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jueves, 1 de diciembre de 2022

Motociclistas que afectan la convivencia y el medio ambiente

Por: Bernardo Socha Acosta
Un colectivo de padres de familia con menores de siete años y varias personas de la tercera edad, algunas de ellas postradas en sus lechos de enfermos enviaron una comunicación a este medio de virtual, pidiendo que hagamos algo contra los protagonistas del INFIERNO de las motos ruidosas que están causando entre los niños las peores enfermedades nerviosas y empeorando las condiciones de personas de avanzada edad, sin que haya una autoridad que haga cumplir normas al respecto vigentes.

Los firmantes de la comunicación cuyos nombres nos abstenemos de revelar por motivos obvios de seguridad, anunciaron darle poder a un abogado para que interponga una ACCIÓN popular pidiendo por una parte que se le impongan sanciones a la autoridad que le corresponde hacer cumplir las normas sobre protección ambiental en relación con la contaminación sonora.

La Acción Popular está fundamentada -dijeron- en la facultad que tiene esa norma de proteger los derechos e intereses constitucionales en cuanto se relacionan con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la salubridad pública, la moral administrativa, el ambiente, etc.

Publimotos
Agregaron que, si bien la perturbación por ruido tiene relación estrecha con el derecho ambiental, el grado en que esa perturbación se produce y la omisión de autoridad pública, esperan no solo que se le aplique severas sanciones a los motociclistas INFRACTORES a través de retener de la policía y de tránsito, sino a la autoridad que le corresponde hacer cumplir disposiciones legales.

En el oficio enviado a esta redacción sostienen que los altos decibeles que generan las motos acondicionadas para tal fin, (hacer ruidos) están enloqueciendo a las comunidades y creando una perturbación nerviosa en los niños que tienen que padecer este flagelo. El ruido es tanto que al paso de esas contadas motos, activa las alarmas de vehículos, apartamentos y oficinas.

Desde ya los querellantes alertaron a la Superintendencia del Medio Ambiente como organismo encargado de fiscalizar la emisión de cualquier ruido que se considere molesto según la ley 28611 de 205 para que haga los requerimientos, acatando que toda persona tiene el derecho irrenunciable a vivir en un ambiente saludable, equilibrado y adecuado para el pleno desarrollo de la vida.

Precisaron que adoptaron hacer uso de la ACCIÓN popular porque se trata de una demanda colectiva, primero porque no hay AUTORIDAD que responda y en segundo lugar porque esta es una acción que se interpone cuando una autoridad pública o un particular pone en riesgo los derechos o intereses de un colectivo o grupo de personas como esta ocurriendo con unos pocos MOTOCICLISTAS que están incomodando y atentando contra la salud de los habitantes.

Los firmantes del oficio enviado a esta redacción sostienen que los motociclistas ruidosos afectan la convivencia y el medio ambiente en todo el país y el resultado de esta Acción popular que anuncian, deberá ser un punto de partida para recobrar la tranquilidad ciudadana que se han encargado de atropellar unas cuantas personas irresponsables y farolonas.

bersoa@hotmail.com

martes, 11 de agosto de 2015

RÁBULAS DE LA POLITICA

                                    Por Gerardo Delgado Silva
No había habido en la historia de Colombia fenómeno igual o siquiera parecido, al que estamos presenciando.  Evidentemente,  el mundo entero supo del fenómeno vergonzoso de la parapolítica, que tiene varios parlamentarios sentenciados.
Nunca, jamás, ningún partido había depuesto uno a uno los principios jurídicos que tutelan la existencia del Estado.
El signo de descomposición moral, está constituido por los avales a tantos candidatos que tienen su alma dentro del código penal.  Es un señuelo para comprometer el presente y el futuro de Colombia, corromper la conciencia colectiva de la Nación y torcer el rumbo histórico de un pueblo que siempre ha dado ejemplos enaltecedores de dignidad y de grandeza.
Es el momento en que el país debe reaccionar, asumir la personería de su destino histórico y rescatar junto con el derecho los valores éticos que están siendo pisoteados, en una monstruosa perversión de valores, similar a la que señalamos de los parapolíticos.
Una extraña complicidad de una parte de nuestros dirigentes con los paramilitares, que están entregando a Colombia, maniatada a sus peores enemigos.
Se requiere un frente unido de la Nación, de los colombianos de bien, contra la dictadura de la delincuencia.  Y estamos en el instante preciso de iniciar esa gran cruzada patriótica.
El ideal político aristotélico coincide enteramente con el de Platón en lo que se refiere a señalar como finalidad principal del Estado un propósito ético.
Se da el nombre de Política, al saber humano que se ocupa de los problemas de la organización de la sociedad, del Estado, de los órganos, de las relaciones del individuo con el Estado y todos los aspectos doctrinarios y técnicos relativos al Gobierno y a su funcionamiento.  A todo eso se le ha llamado también Ciencia Política, o Derecho Político.  Desde que se empezó a examinar el problema de las Constituciones escritas, y desde que aparecieron éstas, se habló también de Derecho Constitucional, de suerte que todas las denominaciones se refieren a la Política como disciplina científica,  jurídica y filosófica al mismo tiempo, vinculada siempre con la sociología.
En su acepción corriente se llama Política  a toda actividad de grupos humanos organizados, o de individuos aislados como finalidad es el ejercicio del Derecho y el cumplimiento de deberes relativos al Gobierno, a su formación , a su orientación, y a sus diversas manifestaciones,, y cuando se dice de alguien que es un “político”  o que se dedica a la política, se quiere decir que se trata de una persona que interviene directamente en la acción desarrollada por los partidos políticos, unas veces, para obtener el Gobierno, otras para conservarlo y otras para vigilar su funcionamiento desde el ejercicio de un cargo público representativo.
Los individuos que están o estuvieron inmersos en hechos punibles y han sido avalados para cargos públicos, en vez de aspirar al bien común, buscan su beneficio particular, enormemente perjudicial para la Patria.
Muchos de los individuos que han recibido el aval de los partidos, repetimos, no tienen la conducta irreprochable del ciudadano que sobre pone patrióticamente los intereses generales a los intereses particulares.  Aún dentro de un mismo partido y en la línea de un mismo programa  ideológico,  puede estar toda la gradación que va desde la austeridad hasta la falta de escrúpulos o la inmoralidad, y los hechos punibles.
Estos avales los definen a dedo las directivas de los partidos.  Unos partidos políticos aniquilados, convertidos en tiendas de campaña electorales y nada más.  Agencias del poder individual, por corrupción del orden político.
Queremos ver a la inteligencia colombiana contribuyendo al rescate del País, como ha sido el propósito del Presidente.  País que está perdido por esa ineptitud de los partidos políticos, la corrupción moral, los nuevos gajes del poder económico contaminado, la inseguridad, el crimen, los desequilibrios económicos y la pauperización creciente de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas.
Que la inteligencia colombiana alumbre al País, en medio de tantos apagones de ideas, como en el llamado eufemísticamente Centro Democrático.
Nadie puede negar de buena fe, que este grupo político contradice el ideal de cualquier sociedad política.  Son enemigos de la Paz, al igual que algunos cavernícolas funcionarios públicos.  Y clamamos a la inteligencia colombiana, porque bien sabemos que no está contaminada ni por el dolo, ni por la corrupción, ni por la ineptitud que desangra al País.
No fueron ciertamente las armas las que impusieron la resistencia en Francia y en los países ocupados por el Nazismo – el corazón del Centro Democrático -, sino el rigor patriótico de sus intelectuales.
Lo que hace falta hoy a Colombia es una política de la inteligencia, como lo están evidenciando los diálogos de la Habana.
La Nación toda, está en la obligación de tener conciencia de que sin Dios, Ley y Moral, no puede tener progreso.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Centro pero de vituperación

