martes, 21 de junio de 2016

Periodismo: “Copie y pega”, un remedo del oficio

Por: Bernardo Socha Acosta
Con los avances de la comunicación que nos ha traído la Internet, también está llegando el deterioro del periodismo que ha incursionado al sistema en línea.  
Si hoy comparamos a algunos periodistas que alimentan sus sitios web con solo plagio (Copie y pega) podemos decir que en el siglo pasado era más periodista, quien para crear un programa radial y llegar a las fuentes,  no era estrictamente necesario tener preparación académica,  sino querer y tener deseos de incursionar en el oficio, e ir a cualquier almacén y comprar  una grabadora y listo… el periodista. Hoy algunos periodistas ejerciendo el oficio en forma Digital y son tan “audaces” que ni los titulares de las noticias que copian y pegan, se toman la molestia de hacerles una mínima reforma, mucho menos al contenido general, sino que copian y pegan y listo, con lo cual están desfigurando  aún más el oficio.
En este sentido, el llamado periodismo de “copie y pega” está desdibujando la labor ética y estética de lo que debe ser el aprovechamiento de los medios digitales.
Esa  práctica  de copie y pega se convierte en un engaño, no solo para el que está haciendo el ejercicio, sino para quienes eventualmente lo visitan, tal vez por accidente, porque estos contenidos copiados y pegados, nunca son re-diccionados  por los motores de búsqueda de Internet, porque rápidamente detectan que se trata de un plagio en la información. Ese es el motivo de que esos sitios web, alimentados de Cópias, nunca prosperan y por eso es que se convierten en un engaño para los autores  del sitio web y para los eventuales anunciantes
En un sitio web español (http://233grados.lainformacion.com/) que analiza el futuro de los medios de comunicación, se publica un artículo titulado: Las cinco grandes barbaridades del copia y pega en el periodismo digital y se refiere al daño sistemático que se causa al periodismo digital y las barbaridades que se cometen.
En otro sitio de Internet (https://alt1024.wordpress.com/) se advierte sobre Copia y pega  y se presentan 13 herramientas digitales para investigar plagio en periodismo y sobre los riesgos a que se someten esas personas.
Otro análisis de las habilidades de cortar y pegar, no va más allá de la vulgaridad de una persona que quiere hacer periodismo de esta forma aprovechando el vasto alcance de la Red de Internet.
En este artículo de, La Réplica (http://lareplica.es/) también se presentan 10 reglas de oro para ejercer  bien esta actividad (periodismo digital)
Y no es que pretendamos que todos los contenidos  de un sitio web, sean de la autoría del propietario de la página; ni más faltaba. Hoy con la tecnología de las TIC y el periodismo en línea, buena parte de las fuentes proviene de los sitios donde el gobierno y el sector privado cuelgan las informaciones y se convierten en el medio para consultar esas noticias, pero entonces, lo que debemos hacer es   ajustarlas sin quitarles la esencia y el contenido central, pero sí cambiarle los abundantes objetivos calificativos, por enriquecimiento informativo de interés para el lector. Porque pegar una información tal como viene de la fuente de gobierno,  sin incluirle algunos datos complementarios, que el redactor original obvió por espacio y tiempo,  nos hace presentar una información escasa de interés para el visitante. Y que queda claro, no es que los boletines de los sitios web del gobierno o el sector privado estén mal redactados, sino que ese material es una guía apenas para que el periodista investigue más a fondo y conforme la noticia completa, para luego si entregarla al público. Mal harían las oficinas de prensa, estarle quitando el trabajo a los periodistas de los medios  donde hay una destacada planta de redactores  que toman esos boletines como apoyo para llegar a la noticia completa, investigando, confrontando y redactando ese materiaal.

