domingo, 29 de marzo de 2015

Educación: Asignatura pendiente

                  Por Sergio Isnardo Muñoz Villarreal
Nos cuentan que era normal en Colombia, cuando alguna persona se hallaba desempleada—y desesperada—recibiera este "sabio" consejo: “Métase aunque sea de maestro”. Lo cual describe la poca importancia que se confería a la educación y el escaso interés del Estado en el apoyo a los educadores. Era la época en que los sectores políticos más críticos del establecimiento argumentaban que a los gobiernos les interesaba mantener al pueblo en la ignorancia, para manipularlo y explotarlo a voluntad.
Hoy, por fortuna, el país parece haber despertado a la conciencia de que, sin una buena educación, no habrá progreso posible. El compromiso de la Ministra de Educación, Gina Parody, de conseguir la transformación educativa en la próxima década, empieza a devolver a los colombianos la esperanza de hacer de la educación, realmente, la herramienta más eficaz para la conquista del desarrollo económico y social. La ministra anuncia que los “docentes, directivos y personal administrativo de los colegios que alcancen las metas de mejoramiento establecidas… podrán recibir un estímulo económico equivalente a un salario adicional al año”.
Interesante, sin duda. Pero cabe la pregunta: ¿Será que este minúsculo estímulo económico es suficiente para cambiar la mentalidad de los colombianos respecto a la educación, para resignificar la labor docente y, al tiempo, conquistar la voluntad de los jóvenes de ir a las aulas y formarse apropiadamente para asumir los retos de la vida? Y aquí surgen otras preguntas: ¿tenemos claro, los colombianos, lo que queremos conseguir por medio de la educación?, ¿qué clase de país queremos construir?, ¿quizás uno con criterio, capaz de formularse las preguntas adecuadas, o tal vez uno innovador, en condiciones de enfrentar la competencia global?
Para ello deben implementarse políticas públicas que permitan una reforma real del sistema educativo, es necesario formular propuestas ejecutables, que eleven la calidad de la educación, entendiendo esta como el desarrollo de competencias de los estudiantes que les permita desarrollarse integralmente y desempeñarse social y  laboralmente para mejorar su calidad de vida.
Los retos de Bucaramanga en educación no son menores, debemos entre otros asuntos, implementar un gran centro de innovación docente que permita la continua formación y mejora, el desarrollo de competencias a los maestros y el ennoblecimiento de su labor, la jornada única aunada a la necesaria inversión en la infraestructura educativa y la dotación adecuada son requisitos para que nuestra ciudad se tome en serio la educación.
Post Scríptum: Gracias a miles de bumangueses hoy somos la opción que registra el crecimiento más grande en la intención de voto para la alcaldía de Bucaramanga según la encuesta que viene realizando la prestigiosa firma Cifras y Conceptos, pero lo más importante es que día a día continuamos registrando directamente el crecimiento de la ilusión de todo un pueblo de transformar la ciudad.
Valoro profundamente la respuesta de ese 5% de ciudadanos que creen que es posible cambiarle la cara a Bucaramanga y lograr esa ciudad que tanto anhelamos y que nos merecemos. Gracias Bucaramanga, falta mucho por hacer y sobran ganas por seguir haciendo.