                           Por Gerardo Delgado Silva
La Constitución Política y las leyes de cada país establecen una red de medidas protectoras de los ciudadanos y sus derechos, fundadas todas en una valoración previa de los preceptos básicos, sobre los cuales se han de asentar los principios del bien, del derecho y de la justicia en ese estado, de acuerdo con el sentido moral vigente, esto es, tal como los concibe la conciencia social del pueblo y los expresa, con mandato de ese pueblo, el legislador.
Para el profesor Henri Capitant, “el derecho natural no es otra cosa que el principio director, la vida que inspira y orienta al hombre en sus esfuerzos incesantes por mejorar y perfeccionar el orden social; es el ideal de justicia que el hombre se esfuerza por descubrir y hacia el cual trata de orientar a la sociedad, ideal que está presente tanto al espíritu del legislador como del filósofo, del moralista, del jurisconsulto y del juez.  No hay pueblo ni generación que no persiga este ideal.  El espíritu humano no puede prescindir de una dirección.” (La negrilla es mía)
La justicia, desde Platón ha sido considerada como la razón de ser del Estado, “su piedra angular, alrededor de la cual giran con carácter accesorio, la fuerza pública, la legislación, la preparación de jurisperitos, la vigilancia por parte de diversos órganos, como el Consejo Superior de la Judicatura, la Fiscalía, la Procuraduría y el propio Poder Ejecutivo, que la requiere pronta y cumplida”, como lo señaló el ex presidente, Doctor Alfonso López Michelsen.
Es tanta la importancia de la justicia, que hasta la monarquía Teocrática le rinde homenaje y le paga tributo desde los más antiguos tiempos.
“El rey que castigue a los inocentes y deje impunes a los culpables - dice el Código de Manú - , se cubre de la mayor ignominia y va al infierno”.
Y cuenta la Biblia que Salomón, cuando Dios le dijo: “Pídeme lo que quieras que yo te dé, contestó: Da pues a tu siervo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para distinguir entre lo bueno y lo malo”.  Heródoto refiere el caso de Deioces, que llegó a ser Rey de los Medos por la rectitud de sus fallas.  Corresponde a la función jurisdiccional que es inherente al ejercicio del poder judicial con carácter independiente y soberano, proteger a los ciudadanos en sus derechos, como garantía de justicia, libertad y paz. 
Y bien. La Fiscalía General de la Nación forma parte de la rama judicial, al tenor de la Constitución, y como a los jueces en las leyes de procedimiento se imponen las garantías de imparcialidad como corresponde a la más sublime de todas las dignidades.  Con cristalina claridad el señor Fiscal General ha demostrado que esa dignidad de la justicia, forma parte de la composición de su vida.
La historia ha demostrado, que la peor desgracia que puede acontecerle a un pueblo, es la de vejar, afrentar, la justicia, como ha sido de tiempo atrás la modalidad mal sana y mal intencionada del señor Álvaro Uribe; quien nos recuerda varios aforismos del derecho: “Nemini jus ignorare licet”. Esto es, la ignorancia de las leyes no sirve de excusa.
Estrafalaria el último comportamiento del Señor Uribe, porque entraña una imperdonable falta de seriedad y conocimiento del Estado de Derecho, al recusar al Señor Fiscal General, sin ser sujeto procesal, ni pueda o deba intervenir en el proceso penal como parte. Aquí se refleja con acusadora precisión su ignorancia del Don de la justicia, que lleva a los hombres a ignorar los límites de la ética.  Todo, por la desmesura que nace de la ambición de poder.  Ahora bien.  Cuando se invoca una causal de recusación debe respaldarse en elementos probatorios.  No basta el simple enunciado para aceptarla; es necesario que al proceso se alleguen datos con fuerza persuadidora.  La causal no puede quedar al capricho de quien la invoca, menos del Señor Uribe Vélez, quien olvida aquello que nunca ha aprendido.
La honorable Corte Suprema de Justicia  desde 1942, afirmó: “…la simple circunstancia de que el fallador haya atestiguado que es buena la conducta del sujeto sometido a una acción penal, no puede traducirse en interés por el reo, puesto que de poner aquello no alcanza a constituir, ni en la más rígida de las delicadezas morales, una inclinación del ánimo hacia el sindicado…”.
Tapado con sábanas de impudor como ahora ante la Fiscalía, el mundo entero comenzó a percibir en el pasado gobierno, que el Señor Uribe Vélez pretendió sacar avante una ley para amnistiar o indultar a los paramilitares – sus electores, como Jorge 40, creador de los distritos electorales -. A quienes les prometió estatus político, con impunidad, aceptando que la carrera criminal de masacrar, descuartizar y desplazar a miles y miles de familias, era  defender al Estado Colombiano.  Otro exabrupto jurídico y moral como ahora.  Con ese acto, pretendía institucionalizar la soberanía de los victimarios, que hubiese degradado aún más la estabilidad de las instituciones y la dignidad de las víctimas y la sociedad.
El Señor Uribe Vélez, no ha dejado un instante de desconocer principios constitucionales básicos para la defensa de los derechos fundamentales, entre ellos - los Derechos Humanos -, sacando a la luz esos marcados rasgos de desprecio irrefrenable a la Democracia, a la Administración de Justicia, con la Corte Suprema de Justicia, irrespetada como lo ha hecho con el Don de la Paz.  Desmedida paranoia de un beligerante, como los ben laden de los cinco continentes.  Práctica, infortunadamente recurrente de la extrema derecha.  Ahora, parece mas preocupado el Señor Uribe por desatar las furias del averno, colocado sobre las obligaciones morales y sociales de Colombia.  Más repudiable habiendo sido presidente.
Nuestra esperanza de paz, que no cejamos en alimentar, es la de que los colombianos de hoy no resultemos inferiores a la inmensa tarea que nos ha señalado la historia. 
Es imposible dejar de mencionar la formulación de Kant: “Obra siempre de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre como principio de una legislación universal”.
Es claro entonces que la degradación moral, en la actual campaña electoral del llamado “Centro Democrático”, hubiese abierto aberrantemente sus puertas a hechos punibles como el espionaje, con su hacker amigo del candidato marioneta Zuluaga. ¿Así entienden ellos el predominio del Estado de Derecho?. ¿Así se disfraza el autoritarismo o nazismo?
Dios nos guarde de lo que todavía les falta por sepultar de modo definitivo como atributos y virtudes que los colombianos creíamos imperecederos.  Ya caímos, en el gobierno de Uribe, más allá del fondo de cualquier crisis moral. 

                                                                       Escrito para  www.bersoahoy.com
                                                                                       Sección, opinión

jueves, 28 de marzo de 2013

Una fuerza política aniquilada por las armas

Reparar a la Unión Patriótica
Tomado de: Anarkismo.net
Tomado de Kienyke
Por Antonio Sanguino | 
Tenemos suficientes razones para sentir vergüenza ante el mundo. Una de ellas es el genocidio de la Unión Patriótica. Una sociedad que permita la eliminación a sangre y fuego de un movimiento político tiene pocos motivos para enorgullecerse. Paradójico que la UP concebida como un instrumento de paz terminara en un baño de sangre. Fundada en 1985 en el marco del fallido proceso de paz entre el Gobierno Betancourt y las FARC, buscaba ofrecer un mecanismo de participación política legal para cuando esta organización guerrillera firmara la paz.
Pocos casos similares se pueden enumerar. Seguramente las sangrientas dictaduras militares de Centroamérica y el Cono Sur. Pero en democracia es difícil encontrar una fuerza política a la que hayan asesinado dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, trece diputados, setenta concejales, once alcaldes y tres mil quinientos militantes y activistas. Un verdadero genocidio puesto en conocimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cometido por una alianza criminal de agentes del Estado, grupos paramilitares, bandas de narcotraficantes, empresarios agrícolas y políticos tradicionales. Un torbellino de razones se trenzó en esta matazón. Pero el investigador Mauricio Romero en su trabajo “Autodefensas y Paramilitares” defiende la hipótesis de que fue una ofensiva contra las reformas derivadas de la paz de los ochentas.
Nos dirán que, sin embargo, tenemos la democracia más antigua del continente. Que elegimos sin interrupción y por voto popular durante todo el Siglo XX y lo corrido del XXI -salvo la breve y consentida dictadura de Rojas Pinilla- Presidente y Congreso de la República, Concejos municipales y Asambleas Departamentales. Y más recientemente Alcaldes y Gobernadores.
Nos recordarán que tenemos partidos históricos que como el Liberal y el Conservador son de los más antiguos de América. Y que la mujer colombiana adquirió ciudadanía política desde 1957, mucho antes que muchas democracias consolidadas del mundo. Por todo ello, la estabilidad institucional se esgrime como un valor de nuestro sistema político.
Pero estos argumentos no alcanzan para explicar la atávica violencia que caracteriza el régimen político colombiano. Es un rasgo permanente acudir a la violencia para dirimir nuestros conflictos públicos. Como también ha sido una costumbre usar la violencia para perseguir al opositor político. Desde la “Patria Boba” hasta nuestros días, para solo hablar del período republicano.
Por ello, erradicar el uso de la violencia con fines políticos es quizás el principal desafío de la democracia colombiana. Es una tarea inmensa. La paz con las guerrillas contribuye a ello. Pero se requiere una verdadera revolución cultural en la manera como asumimos y tramitamos los conflictos políticos. Y actos reparativos que envíen el mensaje de la no repetición. Restituir la personería jurídica de la UP y otorgar favorabilidades adicionales para esta fuerza política puede ser uno de ellos. Y un acto verdadero de reconciliación que cumple además los artículos 151 y 152 de la Ley de Víctimas sobre reparación colectiva de Organizaciones Políticas. Los victimarios sabrán con ello que fracasaron en su intento de asesinar a la UP. Y el mundo, que estamos dispuestos a encarar nuestras vergüenzas.