domingo, 19 de junio de 2016

La cultura del delito

Trafugario
Escribe: José Óscar Fajardo

En la revista Semana del 29 de mayo anterior, el investigador social German Rey hace unas aclaraciones sobre la cultura colombiana que son tan preocupantes como para entrar uno en estado depresivo. Bueno, claro que los colombianos somos depresivos desde nuestros ancestros de español ratero con india violada. A la pregunta ¿Qué ha pasado con la cultura durante estos 60 años de guerra? Observen lo que el especialista contestó. “La guerra ha tenido repercusiones en la vida cultural. El despojo de tierras y el enorme desplazamiento que se produjo en el país tienen implicaciones en el sentido de pertenencia de las comunidades, su cohesión colectiva y su identidad. El miedo influye en las expresiones. Las migraciones del campo hacia las ciudades provocan un verdadero cataclismo cultural, aunque también mestizajes, y el impacto sobre la vida de los jóvenes es de una gravedad cultural indudable…”. Con eso tenemos como para chuparnos los dedos, máxime si tiene en cuenta que de esos desplazados se produce un gran número de prostitutas, incluso en pubertad, para el consumo nacional y para su exportación. Madresolterismo de alta densidad de menores de edad. Además, sicarios de refinada calidad, ladrones de ocho brazos como los pulpos, y como si todo esto fuera bicoca, grandes legiones de drogadictos y alcohólicos callejeros y gigantesca cantidad de mendigos y dementes. Y no me vayan a tildar de “terriblista” pregonero del fin del mundo. ¿Qué están haciendo el Mincultura y las Secretarías de Cultura y otros entes aledaños en el país? Ya lo había predicho García Márquez sobre el Mincultura, ha muchos años, y hoy yo lo reitero: “Serán entes burocráticos al servicio de la política”. Pues ni más ni más. La mayoría de expresiones culturales de las diferentes subregiones colombianas paulatinamente han sido, o van siendo borradas del mapa cultural. Eso, junto con la expoliación de tierras y los desplazamientos, ha ido fortaleciendo “La cultura del delito”. Se me viene entonces a la memoria la famosa frase de Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del Tercer Reich y mano derecha de Hitler. “Cada vez que escucho la palabra cultura le echo mano a mi pistola”. En cambio en  Colombia, los gobernantes que hemos tenido, cada vez que escuchan la palabra cultura, le echan mano a los fusiles, a los desplazamientos, se inventan una guerra fratricida de partidos para que se maten los imbéciles, o en su defecto se inventan un partido de fútbol. Pero la estratagema del partido de fútbol sí que la pague los dueños de los clubes porque el Estado no tiene plata para eso. Que le pidan a cervecería Aguila que produce la mayor cantidad de cerveza en Colombia, y de alcohólicos y delincuentes y de violencia intrafamiliar y de cuanta desgracia ocurra en los barrios perratas de los niños famélicos y de los esqueléticos chandosos y las prostitutas impúberes. Porque, hoy por hoy en Colombia ser escritor, o pintor o artista en general, o gestor cultural, es una desgracia personal que solo le genera una pobreza que lo ha de llevar a la tumba. O en su defecto, problemas personales y de orden político porque usted es un “comunista” peligroso y le van metiendo la bala. Y que su familia lo llore y lo entierre si es que tiene con qué. Si no, que regalen su cadáver a la facultad de medicina para que le estudien el cerebro y averigüen por qué fue tan bruto, y los testículos para saber porque fue tan bolsón. Nos podría estar dando respiración artificial el proceso de paz. Pero pensar que hay una cáfila de políticos “intelectuales” adictos a la guerra.  

Grave amenaza de pescadores, contra directora de parques

Enviado por Alejandro Arias
“Te va a pasar lo mismo que a Martha”. Esa fue la sentencia que hicieron pescadores contra la Directora Territorial de Parques Nacionales Naturales Territorial Caribe, Luz Elvira Angarita, en desarrollo de las audiencias para la formulación del Plan maestro ordenado por la Corte Constitucional mediante sentencia T 606 de 2015 el pasado viernes 10 de junio en el centro de eventos Casa Grande en Santa Marta.
Las amenazas quedaron registradas en el video de seguimiento de las mesas de trabajo, el cual fue entregado a la Fiscalía General de la Nación. Mesas en las que entre otras autoridades participaban funcionarios de la Gobernación del Magdalena y Corpamag, quienes han guardado silencio ante este reprochable acto contra una autoridad ambiental regional.
Martha Lucía Hernández Turriago era Directora del Parque Tayrona cuando fue asesinada por hombres del Bloque Tayrona de las Auc el 29 de enero del 2004.
A esta amenaza se suma el ataque y posterior robo de que fueron objeto funcionarios del Parque Tayrona por parte de ocho pescadores en tres lanchas en hechos ocurridos en playas del sector de Neguanje hace escazas tres semanas.
El conflicto que ha tomado ribetes de criminalidad se deriva de la veda de pesca en el Parque Tayrona recientemente confirmada por la Corte Constitucional mediante sentencia T 606 de 2015.
Antecedentes y criterios de la corte para ratificar la veda
Bajo el criterio de que la preservación del ambiente, el resguardo de los ecosistemas marinos y terrestres, la protección de la flora y la fauna y la defensa ambiental de las especies, son mandatos imperativos en cabeza de las autoridades y los habitantes de todo el territorio nacional es que legisladores, autoridades ejecutivas y judiciales han formulado la dirección de la protección del patrimonio natural del país asumiendo que éste “pertenece a las personas que en él viven, pero también a las generaciones venideras, puesto que estamos en la obligación y el desafío de entregar el legado que hemos recibido en condiciones óptimas a nuestros descendientes”. Leer más