Cae otra banda

                                               Trafugario
             Por: José Óscar Fajardo
Pero no es el instrumento de cuerdas que todos conocemos. Es una banda de 32 individuos de ambos sexos que se dedicaban al mercadeo de drogas ilícitas, en Barbosa y varios municipios circunvecinos. Un hit que hay que anotarle a la policía y a los demás organismos de seguridad del Estado acantonados en la ciudad. Yo soy feliz hablando de Barbosa, El manicomio más grande del mundo, o Crazy Port, porque soy de allá y porque es uno de los pueblos más progresistas de Colombia. Pero desafortunadamente el desarrollo económico, social, urbanístico y otros, no vienen solos como el maná que cayó del cielo hace unos siglos, sino por la fuerza de un campo magnético que se llama dinero. Marx dice que el dinero se convierte en Capital cuando se compra fuerza de trabajo. El mercantilismo es una fase importante del capitalismo quizá desde que los fenicios empezaron a mercadear por muchos sectores del mundo de ese entonces. Y muchos siglos después esos fenicios de la droga, del contrabando, del comercio de mujeres, de alcohol, también llegaron a Barbosa. Desde entonces tenemos esos problemas como en cualquier ciudad grande de Colombia. Cuando llegó el tren en la década de los treintas, ahí arribaron los primeros mercaderes de todo. Las primeras percantas, los primeros brujos, los primeros coteros, los primeros ricos y los primeros políticos.
Todos al unísono comenzaron a usufructuarla pero  ningún dirigente jamás se creaneó un plan de desarrollo futurista y acorde a la estructura social que se estaba conformando. La de un puerto donde llegaban muchos fenicios de todas las raleas. Por eso la sociología de Barbosa es tan diferente a la de sus vecinos como Vélez o Moniquirá, por decir algo. Por eso Barbosa creció como  crecen los ríos en época de invierno: con aguas de todas las vertientes, limpias y/o sucias y fétidas. Como no tiene ancestros culturales de vieja data por las razones ya expuestas, entonces fue creciendo rauda pero como niño huérfano dando palos de ciego y aplicando la metodología de la buena suerte. Sus gobernantes siempre fueron improvisados y llegaron a improvisar. La mayoría semi-ilustrados y semianalfabetos o analfabetos profesionales. Hoy las cosas no han cambiado mucho y Barbosa, aunque crece desmesuradamente, lo hace por inercia y a la topa tolondra como las vacas comen pasto agobiadas por el hambre. Pero la ciudad necesita de gobernantes más gerentes que políticos y más administradores que leguleyos.

Las actividades artístico-culturales son famosas por su total ausencia. En Barbosa hace varios siglos no se sabe qué es una obra de teatro cuando otrora allí se estrenó “Guadalupe años sin cuenta”, del grupo La Candelaria, que venía de triunfar en Cuba, París y Bogotá. Se realizó una semana cultural nacional y se hizo un festival de teatro con los mejores grupos del país y el gran maestro Boris de Greiff dio unas simultaneas de ajedrez a más de 40 tableros. Eso es solo una pequeña muestra. Se jugaba un gran basketbol. Pero toda actividad artístico-cultural feneció como murió el gitano Melquíades, olvidado, en los médanos de Singapur. Por eso Barbosa necesita alcaldes, por su grave problemática social, con algo de intelectualidad, que hayan leído siquiera unos tres libros en su vida y que hayan visto aunque sea una obra de teatro. Que sepan quién era Bela Vartok o Debussy y hayan escuchado los valses vienes de Johan Strauss. Y que no vayan a decir que Dali era puntero derecho de la selección polaca y que Dostoievsky y Hemingway fueron unos traquetos de la Camorra napolitana. Eso con el fin de que Barbosa no vaya a desaparecer como le va a suceder a la Corte Suprema de Justicia.  

lunes, 23 de marzo de 2015

"Demorragia"