martes, 19 de marzo de 2013

Opinión política

         Las nuevas sesiones del Congreso Nacional
                                             Horacio Serpa
El Congreso Nacional representa a una de las tres ramas del Poder Público. Su importancia es enorme. Tiene el cometido de hacer las leyes y de ejercer el control político sobre la rama ejecutiva. Sus integrantes son elegidos por el voto popular. Por eso el Congreso es la más auténtica representación ciudadana que existe en una democracia.
El Congreso no tiene remplazo. Su funcionamiento garantiza el de las demás instituciones. Cuando hace 64 años el ejecutivo tuvo la osadía de cerrarlo, se precipitó sobre el país el más vergonzoso episodio de arbitrariedades, abusos y violencia que se recuerde. De ahí que hacia  las cámaras legislativas, como institución, se tenga acogida, respeto y acatamiento.
Pero el Congreso de hoy tiene dificultades en materia de credibilidad, de respeto y de acatamiento. Algunos de sus integrantes han cometido atropellos, otros han tenido equivocaciones, aquellos comportamientos delincuenciales. Y las corporaciones en sí, junto con los buenos, los cumplidores, los responsables, sufren enorme desprestigio. Es una lástima y  un fracaso.
Pero el Congreso tiene este año la posibilidad grata de mejorarse, de lograr superar los niveles de impopularidad que lo señalan como una institución poco deseable. Es un momento para los sanos y juiciosos, para los serios, para los cumplidores. Basta con empeñarse en el trabajo de prodigar al País las decisiones que necesita. No se requieren muchas leyes, ni muchos debates, ni grandes espectáculos. Austeridad, seriedad, eficacia.
Uno de los problemas mas grandes que sufre el pueblo colombiano es el de la salud. No hay promoción ni prevención. El sistema aprobado en 1.993 ya hizo agua, se va a pique, y de ese naufragio inevitable no se pueden seguir recogiendo los despojos. Hay que diseñar un nuevo sistema de salud, sin temores, sin ataduras con un pasado que solo ha dejado resentimientos e injusticias. Ese solo cometido reivindicaría al Congreso, para enorme satisfacción de los demócratas e imperecedera gratitud de todos los colombianos.
Hay más iniciativas. El proyecto de pensiones, por ejemplo, importante, reivindicativo. Algunos otros pueden ir estudiándose en las Comisiones, para tramitar en el siguiente período. Pero no más. Acaso un buen debate sobre los paros y movimientos sociales, para tener una dimensión exacta del por qué tanta agitación ciudadana. Llenarse de proyectos es desatenderlos todos y cometer errores. Ya se han visto. Después no queda sino el crujir de dientes.
El año entrante hay elecciones de Senadores y representantes a la Cámara. Es el momento de lucirse. De demostrar capacidad, que la hay, buena voluntad que existe sin duda, y eficiencia. Es la oportunidad de demostrar que si es necesaria la institución legislativa.
No hay que aceptar como excusa que en todo el mundo existe un mal predicamento hacia los Congresos y Parlamentos.  Es un pobre argumento. El país merece de nuevo un “Congreso Admirable” y existen todos los elementos para lograrlo. Los partidos tienen una gran responsabilidad y cada una y cada uno de sus integrantes. Solo hay que atreverse.
Bogotá D.C., 20 Marzo, 2013  Columna del NuevoSiglo                      

miércoles, 27 de febrero de 2013

Columna de opinión política

¿Dónde ocurrió la hecatombe?
Horacio Serpa
Entre nosotros ocurren cosas sorprendentes y hasta milagrosas. Hace quince días el presidente Santos tenía enorme prestigio, gozaba de buena imagen y contaba con gran apoyo político para plantear su reelección y ganar sin dificultades. Hoy dicen que no existe tal prestigio, su imagen se vino al suelo, lo mas seguro es que no se lance y si lo hace pierde las elecciones.
¿Qué pasó? ¿Dónde ocurrió una hecatombe que pudiera generar tal cantidad de situaciones políticas? Una encuesta de opinión, la carta de Timochenko, el paro cafetero y el descontento de unos sectores parlamentarios porque se anunció que no habrá reforma política, no da para tanto. Varios medios de comunicación, algunos influyentes periodistas, la oposición que orquesta el expresidente Uribe y los oportunistas que nunca faltan, presentaron una situación de desastre como pocas veces se ha visto. Estremeció la carátula de Semana: “La tormenta perfecta”.
Si el Presidente Santos fuera un irresponsable, estuviera dilapidando los recursos públicos o cometiendo graves actos de corrupción, si hubiera abandonado sus funciones oficiales o cometido atropellos que ofendieran la dignidad nacional, si estuviera fuera de juicio, hasta se explicaría que de un momento a otro las cosas hubiesen cambiado tan radicalmente. Todo el mundo sabe que eso o cosas parecidas no han ocurrido. El mandatario es una persona seria, responsable, leal con el país, atenta en el cumplimiento de sus deberes, dedicada al cumplimiento de sus obligaciones y sano de mente.
Problemas hay y los habrá en este gobierno y en los siguientes. Algunos asuntos no han salido adelante, pero no es la catástrofe. Han ocurrido hechos violentos, como  en el gobierno de su pugnaz antecesor. No se ha logrado la paz, pero nadie pudo pensar que se terminaría en cuatro meses. Cafeteros, cacaoteros, arroceros y otros respetables sectores del campo viven una mala época, pero se encontrarán soluciones y alternativas. Son situaciones que se sufren en una sociedad afectada por tantas carencias y fragilidades, no  propiamente causadas por el  Gobierno.
¿Qué pasó? Es explicable que la desfavorable encuesta genere inquietudes y reflexiones a analistas y comentaristas. Está mal que de ello se agarraran los escandalosos, los tremendistas, los sin tema, los carboneros de oficio y los opositores, para armar “la de Dios es padre”.
Ni el mundo se está acabando, ni el gobierno se va a caer, ni las encuestas son definitivas, ni los problemas van a continuar sin solución, ni se va a terminar el proceso de paz de La Habana.
Hay dificultades, es cierto. También se han presentado equivocaciones gubernamentales. Es verdad que existen fallas en la comunicación. También es cierto que tener de contradictor al expresidente Uribe es un verdadero “camello”. Pero el gobierno tiene mucho espacio por donde poder volar.
Pilas deben estar los socios de la coalición de gobierno. También su equipo de trabajo. Gobernar no es fácil. Tampoco mantener a la gente contenta. La gestión va bien, pero se puede mejorar. Y el Presidente es capaz de hacerlo.
Bogotá D.C., 26 de febrero de 2013 Columna del NuevoSiglo