lunes, 6 de junio de 2016

El país más loco del mundo

                       Trafugario
Escribe José  Oscar Fajardo 
Lo más bello que tiene la literatura es que le permite al ser humano que así lo quisiere, decir todo lo que ve y piensa del mundo que lo rodea. Por ejemplo, si mis detractores supieran lo que yo pienso de ellos, ya me habrían matado. Y así cosas por el estilo. Historia oficial del amor, es la más reciente novela del escritor Ricardo Silva Romero, y de donde se puede deducir que, “Esta  es una explicación perfecta de este país incomprensible: una explicación de su suerte y de su naturaleza feroz, de sus delirios, de sus equívocos a toda prueba”. Y en unos párrafos más adelante “…nos habla de una sociedad enloquecida y sectaria. Una sociedad partida en dos, incendiada por sus políticos mesiánicos, por sus dañinos redentores que no concebían que nadie pensara distinto a ellos”. Vaya, vaya, vaya. Yo no puedo creer que ser uno bruto tenga tanto problema, se me da a mí por decir. Claro porque la guerra es la hija legítima de la brutalidad. Qué descripción tan hermosa y a la vez pavorosa que hace el escritor sobre la realidad colombiana porque estas frases están vigentes ahora más que nunca. “Incendiada por sus políticos mesiánicos” es una frase que nos llega a los colombianos hasta los tuétanos. Colombia siempre ha sido un circo político con payasos nefastos. Pero con esto de la paz, de la negociación del conflicto y del diseño del posconflicto, del plebiscito, se han visto cosas que no las había imaginado escritor alguno para sus novelas de ficción, y ni siquiera están consignadas en El Delfín, de Alvaro Salóm Becerra, un mamador de gallo a diestra y siniestra que fue capaz de desafiar a los políticos. Es que ver uno a un cristiano de dios, de raca mandaca, doctor en Derecho y profesor universitario, además de Procurador General de la Nación, con un crucifijo en la diestra husmeando a ver quién no está de acuerdo con él para romperle la cabeza a “cristasos”, es un situación de sainete que no se le ocurrió ni de fundas al candidato a la presidencia de Crazy Port, doctor Nabucodonosor Cristanchi Acelga de las Huertas en su alocada novela “La increíble estupidez de los difuntos”, autoría de este modesto escritor. Uno no puede concebir que haya gente adicta a la guerra cuando los principios elementales del psicoanálisis dictaminan así a vuelo de pájaro y de entrada que, “el hombre nace para el placer”. Que el hombre es hedonista, incluso desde su Inconsciente, por naturaleza propia. Uno no puede, o lo queda difícil aceptar, que haya políticos con suficiente poder para paralizar al país, incitando a la guerra como si estas se hicieran no con fisiles y sangre sino con pétalos de rosas. Y lo más increíble es que en ello anden doctores en Derecho, especializados en Penal, en Derechos Humanos, en Política Internacional, laboralistas, filósofos, profesores universitarios y otro tipo de “pensadores”. Los señores que solo han visto la guerra por la televisión encamados con sus mocitas allá en el norte de la capital, y así a todos los ciudadanos que comulgan con la misma idea como asnos comiendo heno, que piensen y apliquen que la guerra no es más que el fracaso de la inteligencia. Políticos mesiánicos o dioses terrenales que todavía no les alcanza mil, dos millones de dólares para vivir sin tremendos “sacrificios” el resto de sus vidas y todavía jodiendo. Dañinos redentores que solo buscan salvaguardar sus tesoros extraídos de las tripas de los más llevados que estarán así, o empeorando, hasta que  algún día  termine la eternidad, y ellos jodiendo.      

