia está de moda. En todas partes del país se recuerda a los grandes héroes locales y nacionales. Hablamos con júbilo de los hombres y mujeres que aportaron su inteligencia, su esfuerzo y su vida por la Patria. Desde los pueblos más cercanos como Charalá, Socorro, San Gil, donde nuestros líderes tuvieron el valor de levantar su voz contra la tiranía, hasta los lugares más recónditos de nuestra geografía en donde los llaneros descalzados y desabrigados cruzaron la cordillera para dejar su huella en la historia.

En escuelas, colegios, universidades, en todos los municipios y departamentos se está haciendo la pedagogía del bicentenario. Una mirada al pasado para pensar en el futuro. Son muchas las preguntas que deberíamos hacernos en esta época de celebraciones: ¿Qué país hemos construido y cuál es el que nos merecemos? ¿Qué estamos haciendo por la paz y la reconciliación? ¿Por qué no hemos podido alcanzar en 200 años la anhelada reconciliación nacional? ¿Por qué más del 50 por ciento de la población aún se mantiene en la miseria y la pobreza?

¿Por qué seguimos, como hace 200 años, sumidos en una polarización que parece incurable, que amenaza la democracia? ¿Por qué todos no encajamos en el vecindario y hemos sido incapaces de levantar el muro que se ha construido alrededor de nosotros?

Pero nuestro mayor reto en este bicentenario es hacer cierta la Constitución de 1991. Desarrollarla, defenderla, volverla verdad para quienes reclaman sus derechos a la paz, la vida, la justicia.

La Carta Política debería ser el símbolo de las celebraciones. Porque es la guía a nuestro futuro y un gran avance democrático. Y tenemos que hacer cumplir al pie de la letra el mandato de la integración latinoamericana. No podemos estar celebrando el bicentenario en medio de un vecindario que nos mira con recelo, con sospecha, que nos considera no hermanos generosos, sino primos peligrosos.

Tenemos que volver la mirada al sueño integracionista de Bolívar, a su pensamiento iluminador. A pensar en grande en nuestra América mestiza. En sanar las heridas y caminar nuevamente juntos por el camino del entendimiento, del libre comercio, del libre tránsito de bienes y personas. Del desarme de los espíritus y de los ejércitos. Nadie quiere más guerras verbales, nadie desea más desgaste ni más provocaciones. El presidente electo, Juan Manuel Santos, tiene ante sí el reto mayúsculo de integrar a Colombia con sus hermanos. Y estoy seguro que lo va a cumplir, con tacto, perseverancia y talento diplomático.

A 200 años del grito de Independencia es hora de la reconciliación. El reloj de la historia nos lo exige. Bolívar nos lo reclama.

sábado, 3 de julio de 2010

TRAFUGARIO

----------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

QUE CAIGA LA JUSTICIA

El once de agosto próximo habrán trascurrido 11 años del asesinato de un hombre que fue capaz de hacer reír a todos los colombianos de todas las edades, de todas las clases sociales y de todas las vertientes políticas e ideológicas.

Van a ser 11 años que alguien mandó matar a Jaime Garzón, el mismo Heriberto de la Calle, el mismo Godofredo Cínico Caspa, y a ene personajes más que desde la televisión pasaron al consciente o al inconsciente de los colombianos que hoy tienen algo más de veinte años. El día de su aniversario próximo voy a contarles algunas cosas más detalladas porque tuve la suerte y el honor de haber tratado a Jaime y de haberle escuchado su perorata. Recuerdo como si fuera ayer, que almorzaba en el restaurante El Patio, ubicado detrás de la plaza de toros La Santamaría, y vivía en el cuarto piso del edificio Manizales frente al Colegio Mayor de Cundinamarca, por la carrera quinta en la ciudad capital de Colombia. Su novia era La Tati, como le decía Jaime y todos los amigos de él, y a ella le entregué una plegaria escrita por mí, que en su parte inicial dice así:

“Desde un viernes al amanecer todas las flores están tristes. /Pues madrugaba a cantar un ruiseñor/ pero su canto fue acallado con el canto de un fusil. /Frente a donde tal vez pasó los años de su niñez /y de su juventud, /un muro enorme y blanco como la nieve está /convertido hoy por su culpa /en un jardín colgante de claveles rojos con sus tallos largos /y sus pétalos susurrantes. /Tal vez es el ruido de sus lágrimas”.

Después de treinta y dos versos más, el poema o la plegaria o como ustedes quieran decirle al escrito, este termina así: /“Pues a la hora de la verdad ni ellos mismos saben (los asesinos) lo que hicieron: /Matar un ruiseñor”.