martes, 19 de febrero de 2013

Opinión sobre crimen


              La vida solo vale 200 pesos
                                                Horacio Serpa
“La vida no vale nada”, dice una famosa canción ranchera. En Colombia, según el reciente caso por el cual fue asesinado Nicolás Acosta en el sur de Bogotá, vale doscientos pesos. Es lo que dicen las noticias, según las cuales el menor de 14 años fue apuñalado seis veces cuando se negó a entregarle a su agresor esa cantidad que le exigía.
Es una desgracia. Pero es lo que está ocurriendo. De tanto matar, de tanto vivir en medio de asesinatos y masacres, nos acostumbramos a la muerte. Nada nos sorprende en materia de violencia. Siendo, según la famosa encuesta, “el país más feliz del mundo”, somos también campeones en asesinatos.
Aquí se mata por todo. Por plata, por política, por rabia, para amedrentar a la comunidad, por machismo, para que no se testifique, por lo que se dijo en una declaración ante los jueces, por sapos, por un celular, por no tener dinero, como en las películas de gansters “porque sabía demasiado”.
Se mata en la guerra de las guerrillas, en la de los paramilitares, matan los narcotraficantes y los traquetos, matan los de las bacrim, matan los encargados por el Estado de evitar que los miembros de la comunidad sigan matando. La delincuencia común asesina. Todos los malos eliminan al adversario, al que van a robar, al que deben “despachar” por encargo en oficios sicariales. Y matan los buenos, por celos, porque “se les va la mano” en la muenda diaria a la pareja, lo hacen en el matoneo colegial, lo hacen al calor del licor que se consume para alcanzar la alegría que no se tiene porque no existe bienestar social ni tranquilidad familiar.
Los medios solo reportan muertes, lágrimas, dolores, venganzas. Pero es que no hay nada más que informar. Aquí se cumple a la letra el adagio según el cual “para morir se nace”. Solo que la muerte ocurre antes de tiempo, a los quince años, a los veinte. Cuando desde Israel Simón Pérez recordó que “en la paz los hijos entierran a los padres y en la guerra los padres entierran a los hijos”, ya sabíamos que ello es cierto solo en el 20%. El 80% de nuestros muertos, en cantidades que no supera ningún país del mundo, mueren jóvenes, en la calle, en el campo,  y lo lloran sus padres y sus abuelos.
Llevamos la muerte en la música, en el olfato, en los recuerdos. Muerte atroz, muerte espeluznante, muerte con motosierra, con torturas, con minas, aplacando la sed con la sangre de las víctimas y jugando futbol con sus cabezas. Y no asumimos una actitud valiente para acabar la guerra y extirpar los otros tumores que matan por cuchillo, por pistola, por asalto, a traición, en desplomado.
No reaccionamos, siendo que vivimos al revés. Ni siquiera se cumple  el verso del Julio Flórez, “todo nos llega tarde, hasta la muerte”. Pocos gozamos de ese “privilegio”. Muchos mueren antes de tiempo. Pero no hacemos nada.
Bogotá D.C., 20 de Febrero 2013  Publicada en el nuevosiglo 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Columna de actualidad

Al Rey muerto, Rey puesto
                                          Horacio Serpa
El Sumo Pontífice no ha fallecido. Pero la expresión del título de esta columna también se utiliza cuando una persona deja definitivamente de ejercer un cargo o una dignidad. Quiere decir que la inmediata preocupación de la organización en la que se produce la vacancia es la de proveer el reemplazo. Es el caso que se vive en la Iglesia Católica por la renuncia de Benedicto XVI.
No obstante que las deliberaciones del Cónclave, la reunión de Cardenales que elige al Papa de los católicos, es secreta, se alcanzó a saber que cuando murió Juan Pablo II no hubo inmediatos acuerdos para escoger al sucesor. Como se dice en el lenguaje vulgar, se echó por la calle del medio y se decidió elegir a un Papa de transición, a Monseñor Joseph Ratzinger, quien reunía requisitos suficientes para ejercer el noble oficio, pero además tenía 75 años. Se comentó a voces en todas partes: no durará mucho y mientras tanto se lograrán acuerdos.
Pues duró bastante. Diez años y todavía está bien vivo. Solo que en una elogiable de demostración de sensatez y responsabilidad renunció al papado para que otro Cardenal, con mas energía y seguramente con mayor lucidez, ocupe sus divinas funciones. Nada menos que representar a Dios en la tierra.
Nadie sabe cómo están ahora las cosas en el Cuerpo Cardenalicio. Seguramente muchos de los que eligieron a Benedicto XVI ya murieron o llegaron a la edad de retiro forzoso, que entiendo es a los 75 años. Y se trata de una elección, en cuyo desarrollo hay intereses en juego, por altruistas que sean. De región, de generación, aún de política, porque en el seno de la Iglesia hay sectores muy conservadores, otros moderados y algunos bastante modernos y liberales. Y porque los Cardenales, en su elevada condición intelectual, moral y espiritual, son mortales de carne y huesos.
La Iglesia Católica es una venerable Institución que cuenta con seguidores a todo lo largo y ancho del mundo. Su influjo en las comunidades que profesan su doctrina, es enorme. Es, además, un Estado reconocido por las Naciones Unidas y goza de enorme prestigio y liderazgo. No faltan críticas ni ha estado exenta a equivocaciones, generalmente de algunos jerarcas y sacerdotes. Pero goza de respetabilidad y notable autoridad en diferentes campos. De ahí la importancia que tiene la designación del Sucesor de Benedicto XVI, quien en pocas semanas pasará al anonimato frente a las expectativas que generará su reemplazo.
En Colombia la Iglesia Católica es escuchada y respetada. En muchos aspectos diferentes a la conducción espiritual de su numerosa feligresía, marca la pauta. En estos días todos celebramos su decisión de apoyar el proceso de paz que el gobierno del Presidente Santos adelanta con las Farc. En lo social, en lo educativo, en la formación de buenos colombianos, por fortuna está presente la Iglesia.
Benedicto XVI hizo una gran labor al frente del catolicismo. Su sucesor tiene un buen ejemplo a seguir.
Bogotá D.C. 13 de Febrero, 2013 (Elnuevosiglo)

martes, 29 de enero de 2013

Columna política


             ¿Y si Santos no busca la reelección?
Horacio Serpa
Todo indica que el Presidente Santos propondrá su reelección.  Hay  buenas razones que la justifican, a pesar de la tenaz oposición del expresidente Uribe y de sus poderosos aliados. Si no es así, ¿qué pasará en el mundo de la política?
El vicepresidente no se anda con rodeos. Ya manifestó que no aspirará a la vicepresidencia  porque es un cargo simbólico y lo que quiere es servirle a la comunidad. Pero acaba de decir con claridad que si el actual mandatario no se lanza a la relección, será candidato a la Presidencia de la República.
No puede parecer extraña la opinión del vicepresidente Garzón. Si el doctor Santos decide no repetir, se abrirán las esclusas. Surgirán candidatos “hasta debajo de las piedras”.
El Uribismo de todas maneras, llámese “Centro Democrático” o tenga otro nombre, tendrá candidatura. Si la competencia no es con el Presidente Santos, tendrá más oportunidades de ganar. ¿Con quien? Oscar Iván Zuluaga ya está en campaña, pero hasta ahora marca el 2% en opinión. O un “gallo tapado”, que solo se sabría a última hora, según como marquen las encuestas con los que vayan apareciendo. ¿Obdulio Gaviria? Plop.
El  partido de la U y Cambio Radical, apoyarían a Germán Vargas, sin duda un peso pesado de la política. Interesante la contienda, especialmente con la aspiración uribista.
Al Partido Conservador le tocaría tener  candidatura, porque es difícil pasar otro cuatrenio sin expresar anhelos de poder. Muchos dicen que nos les importa sino el Congreso y una buena tajada burocrática. Martha Lucía Ramírez ya se postuló, tiene experiencia y discurso, ha sido visible largo tiempo y goza de simpatías. Juan Camino Restrepo tendría la oportunidad de demostrar que no lo quemó el Ministerio.
Los liberales, obsequiosos como han estado con la reelección, tendrían que salir a la palestra. El Presidente Cesar Gaviria, por ejemplo. Alfonso Gómez Méndez tiene títulos y ganas. Rafael Pardo no estaría porque es puro gavirista. Eduardo Verano de la Rosa ya está echando voladores. ¿Andrés González? Juan Manuel Galán seguramente se le mediría.  Está lleno el partidor rojo.
En el Polo la doctora Clara López  es candidata y está en campaña, con buena aceptación. Se encuentra buscando aliados, no solo en la izquierda.
Antonio Navarro está organizando otra interesante opción.  Generalmente el que tiene la idea y coordina, es el que representa. De manera que ya habría otro candidato,  aspirando por cuarta vez.
Si se sale adelante con la paz, surgiría un nuevo sector en la competencia. La Marcha Patriótica, con muchos otros aliados, tendría su estandarte presidencial. ¿Timochenko? No, pues iría al Senado y ese nuevo sector, sin chance de ganar en el ejecutivo, contaría con tribuna asegurada.  ¿Piedad Córdoba? Interesante posibilidad.
Faltan otros nombres y otras tendencias partidistas e ideológicas. La emulación sería interesante. Difícil, eso sí, que Santos renuncie  a una oportunidad que tiene en bandeja de plata.  Pero en política nunca se sabe.
Bogotá D.C., 31 de Enero, 2013
NuevoSiglo 