sábado, 28 de mayo de 2016

Un amigo prominente

                  Trafugario
             Escribe: Jose Óscar Fajardo

Ya va a ser un mes que murió un brillante escritor de este país y un gran amigo de por lo menos media Colombia. Creo que ya dedujeron que me estoy refiriendo a Fernando Soto Aparicio. Yo me di el lujo de ser amigo personal, hasta llegar a bebernos unos aguardienticos en Chiquinquirá, en el Encuentro Nacional de Escritores “Jetón Ferro”, o en Ráquira y Villa de Leiva en las excursiones que suele ofrecer la organización. En Ráquira hace cuatro años nos empacamos numerosos niquelados en compañía de Javier Ocampo López, historiador escritor, y entre tantos otros oficios, presidente de la Academia de Historia de Boyacá. Chucho Stapper no estuvo ausente, lo mismo que José Luis Días Granados.  Hizo falta Javier Félix, poeta, para completar el combo de Santander. Fernando Soto era un hombre muy cálido y muy noble, además que un genio de la literatura si se tiene en cuenta que empezó a escribir a sus seis años en una vetusta Remington que tenía su abuelo, notario de Santa Rosa y también escritor. Su madre le había enseñado a leer a los cinco años y a los nueve leyó por primera vez Los Miserables, esa prodigiosa novela del francés Víctor Hugo, la cual influyó en su trabajo durante muchos años. Fue el libro que lo llevó a ser escritor, contaba él mismo. Pero lo más increíble de la capacidad escritoral y de producción, es el hecho de que a los 10 años de edad, todavía un niño de balones y bicicletas, haya escrito dos novelas del corte de su maestro Víctor Hugo y muy parecidas a Los Miserables. Claro que en Soto Aparicio también influyó mucho Alejandro Dumas y Emile Zolá. “Eran cosas de capa y espada pero tenían cosas muy  mías; del amor, de las peleas, de un París que yo me imaginaba. Pero en una de esas desesperanzas grandes que a uno le dan en la vida, las quemé”. Luego el periodista que lo estaba entrevistando le preguntó ¿A esa edad por qué se siente desesperanza? No lo recuerdo, respondió. Fue como una angustia, una tristeza. Todo el mundo vaticinaba que era una vida fracasada la de un escritor porque era una profesión de drogadictos, borrachos, peligrosos mala clase”. Pero lo cierto es que el futuro escritor, dejó para siempre el estudio por dos cosas. “Primero porque no podía hacer gimnasia, una clase importantísima que daba un sargento, pero yo no podía saltar una cerca ni hacer una flexión, y las flexiones importaban más que las reflexiones. Segundo, porque me enamoré de una profesora de matemáticas: una señora de 18 años toda bonitica, con unas blusitas chiquitas y unas falditas cortas. Yo nunca miraba al tablero. Entonces dejé el estudio. Mejor dicho, nunca volví a un colegio, porque yo nunca he dejado de estudiar”. Fernando Soto era un hombre refinadamente divertido, ameno, armamento que sin duda alguna le sirvió para conquistar muchas mujeres que, dicho por él, era el talón de Aquiles de su corazón. Pues dicen los epistemólogos del amor que, cuando un hombre hace reír a una mujer con toda la donosura, ya está en su corazón.  “Ellas y yo”, es el título de su última novela que unos días antes de su muerte intentó terminar. Con ella hubiera completado setenta y dos. Y a un tipo de estos, con 72 novelas a las costillas, se le deben rendir todos los homenajes. Como decir, los cinco Doctor Honoris Causa que recibió. El pesar que me queda es que nunca pude llevarlo a Barbosa, porque en los encuentros de escritores que inventaba todos los años, nunca nadie me respaldó. 

lunes, 23 de mayo de 2016

¿Castigo para quienes quieren la paz?