Por Sergio Isnardo Muñoz
Quizás sin saberlo, estamos asistiendo a una hemorragia sin control de nuestra sociedad, hemos invertido el orden de los valores sociales y el bien común está como un mueble viejo en las prioridades de los políticos actuales. A ese fenómeno se me ocurre llamarlo "Demorragia".
Así como una hemorragia se define como la salida de sangre del sistema cardiovascular, generada por la ruptura de vasos sanguíneos como venas y arterias; la "Demorragia" es la salida de la gente del sistema democrático al encontrarse con una realidad abrumadora: la política actual. Ven que hay una ruptura entre lo que esperan de sus gobiernos ante tanta necesidad y la respuesta que reciben, que es lejana y no conecta con sus problemas. Ello ha ocasionado el fenómeno de la abstención, que no es otra cosa que la apatía, indiferencia, o en los términos arriba señalados, la "Demorragia".  
Se entiende que, con el establecimiento de la elección popular de alcaldes, el Estado pretendió empoderar a la gente en procura de soluciones para los problemas de los municipios. Pero el clientelismo arrasó con las normas y dio lugar a “republiquetas independientes”, en las que la mayoría de los alcaldes buscan su beneficio y el de sus amigos, sin tomar en cuenta, para nada, el destino de los ciudadanos.
En el caso de Bucaramanga, por ejemplo, es urgente asegurar un trabajo efectivo desde la alcaldía: la capital de Santander necesita un alcalde con formación para la gestión pública, capaz de planificar el desarrollo en las condiciones exigidas por las circunstancias particulares de la urbe y el mundo moderno, que convoque la voluntad de todos y que, desde luego, pueda ofrecer garantía de honestidad a una sociedad que ve en las prédicas de transparencia un simple recurso de campaña. La misión del próximo alcalde de Bucaramanga, entre muchas, será rescatar el "deber ser" de la gestión pública y por ese camino, reconquistar el respaldo de los ciudadanos.
En ejercicio de un auténtico liderazgo, otra gran misión del próximo alcalde, será la construcción de una alianza real entre el gobierno municipal, el sector privado, la academia y los sectores sociales, para diseñar y ejecutar una propuesta moderna de ciudad. Bucaramanga ya no es la aldea de 1930, ni siquiera la ciudad inquieta de los años ochenta, sino una gran ciudad metropolitana cuyos problemas se han agravado escandalosamente porque sus dirigentes no hicieron bien su tarea: no planificaron, no ejecutaron con responsabilidad, no pusieron diques al mal uso de los recursos públicos ni consolidaron una visión de ciudad que pudiera asegurar la continuidad de los procesos de desarrollo.
El reto es elegir bien en octubre, elegir como alcalde un líder y administrador capacitado y responsable, que obre en función de la ciudad del Siglo XXI, no sólo en defensa de sus intereses propios y los de la rosca tradicional, estamos a tiempo de encauzar el rumbo de Bucaramanga.
Estoy convencido de que buenos ciudadanos que construyen su propio futuro a través de la participación de iniciativas políticas renovadoras, son los llamados a detener la "Demorragia" que nos afecta.