miércoles, 23 de enero de 2013

Columna política

     ¿La lucha será en el Congreso? Bienvenida
Horacio Serpa
Los comentarios, no desmentidos, de que el expresidente Uribe encabezará una lista de candidatos al Senado de la República en las elecciones de Marzo del año entrante, se convirtieron en el acontecimiento político de la semana. Todos queremos opinar al respecto. Y eso que no ha salido la noticia en concreto.El doctor Uribe es un personaje de alto coturno en la política nacional. Lo que haga, lo que diga, lo que proponga, lo que cuestione, tiene enormes repercusiones. En su nombre, en su trayectoria, en su futuro, está localizado uno de los extremos que hoy rigen la discusión pública.El otro se llama Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia. No ha dicho nada al respecto pero todo el mundo supone que irá a la reelección, en nombre del partido de la U, acompañado de fuerte coalición. Muchos unen su destino al que tenga el proceso de paz. El dijo que no es así, pero son aspectos que parecen indisolubles. Santos tratando de llegar y Uribe haciendo todo lo posible para que ello no se dé, es el escenario que está cantado. Con interesantes variables, desde luego. Se está organizando un colectivo político de sectores partidistas y de personalidad democráticas muy interesante. La voz autorizada es la de Navarro Wolf y ello es mucho decir porque es un político serio, constructivo y reconocido. Está pendiente el nacimiento de una izquierda democrática que represente a los suscriptores de los acuerdos de paz, si se dan, con múltiples sectores progresistas, contestatarios, inconformes, sociales, académicos y estudiantiles.
El presidente Santos le ganó de mano al expresidente Uribe sobre la jefatura de la U y a los disidentes no les queda más remedio que retirarse del Congreso antes de Marzo, para buscar cupo en la lista de Puro Centro Democrático. Cambio Radical está y estará con el gobierno pues aspira a sucederlo, ahora o en cuatro años. Los Verdes siguen muy independientes pero en la Mesa de Unidad Nacional. Los conservadores quien sabe si se arriesguen a sacar candidato. Los liberales han hecho ostentación con el cariño que le profesan al Presidente. Hay otros partidos diferentes, alternativos, en trance de ubicarse.
Ahí están las cartas. El primer round será en Marzo, con el Congreso. Si Uribe encabeza lista, ¿los conservadores pondrán a Pastrana? ¿Será que Vargas Lleras saldrá a la palestra para no dejarse barrer de los uribistas? En el Partido Verde podría aparecer Lucho para disputar la cabeza a Prada. ¿Se van a quedar quietos los expresidentes liberales? Del Polo ya se sabe que será Robledo pues Clarita va para la Presidencia. ¿Qué estará pensando Piedad? De Timochenko unos piensan que debe parar en la cárcel y otros queremos que dispare discursos en el Senado.
Como se ve, el asunto es difícil de entender y de armar. Hasta ahora no hay nada claro. Lo importante es desterrar la violencia en todas sus facetas y que vengan las discusiones democráticas.
 “Hagan sus apuestas señores”. 
Bogotá D.C., 22 de Enero, 2013
Publicada en el Nuevo Siglo    

sábado, 6 de octubre de 2012

El renacer de Convergencia

                                                                  TRAFUGARIO
Por: JOSE OSCAR FAJARDO
 Entre viernes y sábado inmediatamente anteriores se llevó a cabo la IV Convención Departamental del Partido de Integración Nacional, PIN, que con 15 congresistas a bordo constituye la cuarta fuerza política del país.  Y había representación de casi todos los sectores de la geografía nacional. Pero cualquiera pudiera opinar que eso así a palo seco no quiere decir mucho.  No obstante si los santandereanos analizamos a fondo, tenemos que concluir que la importancia que este hecho tiene es mucho más de la que cualquiera le quiera asignar. Pues eso quiere decir que un partido político de fabricación netamente santandereana, es hoy por hoy un conglomerado político capaz de influir con cierta profundidad a nivel nacional.
Sí porque son algo más de un millón de votos los que aporta este movimiento que a la hora de elegir presidente de la República, son muchos los candidatos interesados en que esa fuerza política tercie hacia allá. Pero lo que quieren realmente los dirigentes y las cabezas más visibles del PIN, es que este regrese a su punto de partida y vuelva  a nacer pero otra vez con su nombre de bautisterio, Partido de Convergencia Ciudadana. Pues fue con ese nombre que vio la luz en Santander y con el que se extendió a nivel nacional, hasta que algunos de sus máximos dirigentes debieron renunciar para atender a los llamados de la justicia con el fin de responder por diferentes cargos.  
Cuando este columnista habló con su dirigente máximo Luis Alberto Gil, quien entre otras cosas reconoció su procedencia y nacimiento en el corregimiento de Cite del municipio de Barbosa, expresó con toda su energía política y bajo pleno criterio ideológico, que para él y su partido, “La paz no era solamente silenciar y agachar las armas sino que la Paz era también combatir la miseria de la gente y además garantizar el empleo, la salud y la educación de los sectores menos favorecidos económicamente,  con el fin de hacer una administración y una política realmente democráticas y acordes a las verdaderas condiciones que afronta el pueblo colombiano”. En un lapso de su intervención hubo un momento de paroxismo cuando el dirigente presentó su renuncia oficial al Partido Convergencia en un gesto de sensibilidad política, y la asamblea en pleno y de manera apoteósica no aceptó la decisión del dirigente y por el contrario rechazó con vehemencia su inaceptable propuesta. Posteriormente tuvimos una charla con el presidente nacional del Partido de Integración Nacional, abogado Angel Alirio Moreno, otro personaje de alta estatura política orgullosamente barboseño, quien cordialmente contestó así a mis preguntas. Doctor Alirio, le dije. ¿Por qué el retorno a Convergencia Ciudadana? “Porque Convergencia Ciudadana forma parte del patrimonio santandereano, y como tal, es un proyecto político que se consolidó en Santander construyendo democracia con el propósito de alcanzar la Paz. Hoy, cuando estamos hablando de reconciliación y estamos buscando escenarios para la Paz que nos permitan desarrollar una convivencia pacífica con un mínimo de felicidad del ser humano, creemos conveniente que renazca este proyecto de manera clara y transparente”.
Luego volví a preguntarle sobre el hecho de que, de una manera inusual, unánime y apoteósica la Asamblea General rechazara la renuncia del doctor Luis Alberto Gil al partido, y esta fue su categórica respuesta: “Yo observo deseos sinceros hacia él de parte de un gran grupo de ciudadanos de Santander que con él construyeron un proyecto político, social y empresarial. Es la gente la que toma la decisión de reiterarle su petición para que continúe activo en la política y en la construcción de pensamiento político”. Finalmente me comentó que “para Santander, ser el PIN la cuarta fuerza política nacional, significaba participación y capacidad de decisión”.  Yo estaba más feliz que todos porque siempre he sostenido en mis escritos  periodísticos y literarios que, “Barbosa es tierra donde la inteligencia es peste”. Porque no sólo estaban el doctor Luis Alberto Gil, fundador de Convergencia Ciudadana y el doctor Angel Alirio Moreno, presidente nacional del PIN, sino que también estaba yo. O será que no tengo el sagrado derecho a “chicaniar” como buen barboseño que soy.        

viernes, 9 de marzo de 2012

¿Dónde está la ética de algunos periodistas?