Por: Bernardo Socha Acosta
La incertidumbre de muchos colombianos  que  veíamos cómo desde varios  espacios de las instituciones colombianas se ataca el proyecto de paz  sin que saliera nadie con poder decisivo a defenderlo, diferente al propio gobierno y al 95% de colombianos rasos, parece que encontramos luces que  ayudaran a tranquilizar la esperanza de encontrar a un país  muy pronto con ese preciado don como es la posibilidad de ejercer tanto el deber como el derecho a la paz.
Para quienes tenemos muy presente el mandato de la Constitución, consignado en el artículo 22  que dice: ‘La Paz es un   derecho y un deber  de obligatorio cumplimiento’, nos sorprendió cuando escuchamos que la procuraduría general de la nación  amenazó con abrirle procesos disciplinarios a los funcionarios que le hicieran campaña a la paz, sin  que otra institución diferente al propio presidente de la republica  saliera en defensa de ese bien tan anhelado como es la paz. Pero por fortuna todavía quedan instituciones de control  que obran bajo los postulados legales.  Se trata de la Fiscal general, que a través del titular  (e)  Jorge Fernando Perdomo hizo un duro pronunciamiento contra estas amenazas. Leer aquí
Es que leer estadísticas que demuestran que la guerra en Colombia, en los últimos 50 años ha dejado como saldo mínimo a cerca de cinco millones de desplazados; miles de desaparecidos; pequeñas poblaciones arrasadas por la guerrilla y por los   paramilitares, y billones de pesos perdidos en voladuras de puentes y vías carreteables, oleoductos y demás infraestructura del país, no es para menos que los colombianos de bien anhelen un verdadero cambio de vida.
Los colombianos de bien saben que una paz no se logra con el poder de los fusiles, las ametralladoras y los bombardeos, como está ocurriendo en otros países, y que algunos ensañados en la guerra, quieren imitar en Colombia, a pesar de estar esquilmado al estado desde posiciones privilegiadas.  Entonces, por qué no ayudar a que la tranquilidad del país se logre con  acuerdos  negociados como lo pretende hacer el actual gobierno.     
Y es que esas expectativas de paz  se ven fortalecidas cuando encontramos  reflexiones tan positivas y verdaderas como las del  sacerdote Francisco de Roux  cuando dice que lo que está en juego en Colombia no es el futuro del presidente Santos, ni el futuro político de Uribe,… sino la posibilidad de que podamos vivir  como seres humanos.
Y estas reflexiones nos llevan a pensar que, entonces quienes se aferran a que siga la guerra en Colombia, ni sienten el compromiso de humanos, o tampoco consideran que viven con seres semejantes.

Pero todavía queda algo más para reflexionar. Dicen los entendidos que la convocatoria que hace un sector político, de la llamada resistencia civil contra la paz, es una actitud de graves consecuencias, porque de un movimiento de esta naturaleza, no está lejos una guerra civil.  Y, quiénes la están promoviendo.   