domingo, 22 de marzo de 2015

Ser pilo no paga

                                          Trafugario
Por: José Óscar Fajardo
Por lo menos en Santander. El viernes 13 de marzo y en el marco del cuarto encuentro de gestores culturales realizado en Bucaramanga, se efectuó la elección de consejeros departamentales. Para el efecto los cultores se agruparon por disciplinas artísticas y sus miembros procedieron a elegir su representante por voto libre y democrático, tal como lo ordena la resolución 2756 de 2015 emitida el 16 de febrero del presente para dar cumplimiento al Plan de Desarrollo 2012-2015 de conformidad a los artículos 70, 71 y 72 de la Constitución Nacional, ley 387 de 1997, modificada por la ley 1195 de 2008 que establece los integrantes del Consejo Departamental de Cultura y los Consejos de Area conforme a la reglamentación expedida por los gobiernos territoriales, siendo el Decreto 115  de junio 13 de 2006 el que crea el Consejo Departamental de Cultura. Hasta aquí esta carreta es muy bacana. Pero “Ser pilo no paga” porque ningún mecanismo legal, de ley, establece cuáles deben ser los requisitos idóneos para ser consejero y representante departamental por cada disciplina artística. Se deja a voluntad y honorabilidad de los artistas. Es decir, pintor es pintor; escritor es escritor, poeta es poeta. Pero resulta que la delegación de Barranca venía “armada” para el fraude y, aunque se evidenció que se cometieron varios desgreños, yo doy fe del Area de Literatura.
Nos reunimos 17 cultores de literatura y de entrada resultaron 18 votos. Ipsofacto detecté quienes estaban “mafiando” la elección. Ganó el señor Carlos Vásquez del sector de danzas, como lo demostró el testimonio de sus propios amigos. Se notaba que el tipo ni siquiera era de danzas sino de boxeo, porque medía algo así de 1,80 metros y pesaba no menos de 120 kilos. ¿Danzas de qué? ¿De zumo? Dicho sujeto estaba secundado de varios secuaces (bandidos culturales) que le reunieron la votación y fueron dirigidos desde el día anterior, como pudimos “oliscar” los asistentes a la Asamblea  General, por el “capo cultural” Arnulfo Vasco, quien era a ojos vista el Director Técnico de la delegación. El falso escritor, al verse descubierto, huyó con otros de la “bandola”. Luego se escogió uno a dedo, de la misma ralea, para reemplazarlo, violando los derechos de los verdaderos escritores. La doctora Luz Mary Hernández, secretaria departamental de cultura, no tuvo la culpa. Eso es claro. Pero ha debido anular la elección de esa disciplina y proceder a repetirla por mero respeto y por el bien y la dignidad de la Secretaría de Cultura, incluso del gobierno departamental. No fue así. Por el contrario y al final del evento, el tal Arnulfo Vasco, jefe de la delegación, colmó de sendos regalos y elogios a los organizadores del certamen. En vista de tan desparramada desfachatez, se impugnó la anterior elección y se solicitó nueva elección de consejero del área de literatura, invocando el Artículo 23 de la Constitución Nacional.
Lo más deprimente es que el certamen cultural se inició con un precioso video invitando a todos los cultores, gestores, artistas y asistentes en general, a “luchar y trabajar por la paz con la ayuda de dios y a través de la cultura y las Bellas Artes”. ¿Así? ¿De esa descarada manera deshonesta?  ¿Con esos argumentos “intelectuales”? De qué le sirve a la gente que ha escrito varios libros empeñando su alma y su inteligencia. De qué la sirve al poeta la música de sus poemas. Entre otras cosas, se supo que la elección general de consejeros departamentales, legalmente ha debido realizarse tres años atrás y por lo tanto esta, no tiene vigencia legal, ética y moral, sino por los 9 meses que quedan del actual mandato. Dizque ser pilo paga.         

lunes, 16 de marzo de 2015

Más allá del desempleo

Por Sergio Isnardo Muñoz
Para resolver el hambre, la simple compasión no es suficiente. O mejor, es contraproducente. El paternalismo, que propicia la entrega de pescado, pero no enseña a pescar, ha agravado un problema que no ha sido abordado de manera responsable, probablemente por la dependencia que las empresas electorales tienen del voto de quienes nada tienen y que, como ya sabemos, reciben promesas de un maná futuro, y reciben la lechona dominical como premio de consolación. ¡Un toma y daca nefasto!
La solución estructural del desempleo demanda, fundamentalmente, un cambio de mentalidad sobre el trabajo y la vida en general: hay que acabar con el concepto de que el desempleado es una víctima de la sociedad (que, irónicamente, lo es), para despertar en ellos un espíritu de dignidad y compromiso con su propia vida y con la sociedad.
Veamos: son muchos los niños que rechazan la idea de ir a la escuela—quizá tienen en la cabeza la idea de que educarse es perder el tiempo, o no encuentran en las aulas atractivos suficientes—, y después, cuando alcanzan la edad de trabajar y al verse sin oportunidades se convierten en carne de cañón para la delincuencia o en peso muerto para el Estado, porque nunca tuvieron acceso a formación de calidad para enfrentar la vida.
¿Por qué razón esforzarse, cuando el sistema les garantiza la supervivencia? A Nicolás Maduro lo respaldan millones de personas sin futuro económico, a quienes mantiene en situación de dependencia, cada vez más acentuada, para nutrirse de su respaldo. La izquierda histórica nos decía que ese era el truco de las castas dominantes en la feudal América Latina.
Es obvio que mantener un ejército de personas dependientes conviene a los intereses de la política tradicional, que se nutre del populismo, pero no es saludable para el desarrollo integral de los pueblos. De lo cual debemos hacer conciencia ahora, cuando, con el proceso de paz, al país se le ofrece la posibilidad de un nuevo comienzo: un gran pacto social por la Educación que forme para la vida y abra todas las oportunidades a todos por igual.
Ahora, ¿qué hacer para resolver, estructuralmente, el desempleo, después de tomar conciencia de las causas supremas del mismo? Entre muchos recursos (sin ser simplistas, por supuesto), impulsar, de parte de los sectores público y privado la formación y el apoyo financiero para fortalecer el emprendimiento como la nueva filosofía del trabajo. Articular las cadenas productivas, para que las empresas fuertes ayuden a las emergentes y se genere el círculo virtuoso del desarrollo económico.
Hacer realidad el principio de responsabilidad social de empresarios y gremios, con la exigencia de resultados comprobables de parte de los beneficiaros. Exigir productos de calidad que estimulen la competencia. Todo, menos la simple compasión, que sirve para mantener empresas electorales y dictaduras, pero no para generar legítimo desarrollo.