Todo esto lo estoy rememorando es porque en la prensa de cualquier día de la semana anterior, decía que habían dictado medida de aseguramiento del determinador de la muerte del inolvidable Jaime Garzón. Es un vulgar tipejo de cuyo nombre no quiero acordarme, o prefiero no acordarme, porque es mucho mejor para mí. Más me vale. Pero de lo que sí estoy seguro, es que en verdad ni los mismos asesinos a esta hora todavía saben lo que hicieron porque aún no han comprendido el daño tan grande que le infringieron a la democracia colombiana. Porque por Jorge Eliecer Gaitán lloraron los liberales y algunos otros sectores que lo idolatraban. Lo mismo ocurrió con Luis Carlos Galán, con Jaime Pardo Leal, con Alvaro Gómez Hurtado, con Bernardo Jaramillo y con muchos otros líderes más que se habían ganado el amor de los colombianos. Pero a Jaime Garzón lo lloraron todos los colombianos de todas las raigambres, como lo dije al iniciar este escrito.

 Recuerdo que en una entrevista que le hacía yo cuando era presentador del Canal TRO al actor de televisión Robinson Díaz, en una de tantas y ya no recuerdo por qué, le pregunté qué opinaba de la muerte de Jaime Garzón, y lean la perla que me contestó con visibles muestras de dolor: “Pues calcule usted qué puedo yo pensar del único circo del mundo que asesina a su payaso. A Aquel que los divierte y los hace reír de sus propias desgracias”. Y desde ese entonces yo he pensado lo mismo. ¿En dónde ubicar el asesinato de un humorista? De un mamador de gallo superior en humor a García Márquez y eso teniendo en cuenta que Gabo fue el creador del “mamagallismo” en la literatura colombiana. Por eso cuando leí la prensa de ese día no pude contener la emoción y el sentimiento de agrado cuando con mis propios ojos estaba leyendo tan fantástica noticia porque en Colombia eso es fantástico. Que por fin se haya “iniciado el principio de la introducción del prólogo de la justicia”. Porque esta parrafada de idioteces que acabo de escribir no es otra cosa que la realidad novelesca y a la vez satánica por la cual atraviesa dicho sustantivo en este país del Sagrado Corazón.

Lea: El mentiroso más elegante de este país. 311 209 81 46

miércoles, 30 de junio de 2010

La agenda de los Derechos Humanos

Colombia, miércoles 30 de junio de 2010

HORACIO SERPA

La elección de Juan Manuel Santos y Angelino Garzón como Presidente y Vicepresidente de la República ha creado un nuevo clima político marcado por la distensión, el comienzo del fin de la polarización política y la expectativa de que habrá cambios profundos en algunos temas vitales de la agenda nacional e internacional de Colombia.

El primero de esos temas tiene que ver con el restablecimiento de la confianza en las relaciones internacionales con el vecindario, afectadas durante los últimos años por el distanciamiento personal de los presidentes Uribe, Chávez, Correa, Morales y Ortega, originado en el alineamiento carnal de nuestra diplomacia con Estados Unidos, en la era Bush, y por el tema de las bases militares en la era Obama.

En buena hora, las cosas parecieran comenzar a tomar otro rumbo con Ecuador, después del bombardeo colombiano a la región de Angostura para cazar a Raúl Reyes y cortarle la cabeza a la diplomacia de las Farc. El Presidente Correa parece dispuesto a venir a Bogotá a la posesión de Santos y no se descarta que Chávez haga lo mismo. 500 mil empleos perdidos en los últimos tres años, como consecuencia de ese agrietamiento de las relaciones con los vecinos, dan fe de lo costoso que ha sido este episodio.

Es urgente recuperar el camino de la integración latinoamericana. Colombia no puede aislarse del continente, por razones económicas, políticas y estratégicas. Necesitamos ratificar que somos parte del continente y que nuestros pies y nuestras esperanzas están en América Latina.

La tarea que tiene por delante la designada Canciller María Ángela Holguín es enorme. Ella tiene el talente y la capacidad para acometer la tarea, y cuenta con el liderazgo del Presidente electo, que ha anunciado una política exterior para el desarrollo y la integración. Y ha explicado que nunca se repetirán los bombardeos a ningún otro país y que trabajará para la integración y el entendimiento con todo el mundo.
El otro tema vital es el establecimiento de una vigorosa política de derechos humanos, que nos permita superar la crisis humanitaria que nos afecta, como consecuencia de un conflicto armado interno inagotable, que protagonizan paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes.