De muy mal gusto, la costumbre de ir a recibir como héroe, organizar bienvenidas y entrevistas a todo político convicto que sale de la cárcel por parapolitico ò que ha terminado de purgar pena.

La semana pasada fui testigo de notas periodísticas de alabanza y ensalzando a un personajillo local, que ha hecho carrera política con alianzas no muy santas. 
Fuera  de las entrevistas de mal gusto, sin ton ni son, que despotrican de la Corte Suprema, mostrándolos como chivos expiatorios,  el mensaje que se le da a las nuevas generaciones es de  que “en política todo vale”. 
A ese paso, no será raro que cuando salga Garavito, el asesino de los niños, de la cárcel de Valledupar se le organice en la ciudad bienvenidas, agasajos y entrevistas por parte de los medios locales. 
Esta actitud es entendible de todos quienes viven de un contrato o un puesto del citado grupo político, quienes son constreñidos  a asistir so pena de destitución, pero no es entendible de los medios locales, en especial un canal público como el TRO, haciendo  apología del delito.
Sergio Eduardo Toledo
Comité de los indignados

viernes, 18 de noviembre de 2011

EDUCACION CONCERTADA

Por: Pedro Gerardo Tabares C.

La situación de las universidades es una  dificultad que ha surgido con el tiempo cambiando orientaciones por razón de la actualización al tomar vigencia la Constitución Política v y el surgimiento de la ley 30  de 1992 con otro  tratamiento para adecuarlo al momento histórico. Desde entonces se orientó la educación superior. La enseñanza universitaria y la investigación tuvo loables propósitos pero la autorización para multiplicar los claustros sin requisitos de planta física y tecnología multiplicó los centros de tal manera que las casas amplias y algunos asientos que reemplazaron los pupitres escolares vinieron a permitir fundación de centros de investigación. Se empezaron a hacer exigencias de posgrados para dictar cátedra reemplazando la noria que existía que un estudiante iniciaba en el pregrado,  se instituía en monitor, y luego descendía a dictar clase, lo cual no descalifica a la Universidades que tuvieron tradición o surgieron con profesores que dominaban los idiomas dirigidos a las materias como ocurrió en el derecho.  Surgieron decretos de autorización, que por no tener relevancia personal nadie  los demandó ni los demandará pero han permitido que la educación descienda hasta tomar los oficios como tecnologías y diplomados.

Algo así como lo que en la segunda parte del siglo pasado, se denominaba estudios por correspondencia que se encontraban en el Estado de California Estados Unidos, con la diferencia de que las lecciones y orientación didáctica no se copia, y ahora lo virtual no se prepara con secuencia, porque en este campo no se apoyan las producciones, puesto que existen muchos proyectos de educación informal que muchas veces no se cumplen, como puede observarse en el avance de enseñanza para la exportación, que no ha dado resultados. En el otro extremo se disminuyó paulatinamente la universidad estatal por razones que se demostraron, el pensum se prolongaba indefinidamente y no obstante ingentes sumas en preparar docentes en el exterior, pocos reflejaron su entrega a la docencia, como cuando por mencionar a Santander, tuvo reconocimiento latinoamericano en la Enseñanza Industrial.
Similar orientación tuvo la educación primaria, pues una escuela grande se tornó en Colegio, al cual las subvenciones no les llegan como a los colegios privados, a los cuales les prometen pagar por alumno i finalmente les incumplen y generalmente los llevan a la quiebra, desmotivando la vocación de educadores esforzados. Toda situación difícil tiene solución, y por ello se demuestra que no fueron las protestas con consignas extranjeras las que solucionan problemas sino la sensatez de quienes van a dirigir el país la que permite acercamiento a proyectar leyes concertadas, lo cual puede decirse que hasta ahora un gobernante tiene en cuenta, pues en el pasado, bastaba cerrar los establecimientos de enseñanza superior para solucionar cualquier dificultad.




martes, 6 de septiembre de 2011

Se nos fue el compañero Name

Por Horacio Serpa Uribe 
Con la muerte de José Name Terán desaparece uno de los protagonistas más notables del mundo de la política, la que ejerció de manera permanente, intensa, por lo menos durante medio siglo.
Es lo que a mí me consta. Cuando comencé a estudiar Derecho en la Universidad del Atlántico, José terminaba sus estudios en la misma Facultad. Corría 1.961 y Name, como se le conocía popularmente, era líder estudiantil. Pertenecía al Partido Liberal y siendo tan joven incursionaba en política con los mayores. Pertenecía al grupo de Carlos Martín-Leyes, uno de los grandes.
Name era activo, diligente, fiestero, simpático, caía muy bien. Los muchachos de la Facultad lo admirábamos y muchos lo seguíamos. Era el político de la Universidad. Desde esa lejana época comenzó una carrera en lo público que nunca se terminó, porque en los últimos años siguió  opinando, dirigiendo, resolviendo problemas, atendiendo cosas. Dando consejos, tirando línea, porque nunca dejó de ser consultado.
En la política desempeñó todas las responsabilidades y recibió todos los honores. Fue Diputado, Representante a la Cámara, Senador. Se desempeñó como Ministro del Presidente Barco. Participó en docenas de debates electorales exitosos y fue eterno candidato  victorioso. Siempre altivo, siempre al frente, firme en la contienda, duro muchas veces, conciliador en otras.
El Congreso de la República fue su patio predilecto. Lo presidió con dignidad y competencia. Allí fue aplaudido y controvertido, pero respetado por todos. Fue un congresista propositivo. De sus iniciativas hay constancia expresa en muchas leyes y en varias reformas constitucionales. Fue su preocupación permanente legislar para favorecer a los más necesitados. Recuerdo la lucha que dio en su momento por el denominado IVA Social.
En el Partido Liberal era una verdadera institución. Organizaba, orientaba, mandaba. Todos acudíamos a Name buscando consejo y ayuda. Nunca nos negó nada, pues fue generoso y buen camarada. Representó como nadie el llamado Poder Costeño y su opinión era decisiva para aprobar leyes, elegir dignatarios en el Parlamento, definir las Convenciones del Partido y elegir Presidentes de la República. Por razones de coyuntura política José se retiró del Partido, pero él lo añoro, como nosotros los liberales a José. Me dijo José David, su heredero de sangre y de política, que para su entierro había pedido corbata roja.
José, como político de casta, vivió momentos de alegría y de tristeza. Fue vitoreado, exaltado a lo máximo, aplaudido a rabiar, al igual que criticado, perseguido, injuriado, calumniado. Siempre salió bien librado en los intensos debates que afrontó y por más fuertes que fueran los golpes nunca se rindió ni se dejó dominar por la amargura. A pesar de la envidia y las contusiones, fue un nítido triunfador.
Habiendo tenido tantos amigos, José Name tuvo especialmente familia. Bella familia. Familia respetable y buena, Yolanda, sus hijos, David, a los que con Rosita e hijos hago llegar mi afectuoso abrazo solidario.
Se nos fue el compañero Name. Que tristeza. Que orgullo haber sido su amigo.

miércoles, 15 de junio de 2011

"La cara oculta de la Constitución del 91”

Miércoles, 15 de junio de 2011

--------------------------------Por Horacio Serpa

En las últimas semanas han sido diferentes las celebraciones por los 20 años de la Constitución Nacional. Talleres, foros, análisis, artículos de prensa, entrevistas, debates, para referirse al acontecimiento político más importante del siglo XX: la Constituyente de 1991 que expidió la Carta Fundamental que nos rige.