sábado, 14 de marzo de 2015

Por qué tiembla hermano

                                     Trafugario
Por: José Oscar Fajardo                                     
Hace exactamente cinco días hubo un temblor de tierra en gran parte del territorio del país, con epicentro en el nido sísmico de La Mesa de  los Santos. Entre otras cosas si los santos fueran serios, allí no tendría por qué temblar. El caso es que ha sido uno de los días en que más se ha vendido papel higiénico en la capital de Santander. El periodista Víctor Suárez corría como una vulgar gallina saraviada por el patio central del Centro Cultural del Oriente sin un ápice de gallardía y machera barboseña. Rezaba como una beata soltera y después se puso a chillar cual plañidera aguardientera. En medio de un profundo sopor me pidió casi de rodillas que por favor no fuera a contar y yo le prometí que sí, pero no me aguante las ganas. Una señora que estaba en el inodoro de su residencia, se supo después, salió con los calzones a media asta, se enredó y del porrazo, con su cabeza por poco le abre un hueco en toda la frente a un divino rostro que está pintado en la pared. Así muchas más cosas ocurrieron el día del suceso pero es éticamente imposible publicarlas en este sitio.  Y lo bueno es que la gente del común a todo le tiene su explicación producto de su propia filosofía o de sus personales y modestos conocimientos. 
Hay gente que piensa que la tierra tiembla o que se produce un movimiento telúrico, como se debe decir técnicamente, es porque el santo encargado de controlar todos los movimientos del cielo y de La Tierra, “Imidio”, tal vez se pone a beber trago o a jugar billar a  tres bandas, o pone a correr las pelotas en la ñonga y se le olvida echarle ojo a los manómetros, barómetros, termómetros y demás aparatos de medición y que ahí es donde se producen los desastres. Hay personas más malintencionadas todavía, que argumentan muertas de la risa, es que al susodicho santo se le olvida mirar el “guarapómetro” y que cuando se pasa la aguja de la marca roja, es exactamente cuando se producen los terremotos y todas las cosas cambian de lugar. Lo que yo no he podido explicarme es, el  por qué la gente no ha adquirido la cultura de los terremotos si Santander como Japón, son dos de las regiones del total de cinco donde más se sacude telúricamente el globo terráqueo. Y es pura falta de educación sismográfica o de conocimientos tembloríficos que, además de ser de cotidiana producción, son demasiado conocidos en la región. Por decir algo, en Japón ya rebullen el chocolate con  los temblores de tierra y mucha gente baila los ritmos populares al son de los terremotos.
Entonces por qué tiembla hermanito. Cómo cuando están zangoloteándose en otras vainas que en este casto escrito no puedo reproducir,  ahí sí se mueren de la dicha. Por ejemplo, brincar en la ducha con la muchacha de servicio cogida de la mano. Y otras. Por eso a mí me dio enorme risa ver  al doctor que les dije y a otros doctores y doctoras, pavimentándose sus añejos rostros con puros mocos de tanto chillar. La gente va a  creer que esto que les he contado es puro invento mío pero, solo dios sabe que es cierto. Otro por ejemplo. Que la madre superiora de uno de los conventos acá de la ciudad, de la velocidad bajando unas  escaleras largas, de la velocidad, repito, metió los pies entre una mochila de esas que traen cuando vienen de vacaciones de la Guajira, y por poco muere en un accidente aéreo porque llegó al primer piso sin tocar las escaleras.

