La elección de un comisionado fijada para marzo, ya vislumbra dos candidatos que son objeto de severas criticas, por parte de medios de comunicación capitalinos, pero no propiamente por el prurito de desestimar a las personas, sino porque la conformación del ente, se debe hacer conforme a legislación preexistente, después de haber señalado que actores y periodistas no pertenecen a profesiones reguladas por el Estado, y por ello quedó a la deriva la conformación de asociaciones.
Los argumentos fueron válidos en cuanto que no pueden estar encasillados con tarjetas o documentos que tengan la vigilancia del Estado.
En principio porque las expresiones artísticas y los escritos tienen el respeto constitucional de libertades de religión, pensamiento y prensa, que traen como consecuencia, que individuos utilizando situaciones que no corresponden, resuelven crear organizaciones para representar o tener silla en las votaciones, sin que interese la calidad, realidad y verdad, respecto del trabajo que los congrega. Tal vez debamos creer al ente encargado de vigilar el procedimiento electoral: 72 de las sociedades, ONG y demás organizaciones que en otrora eran sindicales, no tienen documentos acordes con su objeto y por ello carecen de los requisitos para que sus representantes puedan elegir comisionado.
Aunque las falencias que se han detectado, no pueden ser modificadas sino por regulación legal, si deja mucho que desear la elección de comisionados de Televisión, en donde parece que se da el principio de “yo te nombro, tu me nombras”, perdurando en la cadena.
El señor Presidente de la República ha señalado acertadamente la necesidad de acabar con el ente, aunque podrá existir un grupo de intelectuales que con pago por horas cumplan importantes labores de vigilancia y sin presupuesto disponible, pues para eso está el de la nación sin comisiones. Volver a Inicio >