OSCAR ALARCON, abogado, costeño, periodista, humorista, escritor, ser humano sin par, personaje a todo dar, hizo un aporte enorme a los análisis que hoy se adelantan publicando un libro de gran valor histórico, político y jurídico, “La cara oculta de la Constitución del 91”, con el propósito de “mostrar los hechos que condujeron a la Constituyente de 1.991 y revelar los motivos que llevaron a crear algunas instituciones que hoy rigen en la nueva Constitución, muchas de las cuales todavía algunos cuestionan y otros no se cansan de elogiar”.
De entrada ALARCON recuerda como estuvo conformada la Gran Asamblea, de la cual, por su heterogénea composición, poco se esperaba en materia de coherencia y de acuerdos esenciales: “Por primera vez en nuestra historia constitucional hubo una asamblea heterogénea que resultaba una fotografía del país. Había un ex presidente, Misael Pastrana Borrero; dirigentes liberales, como Horacio Serpa; conservadores, como Alvaro Gómez; hijos de ex presidentes, como Carlos Lleras de la Fuente, Mariano Ospina Hernández y el mismo Gómez; ex cancilleres y ex ministros, ex embajadores, ex guerrilleros, sindicalistas, periodistas, poetas, futbolistas, indígenas, mujeres… En fin, todo el país, con sus virtudes y sus defectos.”

La Obra abunda en comentarios, explicaciones, antecedentes y análisis sobre los temas sobresalientes debatidos en aquel momento crucial de la vida colombiana: el secuestro del doctor Alvaro Gómez, la cruda violencia de la época y el asesinato de los líderes políticos, los gobiernos de Barco y Gaviria, la operación avispa de los liberales, la presidencia tripartita, el Banco de la República, la Defensoría del Pueblo, los departamentos, la sanción de la Constitución sobre unas hojas en blanco, incluyendo las agudas observaciones que se hicieron sobre el matrimonio, la Iglesia y el mismísimo Dios.

De notable recordación son los capítulos sobre la revocatoria del Congreso y la eliminación de la reelección presidencial, institución sobre la cual ALARCON recordó importantes pasajes históricos: “La reelección presidencial es un tema que se debate no solo en Colombia sino también en otros países del mundo. Los mexicanos, por ejemplo, tienen malas experiencias de las reelecciones, después de los casos de Montezuma y de Porfirio Díaz, y tanto, que la revolución de 1910 se hizo contra esa nefasta práctica que tuvo a Díaz, por más de treinta años en el gobierno. Acuñaron una frase que aun repite en documentos oficiales: “Sufragio efectivo, no reelección”. Los franceses también tienen ejemplos nefastos. La prestigiosa revista Le Nouvel Observateur cuando Valery Giscard d’Estaing aspiraba a repetir publicó una ilustrada crónica con el título “La maldición de las reelecciones” y luego, en letras grandes, destacadas, se leía : “Desde Adolfo Thiers hasta Valery Giscard d’Estaing han pasado 19 mandatarios por la jefatura del Estado. Tres de ellos fueron reelectos, para su desgracia…”.

El libro de OSCAR ALARCON es una valiosa contribución al conocimiento de la historia del constitucionalismo universal y nacional, y ofrece visiones desconocidas por muchos colombianos sobre aspectos, episodios, vivencias y controversias de las que se dieron durante las sesiones de la Constituyente, por lo que resulta de un gran interés. Recomiendo su lectura, que es fácil, instructiva y amena a lo largo de todas sus páginas.

jueves, 14 de abril de 2011

Actualidad política

Un desafortunado lanzamiento
Por Sergio Eduardo Toledo
Abogado Independiente

No se entiende como el Coronel Aguilar en tres años de una excelente gestión (comparada con la de Mario Camacho, Miguel Jesús Arenas y Jorge Gómez Villamizar) no haya encontrado un candidato de reconocida trayectoria y perfil, personal e intelectual, para que asuma el reto de llegar a la Gobernación.

Se ha rodeado de personajillos, a los que se les nota el afán de protagonismo y poder, para utilizarlo en beneficio propio y que se han caracterizado por pasar sin pena, ni gloria en diversos cargos públicos, sin que se les cononozca una reconocida actividad profesional independiente.

Su hijo, el joven profesional Richard Aguilar Villa, es una persona brillante con muchos kilates, bien preparado; pero se nota a leguas que esta todavía muy verde, “muy biche” como dicen las señoras y que no conoce los problemas de la región, ni siquiera en su hablar suena como Santandereano, ya que ha vivido más tiempo en Bogotá y fuera del país.
Haciendo la aclaración que no soy empleado publico, ni contratista, ni vivo del periodismo ni de pedir pautas o plata a los candidatos de turno, le doy un consejo al Coronel; ¡deje la desesperación y lleve las cosas con calma, no queme un muchacho con una brillante carrera por venir!.

Asesórese bien y no cometa embarradas como el lanzamiento el día martes, cuya asistencia fue multitudinaria, pero quienes fueron son las mismas lampreas que siempre aparecen en los directorios como aves carroñeras en procura de su próxima presa.

De igual forma deja cierto mal sabor en la boca que se pretenda crear una monarquía familiar a toda costa, dejando la duda de que en “tres años de supuesto buen gobierno del Coronel”, no haya encontrado una figura descollante como candidato que no fuera su hijo o su esposa.

lunes, 6 de septiembre de 2010

TRAFUGARIO

-------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

EL ÉXITO DE ULIBRO

Hace tiempo tomando tinto con un buen amigo y también columnista de este periódico, perorábamos de por qué yo casi nunca le daba garrote a personaje alguno en mis columnas. Y pude darme cuenta de que él, mi amigo, tenía el concepto, muy personal lógicamente, y lo ponía en práctica con enconada frecuencia, de que las columnas eran para dar garrote. Mas nunca para admirar o para felicitar. Yo no hago eso, o casi nunca lo hago. Claro que cuando lo hago, es porque tengo la certeza científica de que a quien va dirigido el misil, no hay posibilidad de duda, se lo merece. Al fin y al cabo eso es parte del oficio de los columnistas: producir y generar opinión. Como para la muestra siempre hay un botón, tengo ubicado un político que desde hace tiempo se viene ganando un “suculento garrotazo”, que el día que se lo pegue, va a quedar más torcido que el jorobado de nuestra señora de París. Se gasta una prepotencia y un cinismo sólo comparable a la del mismísimo Nicolacito Maquiavelo. Su nombre, obvio, es reserva del sumario.

Pero siguiendo con nuestro tema inicial, esta vez Ulibro se gana mis aplausos y los de la comunidad progresista de Bucaramanga, puesto que para mí el evento fue todo un éxito. No porque se hayan tranzado 100 o 200 millones de dólares en libros, por decir algo, sino con lo que se ganó tratando de imponer la cultura de los libros y el culto a la lectura. Mil millones de felicitaciones porque, “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Yo diría a lo griego: “Provocad progresos culturales en la sociedad y desaparecerá la violencia”. Muchos sabemos que Santander es uno de los Departamentos con más bajo índice de lecturabilidad en todo el país y, con todo el respeto, eso de por sí ya es una vergüenza. Porque dizque los santandereanos somos unos verracos. Después de cien años de soledad, en verdad que me quedan bastantes dudas. Aclaro que el anterior dato, el de la lecturabilidad, no es ningún invento del columnista, sino que por el contrario, es un dato totalmente oficial y verídico.

 El hecho de que ya la gente, aunque sea un pequeño sector social relativamente, incluya dentro de la canasta familiar, libros, eso ya es un éxito cultural. Y hay algo más verraco todavía: el hecho de que la gente vaya a hacer cola, así sea solamente universitarios, para entrar al auditorio a escuchar las palabras y los conceptos de Héctor Abad Facio Lince o de Fernando Savater, ambos pesos pesados uno de la literatura nacional, Facio Lince, y Savater ya del ranking mundial, es cosa de ponerse uno a botar ramos de olivos por los aires de legítima felicidad. ¿Por qué? Ya lo dije atrás. Porque si cambiamos nuestros parámetros culturales y les damos un rumbo hacia el… no salvagismo, estamos dando un salto equiparable al que dio Neil Armsntrong pisándole la cara a la Luna para el bien de la humanidad. Y una razón todavía más verraca. Que en Colombia la Cultura depende de la Política cuando en los países civilizados es al revés. La Política es un apéndice la Cultura.