lunes, 9 de marzo de 2015

Conmoción y Tristeza

           Por Gerardo Delgado Silva
El día que en la Corte Constitucional,  posiblemente se produjo un hecho punible, inmarcesible, contra la Administración Pública divulgado por la prensa, fue aciago para la patria.
Lo sentimos no solo quienes tuvimos el honor de tributarle vida transparente a la Administración de Justicia por muchos años, siempre para colocarla en el decoroso y alto nivel que le corresponde, sino también toda Colombia, que pone sus ojos en ella para la solución de sus propios dramas.
Si un pueblo y con mayor razón un juez, se abandona de la justicia, habrá perdido los grandes soportes que le dan sentido a su existencia. 
Maritain nos enseñó: “Si la vida común en que estoy empeñado, está construida sobre la injusticia, un día será necesario sufrir con valor que las bestias me arranquen la piel, a mí o a mis hijos.  Si está ordenada hacia la justicia, tendré, quizá, que dar mi piel y lo demás por la justicia y por lo menos tendré la esperanza de que mis hijos estarán orgullosos y también tendrán coraje.  Vale más cansarse por el bien, que ser abatido por el mal.  Estas son cosas muy simples y ya vendrá el tiempo en que la conciencia común, las comprenderá”.
Ahora bien.  “La presunción de Inocencia”, acompañará al Magistrado  a quien se le atribuye el hecho punible.  Es decir, como consagra la Norma Rectora del Código de Procedimiento Penal: “En desarrollo de las actuaciones penales, prevalece el principio de la presunción de inocencia, según la cual, toda persona se presume inocente, y debe ser tratado como tal, mientras no se produzca una declaración judicial definitiva sobre su responsabilidad”.
Empero, este hecho pues, ha dejado muy averiada la autoridad moral y credibilidad de la Administración de Justicia.
Y este acontecimiento, ante un país hambriento, famélico, que busca en las canecas los desperdicios que sacan a la calle frente a los restaurantes, mendigos, peleando con los perros por “tiras de piel, cadáveres de cosas”, como canta Valencia en Anarkos.
Periódicamente se agita en el país el tema de la crisis de la justicia.  Súbitamente como ahora, los ciudadanos encuentran que se está al borde del abismo y que es preciso corregir, de una vez por todas, las fallas en la administración de justicia.  El prurito pasa, sin embargo, y las más de las veces nada queda.
Ante situación tal, como la del Magistrado de la Corte Constitucional, sería deseable que la Magistratura Colombiana recobrara su dinamismo y prestigio ante la ciudadanía, y que en grande y selecta Asamblea Nacional que saben mejor que nadie las necesidades de la justicia, dijeran al país cuales son las normas que deben reformarse, como debe seleccionarse su personal, y cuales las fallas humanas que en muchos casos han hecho ineficaz la Administración de justicia, o la han desvirtuado.
La Constitución Política y las leyes de cada país, establecen una red de medidas protectoras de los ciudadanos y sus derechos, fundadas todas en una valoración previa de los preceptos básicos, sobre los cuales se han de asentar los principios del bien, del derecho y la justicia en ese Estado, de acuerdo.
con el sentido moral vigente, esto es, tal como los concibe la conciencia social dela pueblo y los expresa con mandato de ese pueblo el legislador.
Es tanta la importancia de la justicia, que hasta la Monarquía Teocrática le rinde homenaje y le paga tributo desde los más antiguos tiempos.   “El rey que castigue a los inocentes y deje impunes a los culpables – dice el Código de Manú- , se cubre de la mayor ignominia y va al infierno”.
La justicia consiste en aplicarla interpretando fielmente su letra, con arreglo al sentido moral,  que constituye su espíritu.  Por eso, toda la justicia reposa en los principios éticos de carácter fundamental que contiene la constitución, y que fijan al derecho su verdadero sentido.
Con este hecho, referido por la prensa, sumido en el letargo moral posiblemente tipificándose el hecho punible de concusión o de cohecho, se está mancillando la piel transparente de la patria.  Sigue teniendo una dolorosa y aterradora actualidad la sentencia de los antiguos romanos, cuando expresaron: “La corrupción es lo mejor de lo peor”, derrumbando la escasa fe que aún queda en la Administración de Justicia. 
Evidentemente, se trata de una felonía contra esa sagrada función del Estado.  (Para www.bersoahoy.co)