Cuatro millones de desplazados, miles de fosas comunes, desaparecidos, líderes de oposición, sindicalistas y dirigentes de ONG amenazados y exiliados son el resultado de un país cruzado por la barbarie. El Presidente electo y su vicepresidente tienen en sus manos una responsabilidad histórica: crear condiciones para que el mundo mire a Colombia como un país respetuoso de los derechos humanos, en donde nadie sea asesinado ni perseguido por hacer oposición o defender la democracia.

La agenda internacional tiene mucho que ver con los derechos humanos. Los TLC con Europa, Canadá y Estados Unidos están supeditados a resultados tangibles en ese campo. En Colombia tiene que ser posible la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas, y tiene que surgir una nueva oportunidad para la paz. Son los retos del mandatario electo.

viernes, 25 de junio de 2010

TRAFUGARIO


---------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

LO QUE DIJO EL ALCALDE…

…Ulises Balcázar, mandatario de Floridablanca, en una conferencia de prensa durante la inauguración de varias obras con alto contenido social en esta ciudad del Departamento: “Aquí estoy poniéndole la cara a Santander”. Me atrevo a decir que más que el discurso de un político fue una charla cargada de nostalgia por el hecho delictivo que según él, le endilgan, porque eso tiene su autoría intelectual, pero que le tienen desbaratada su alma y la de su familia que es lo que más ama en esta vida. Era la segunda vez que yo veía a Ulises Balcázar y estoy seguro, en este momento no tiene ni la más remota idea quién carajos soy yo. Es decir, que en plata blanca yo no tengo ninguna amistad con él. No obstante ello no es óbice para que escriba y opine lo que estoy escribiendo y opinando. Me conmovió como ciudadano, como periodista y como ser humano, porque debe ser terrible aquella tumba de seres vivientes que es la picota pública. ¿Quién tiene la verdad? Sólo él y Dios saben con la exactitud de un vuelo espacial, qué fue lo que pasó en realidad.

Cuando su discurso trascurría de una manera sencilla pero elocuente, a mí se me vino a la cabeza El Proceso, aquella prodigiosa novela de Frank Kafka, el mismo autor del relato de La Metamorfosis. En El Proceso, Joseph K, el protagonista, en una infinitud indescriptible es sometido a un proceso oprobioso en que no tiene posibilidad de una defensa concreta, y por un delito del que nunca llega a saberse nada. Nadie sabe nada de lo ocurrido y ni siquiera el mismo procesado sabe de qué lo acusan. Finalmente es sentenciado a muerte de una manera aleve y muere acuchillado. Por la ignominia contra el procesado dentro del relato, esta novela me produjo un profundo escozor en el alma. Invito a todos los periodistas a que la lean y a todos mis lectores a que hagan lo mismo.

Aclaro con vehemencia que no estoy defendiendo a nadie aunque tengo algún derecho, pero me abstengo de acusarlo porque no tengo ningún derecho. Para eso existen los jueces de la República y las leyes de un Estado de Derecho. Luego mi cabeza se convirtió en un pandemonio cuando inopinadamente vino a mi memoria ésa célebre frase, “Más vale condenar a un inocente que absolver a un culpable”, que expresara un juez militar durante el proceso por el asesinato del general Rincón Quiñonez, hace ya un resto de años. Una verdadera perla del Derecho Penal. Luego en una perorata personal, el doctor Ulises Balcázar, con quien nunca había intercambiado una charla, me contó que “él y su familia estaban muertos en vida” por la horrorosa presión sicológica en que vivían sumergidos desde que apareció el fantasma de la negra historia en los medios de comunicación. Cómo sus hijos y su esposa en más de las ocasiones preferían no salir a la calle por no hacerle frente a una andanada de dimes y diretes de mala prosapia que a última hora parecían el argumento inequívoco de una telenovela mexicana de esas que les dicen culebrones por lo profundo de su mediocridad. Me contó también, que el problema, siendo tan grave para su operatividad administrativa y su estabilidad emocional, de ninguna manera le había impedido conseguir algo más de cien mil millones de pesos para invertirle a la ciudad y que ahí estaban a ojos vista de la comunidad, más de 300 obras para inaugurar. Y con orgullo prolijo y escondiendo con toda la fuerza sus lágrimas, me confesó con algo de regocijo que según un informe oficial, durante sus campañas, por él habían votado más de 105 mil personas en la ciudad. Entonces, como en un artilugio literario expresó: “Como quisiera yo que más de uno fuera alcalde de Florida a ver si son capaces de hacer lo que he hecho yo”. “Yo no tengo la culpa que la gente de Florida me quiera tanto”, me dijo cuando se dio cuenta que yo estaba guardando mi grabadora de periodista.