 Por todo ello colijo que la feria del libro va más allá que una simple feria de vanidades de esas que se hacen a diario con el fin de embrutecer más a la gente. Y sin ser yo San Martín de Porres y muchísimo menos sor Teresa de Calcuta, los libros pueden ser la panacea. Porque en las sociedades donde se lee, se facilita el diálogo. Porque el hombre que lee, fortalece su personalidad y se vuelve un faro para competir desde el punto de vista de la racionalidad, y sea cual sea su profesión. La fuerza de las ideas está en las capacidades intelectuales. Y en la fuerza de las ideas, señores políticos y gobernantes, está la verdadera Democracia. Lo demás es engaño, autoritarismo despótico y violencia.

lunes, 30 de agosto de 2010

La renovación política

ÁLVARO BELTRÁN PINZÓN

Ha exhibido el Partido Verde manifiesta falencia en la definición de su rumbo futuro. Al parecer, cuenta con una deficiente dirección en la que, además de ser excesivamente numerosa, sus integrantes no han podido superar la razón inicial de su presencia allí, representando la figura de los ilustres ex Alcaldes ó las antiguas estructuras de una organización que nunca se pensó como alternativa política nacional. También, han encontrado las ataduras de unos estatutos que para nada interpretan la espontaneidad y frescura del movimiento ciudadano que se agrupó bajo sus banderas, en las pasadas elecciones presidenciales.

¿Qué va a pasar con los 3.5 millones de votantes ó, mejor, con esa gran fuerza que por momentos se percibió mayoritaria durante el pasado debate electoral, y que tiene como denominador común su rechazo a las viciadas formas de hacer política?

Cierto es que este importante sector ciudadano no se manifestó como resultado de un coordinado trabajo proselitista, sino que se agrupó gracias a la figura de Antanas Mockus, que motivó adhesiones sin reservas a este movimiento, dada su reconocida solvencia moral, y ahora, ante la falta de convocatoria y de organización, podría dispersarse.

También es cierto que el presidente Santos ha tomado buena parte de las banderas desplegadas por la propuesta Verde, tales como la recomposición de relaciones con los países vecinos sobre la base del respeto mutuo; el reconocimiento de la independencia de las Altas Cortes y el pleno acatamiento a sus fallos; las anunciadas y profundas reformas al régimen político, al sistema de salud y a la Justicia, y la adopción de un efectivo estatuto anticorrupción.

El reto está en persistir. Esa importante fuerza ciudadana está llamada a hacerle juicioso seguimiento al trámite de las ambiciosas reformas planteadas, para que la ilusión que hoy acompaña al 84% de los colombianos se convierta en realidad y no pase a engrosar el inventario de las decepciones. Así mismo, a constituir instancias de estudio en sus localidades y regiones, para identificar problemas y formular propuestas políticas que ofrezcan soluciones a sus comunidades.

La pasada contienda electoral dejó un legado vital para la reanimación de las fuerzas cívicas. Ahí se pudo vislumbrar una real posibilidad para que se erijan como alternativa de renovación de nuestra vida política.

miércoles, 25 de marzo de 2009

POLITICA: GUSANILLO O SERPIENTE VENENOSA?


Por: Martha Clemencia González M

Cuando pasamos por el colegio, recibimos algunas clases de filosofía en las que nos hablan sobre las diferentes teorías y formas de ver la vida, por parte de aquellos que aunque nacidos hace varios siglos, dejaron un legado importante de meditaciones y escritos con los que pretendían explicar, de alguna manera, el papel del ser humano en el mundo.

Quizás una de las que más fácilmente se aprendían, por lo menos en mis tiempos de colegio, era aquella que decía "el hombre es un lobo para el hombre", escrita por el filósofo THOMAS HOBBES (1588 - 1679).

Este pensador decía: "el hombre vive una guerra de todos contra todos. Pero al mismo tiempo este mismo hombre sigue siendo un ser racional y tiende a superar el desorden y la inseguirdad. Con el fin de lograr su seguridad y superar el peligro, los individuos ceden sus derechos en favor de un tercero".

Haciendo de nuevo el ejercicio escolar de llevar esta meditación a la actualidad, veo que HOBBES logró, en un acto, absolutamente visionario y muy certero, que su frase permaneciera vigente siglo tras siglo. Y para la muestra: "un botón"..la política.

Frases de descalificación, de desaliento, de desaprobación, de queja, de lamento..de ataque, todas disfrazadas de pretendido entendimiento del querer general y de la necesidad del pueblo...esa es la actitud que asumen muchos políticos..obviamente y de manera especial los que no están gozando de "las mieles del poder". Estas vanas reacciones convertidas en aseveraciones difundidas como pólvora a través de los medios de comunicación, parecieran ser el eje fundamental de las formas de hacer política en muchos países.

El ser contrario a lo que diga, haga o proponga el partido político de turno en el gobierno, es lo primordial para hacerse notar y permanecer en el recuerdo de la gente. Y algunos dirán: "pero si ahí es donde está la verdadera democracia...en el derecho a estar en desacuerdo..en el derecho a opinar". Esto es verdad. Pero ojalá realmente ésta fuera la intención de muchos políticos cuando hacen oposición. Con toda seguridad, de ese sano ejercicio de la democracia, saldría la solución para tantos y tantos problemas de la sociedad actual...digamos que si así fuera, realmente no tendríamos tantos "deberes" pendientes en el mundo y tantos problemas acumulados de años y años de democracia mal entendida y aplicada.

Infortunadamente a cambio de lo anterior, muchos políticos hacen gala de su capacidad oratoria para manipular a las masas al acomodo de sus conveniencias políticas y hasta personales y siempre, obviamente, orientan sus discursos hacia el desprestigio de quienes les son contrarios en estos devenires públicos. Algunos son sorprendentemente expertos en el manejo de la sentimentalidad popular y con ello logran sembrar y cultivar rencores cuya "cosecha" pretenden y esperan recoger luego en las urnas.

Una de las definiciones más sencillas de "política" puede ser la siguiente: "es la actividad humana a través de la cual se gobierna o se dirige la acción del estado en beneficio de la sociedad".

La pregunta es: es una buena política la que se hace cuando quien se dedica a esta actividad se caracteriza sólo por criticar (no siempre constructivamente..de hecho, casi nunca), juzgar, opinar siempre y a toda costa en contra e intentar permanecer en la palestra pública a través de la ironía y el sarcasmo? Qué beneficio recibe la sociedad de este tipo de "política"? Se soluciona algo con este tipo de actitudes?

Sinceramente creo que no hay beneficio ni solución a nada y comparto a plenitud la opinión de quienes afirman que a los políticos hoy por hoy no se les admira...sólo se les aguanta y muy a disgusto, por cierto; ya que lamentablemente algunos medios de comunicación deciden entrar en este círculo vicioso y prefieren dar cada vez más cabida a discursos plagados de verborrea, como es el de una inmensa mayoría de políticos.

Está claro que la política, en muchas partes del mundo carece, de manera alarmante, de verdaderos intelectuales que sean capaces de olvidarse del egocentrismo y de la vanidad del poder. Faltan políticos que sepan trabajar y promover dicho trabajo con argumentos inteligentes, respetuosos no sólo con sus contrarios, sino principalmente con el pueblo, concienzudos, responsables, serios y de proyección en favor de la sociedad.

Para finalizar y tal como lo hice en uno de mis anteriores artículos, debo señalar que los políticos que no se sientan identificados con este escrito, no deben tampoco sentirse atacados. Por otra parte, quienes en el fondo de su corazón acepten que algo de lo que aquí se ha dicho es verdad, recuerden que siempre se está a tiempo de cambiar y que es de sabios rectificar
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