Un brujo me entrevistó

                          Trafugario
Por: José Oscar Fajardo                                              
Malezza, con doble z, originario de Crazy Port, o Barbosa, es uno de los brujos más acrisolados del sistema solar. Fue el inventor de una pócima para la disfunción eréctil a base de limadura de hierro de eje de camión, raspadura de cacho de rinoceronte macho, cocedura de tallo de marihuana punto rojo, asadura de guazamayeta de burro costeño y, varios centímetros cúbicos de fe, esperanza y paciencia. Mucha paciencia. Periodista, me dijo hace unos días; ya que se las da de verraco, por qué no me deja entrevistarlo. Pues si se le mide, péguele a ver, le dije. Quién va a ser el gobernador de Santander, me preguntó. Yo no sé hombre, no me gusta meterme en política, le respondí. ¿Sí? Hágase el g… Entonces se lo voy a enseñar, dijo. Si le falla la tutela que interpuso Carlos Fernando Sánchez, candidato del coronel Aguilar, queda impedido por trashumancia política porque, según documentos, él pertenece al partido Opción Ciudadana y así las cosas, está fuera de combate. Eso lo sabe todo el mundo. El gobernador Richard Aguilar tiene su propio candidato que es el ex-representante a la cámara Holger Díaz. Pero Holger, buen médico entre otras, tiene un “moimo” por allá con la Corte Suprema según denuncia que le hiciera el periodista Daniel Coronel por una cosa dizque con Saludcoop y eso lo tiene en veremos. Si le sale positivo, también queda fuera de combate. 
Malezza, que me tenía realmente perplejo, continuó. Ahora bien, periodista burro. Si se abren el coronel por un lado y el gobernador, hijo, por el otro, pueden pasar dos cosas según me lo indica mi bolita de cristal. Que gane el liberal, que vendría a ser Didier Tavera, siempre y cuando no le revuelvan la mazamorra por allá por los lados de la Fiscalía, y va la madre señor periodista, porque Didier es buen candidato. Pero si no se abren el gobernador Richard y el papá coronel, pues puede ganar el candidato de esa unidad pero lo cosa no está tan fácil para ninguno de los candidatos. Ahora bien, periodista burro. Tenga en cuenta que Richard Aguilar es gobernador con los votos de papá coronel, y si eso influye en la praxis política como debe influir, pues entonces el candidato del gobernador igualmente huele a chicharrón. Mire don brujo, le dije también para mamarle gallo. Y si no es Didier el candidato liberal, que vendría a ser el candidato de la unidad nacional, y donde ya también está “enclavijado” Luis Alberto Gil, entonces, para usted que es brujo de brujos ¿qué va a pasar?  ¿No será que les toca dejar jugar al Moreno que es excelente goleador? ¿O a Julio Villate?
Sé que lo puse a pasar aceite con ese recto al mentón pero brujo es brujo y yo sabía que tenía que tirar a noquearlo. Entonces le argumenté más para tratar de estrangularlo. Bueno, don brujo; ya que usted sabe tanto de política y conoce secretos del más allá, dígame ¿Qué hacía el doctor Jorge Pretelt, magistrado a quien le han dado “cachucha” todos estos días por lo de la “coima” de 500 millones de pesos por fallar a favor la tutela de Fidupetrol, en la fiesta de lanzamiento del libro, “El hijo de la guerra”, del gobernador Richard Aguilar, y que se realizó en el hotel “Cosmos 100”, de Bogotá? ¿Para qué y por qué estaba allá? ¿Era por mera gotera? Al brujo le salieron rueditas en los ojos como a los locos de Condorito y ahí me di cuenta que lo tenía al borde del nocaut. Chito la jeta pichurria, me dijo airado, usted de dónde sacó eso. Lambón.  