miércoles, 23 de junio de 2010

Con Juan Manuel Santos sigue la horrible noche

Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, 22 de junio de 2010.
----------------------------------------------------
No hay proyecto de unidad nacional, sino una gran manguala de la clase política No cesó la horrible noche del uribismo, afirmó el senador Jorge Enrique Robledo al ser interrogado sobre el triunfo electoral de Juan Manuel Santos en el programa “Zoom a la noticia” del canal NTN, dirigido por Hassán Nassar. Porque con Santos van a seguir el régimen plutocrático, la monstruosa desigualdad social, los graves problemas de salud y educación, un desempleo y un subempleo que superan el 70 por ciento y una seguridad que no es democrática.

El senador Robledo señaló que no puede haber verdadero proyecto de unidad nacional dentro de las concepciones plutocráticas del uribismo y el santismo, que excluyen del bienestar a porciones enormes de los colombianos. Con el nombre de unidad nacional lo que están montando es una gran manguala de la clase política, para gobernar en beneficio de unos pocos monopolios y trasnacionales y de ella misma.

El senador Robledo confirmó que la decisión del Polo es actuar en oposición al gobierno de Juan Manuel Santos, labor en la que representará a los millones de colombianos que no comparten las políticas uribistas ni su continuismo, las del santismo.

Una santa decisión

Colombia, miércoles 23 de junio de 2010

HORACIO SERPA

El país tiene nuevo Presidente. Ha terminado la campaña electoral y se respira un nuevo aire de reconciliación entre los colombianos. La contundencia de los resultados y la gallardía y generosidad con Antanas Mockus aceptó los resultados han marcado un nuevo clima político. Hay un clima de esperanza en seamos capaces de superar la polarización y fortalecer la democracia y avanzar hacia la paz.

Luego de recomponer el rumbo de su campaña, Juan Manuel Santos logró trazar una estrategia victoriosa y transmitirle a la ciudadanía un mensaje de confianza. La nación lo percibió como un estadista preparado para dirigir la nación y como un hombre capaz de afianzar los logros del Presidente Uribe y marcarle un nuevo rumbo al país.
--
Acertó al lograr conectar los anhelos de continuismo de la seguridad democrática, la inversión extranjera y la política social con su programa de gobierno. Su publicidad logró una alta penetración y en los debates televisivos se lució.
--
La victoria fue contundente y por eso ya nadie quiere hablar de los agravios del pasado. La mirada esta puesta en el futuro. El propio Santos ha dicho que no reconoce enemigos y que cualquier herida que causada en la contienda ha sido cerrada definitivamente. Un buen mensaje para una nación que necesita reencontrarse con un lenguaje reconciliador.
--
Hay que reconocer que Mockus y Fajardo cumplieron un papel histórico y que la votación obtenida es un triunfo para un partido nacido hace apenas dos meses, fundado junto con Lucho Garzón y Enrique Peñalosa. Hoy tienen un partido, que aglutina a la juventud y a la clase media, y ha generado una nueva dinámica política en las redes sociales. Una organización que tiene un inmenso futuro por delante y que ha optado por la independencia deliberativa y no la oposición a ultranza.

Los verdes tienen ahora el reto de construir partido y demostrar que nacieron para permanecer y lograr nuevos triunfos. Las elecciones de gobernadores, alcaldes, concejales y diputados lo esperan con su renovada forma de hacer política.

Son muchos los retos que le esperan a Santos. Lograr la integración latinoamericana, superando los problemas con los vecinos parece la primera. Los presidentes de Ecuador y Venezuela ya felicitaron al mandatario electo. Las cosas comienzan a cambiar. El 7 de agosto, de seguro, estarán en Bogotá dándole inicio a un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales.

Pero la gran tarea es la generación de empleo, que necesita iniciativas creativas y una gran audacia política. Millones de desempleados esperan que un santo se les aparezca y les permita un mejor mañana. Y esta el tema de la paz y los derechos humanos. Para eso está el vicepresidente Angelino Garzón, a quien el país observa con atención pues tendrá sobre sus hombros, además, la responsabilidad de los temas sociales.

Y quedan las reformas económicas, políticas y agrarias. Tres pilares de una Colombia nueva que reclama un Presidente con alma liberal. Felicitaciones al Presidente electo, en Santander lo estaremos esperando.

Bucaramanga, 23 de Junio, 2010

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...