lunes, 2 de marzo de 2015

¡Más educación que represión!

                               Por Sergio Isnardo Muñoz
Todos queremos las calles seguras y a los delincuentes en la cárcel. Y a la hora de buscar seguridad, siempre pensamos, primero que todo, en la policía: soñamos con ejércitos de uniformados que patrullan, ejercen control y, si las circunstancias lo exigen, aplican la fuerza. Pero el palo no resuelve el problema.
En Bucaramanga, como en la mayoría de las ciudades del país, cuando se habla de seguridad se piensa en expertos en la teoría de la represión, porque esa es nuestra tradición cultural y la salida fácil. Una represión apoyada por cámaras de televisión, frentes de seguridad, patrullas motorizadas, soplones. Una represión que soslaya, por completo, las causas de la inseguridad y la violencia, concebida para mantener a los indeseables en sus guetos—es decir, “en su sitio”—, de tal manera que la “gente de bien” duerma tranquila. Pero la represión no resuelve las causas estructurales del problema, que es lo que, como sociedad, tenemos que buscar.
Pienso que, sin abandonar estas prácticas, que seguirán siendo necesarias durante mucho tiempo, tenemos que abordar el problema de la inseguridad desde una perspectiva diferente: debemos entender, en primer lugar, qué hace que una persona, generalmente joven, se lance a las calles a robar y hasta asesinar. ¿No será que echa de menos las oportunidades que otros habitantes de la ciudad tienen por montones? ¿No será que carece de comida, educación, empleo, recreación, de la posibilidad de adquirir los cachivaches del mundo moderno? ¿No será que se siente frustrado y que, la necesidad y el resentimiento lo impulsan a hacer lo que no debería hacer, en el afán de satisfacer sus penurias? Como es obvio, para todas estas preguntas la respuesta es sí.
¿Que debemos hacer, entonces, para atender las necesidades de los habitantes de las numerosas zonas marginales de la Gran Ciudad Metropolitana de Bucaramanga, por ejemplo, y evitar que caigan en la delincuencia? Como Estado, llevar hasta ellos las soluciones que reclaman, incluirlos en los procesos de desarrollo de la urbe, brindarles los elementos que les permitan desatar su ingenio para convertirse en creadores de riqueza y ascender en la escala económica y social como ocurre con sus semejantes que están mejor ubicados en la comunidad. Es algo elemental, que, sin embargo, no parece preocupar demasiados a los gobernantes.
Ahora que se habla de construir la paz, conviene pensar en la manera de conformar gobiernos eficientes en la lucha contra la inequidad, para satisfacer las carencias de quienes nunca han tenido nada y que, por lo mismo—con no poca lógica—se convierten en una amenaza pública. Es hora de que la política sirva para diseñar y ejecutar acciones de cambio que lleven esperanza a los innumerables jóvenes y adultos que hoy ven pasar ante sus ojos la película de un bienestar que, en abierta violación a sus derechos, nunca los favorece. Por esto estoy convencido de que, para conquistar la seguridad en nuestras calles, debemos dar más educación que represión.

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