domingo, 15 de mayo de 2016

Qué pasa en Macondo

             Trafugario
                       Escribe: José Óscar Fajardo 
Supongate Marco Tulio (expresión popular) que por ley de igualación algebraica, en este caso el Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga, es igual Macondo. Entonces ¿qué pasa en Macondo? Yo no creo que lo que pasa es que al coronel Aureliano Buendía, en este caso la máxima cabeza, el nombrado y actual director, no tiene quién le escriba definitivamente. Porque es que ya van cinco meses que empezó el nuevo gobierno y lo que es el IMCT, está como los carros viejos y destartalados que ya ni empujándolos prenden. Sería muy atrevido yo al siquiera tratar de insinuar que mi muy respetado historiador, la máxima cabeza, no es el personaje idóneo para poner a funcionar el destartalado carromato que hoy es el IMCT. Sería yo muy atrevido. Pero también es cierto que, el destartalado carromato, desde el punto de vista científico y dialéctico materialista, en realidad no funciona por ningún lado. Entonces reitero muy interrogación, ¿qué pasa en Macondo? ¿Dónde están Ursula Iguarán, Mauricio Babilonia o el Gitano Melquiades, personajes imaginarios  pero que yo estoy seguro, ponen a funcionar toda la maquinaria de Macondo? Alguien me comentó, Javierito Félix, mejor dicho, bardo prolífico y prolijo en opiniones, que nuestro respetable amigo, la máxima cabeza, no estaba en condiciones de salud de poner a funcionar a Macondo y eso me parece lamentable. Claro porque eso es muy lamentable. Pero entonces, ¿dónde carajos está la enorme pléyade de poetas, escritores, pintores, filósofos y promotores del arte, con títulos universitarios, que han sido profesores universitarios, que tiene toda la experiencia y sabiduría para dirigir los destinos del IMCT, que no los nombran y ni siquiera los mencionan?. Artistas con obra y trabajo en las diferentes manifestaciones artísticas, de gran calidad y publicadas, que están hoy sumidos en el más ignominioso ostracismo cuando debieran estar depositando esa sabiduría y esa herencia cultural en los muchachos de hoy. Cómo será la soledad y la dejación en Macondo, dígase IMCT de Bucaramanga, que muchos cultores de arte y muchos artistas me llaman a diario dizque para que yo lance un SOS a través de mis columnas a ver si algo se puede remediar, y yo claro que aquí me tienen combatiendo. Lo digo en términos artísticos y culturales porque si no, ahí sí que nos metemos en una vacaloca para acabar de completar. A veces me pregunto, ¿será que los escritores, poetas y demás cultivadores de las Bellas Artes, estamos condenados en Bucaramanga, claro que en el resto del país también,  a vivir cien años de soledad?  O en el peor de los casos, ¿a morirnos en el más oprobioso desencanto  y en el más despiadado ostracismo? Otra cosa que también debemos cuestionarnos, además con vehemencia, es, qué pasará con la industria de la Cultura y sus componentes aledaños. Con los grupos de danza y de teatro. Con los promotores, guionistas y directores de cine y televisión.  Y lo que más nos preocupa a los que sí producimos Bellas Artes todos los días de nuestras descachimbadas vidas, es que, a la final, dios no lo quiera, siguen beneficiándose los abejones, los avivatos  y los tramposos del Arte. Los predadores, negociadores y demás desvalijadores del Arte. Yo no soy Werner Von Brawn, ni Stephen Hawking, ni mucho menos un ingeniero de la Nasa, pero mi cerebro y el de todos los artistas, sí alcanzamos a captar que la cultura artística en Bucaramanga, y por qué no en el Departamento, es hoy un dinosaurio en vías de extinción. Afortunadamente tenemos un alcalde culto y un gobernador preparado que entienden ambos el valor del Arte en el proceso de paz.   

viernes, 13 de mayo de 2016

El pulso de las alianzas políticas

La disolución de la Unidad Nacional
Por León Valencia (Tomado de SEMANA)
El látigo de Serpa sobre el vicepresidente no puede ser un asunto de cuotas. Porque los liberales aventajan de lejos a los de cambio en el gobierno
León Valencia
Dijo el presidente Santos, en una entrevista a Caracol Radio, que “La Unidad Nacional evoluciona hacia una coalición por la paz”. La frase es bonita. Pero la realidad es más pedestre, más mundana y vulgar. La Unidad Nacional se rompió, se disolvió. Horacio Serpa, codirector del Partido Liberal, aseguró que no le interesaba permanecer en esa coalición; Carlos Fernando Galán, senador de Cambio Radical, ha planteado que su partido no se siente comprometido con la Unidad; y Armando Benedetti, del Partido de la U, ha manifestado que la alianza está haciendo agua por todos los lados.
Los tres partidos están en un pulso para conservar o aumentar su presencia en el gabinete y en los puestos de mando del Estado. Ven que Santos está en su peor momento en las encuestas y le quieren cobrar, cada uno por su lado, muy caro su respaldo. Se están preparando además para afrontar la campaña electoral de 2018 y mueven todas las fichas para quedar en punta de carrera.
Germán Vargas Lleras está en el centro del litigio. Serpa dice con persistencia que Vargas Lleras debería renunciar para dedicarse a la campaña por la Presidencia. Supone que este es el candidato in pectore de Santos. No es descabellada la conjetura. Entre Santos y Vargas Lleras tiene que haber un compromiso, quizás tácito, quizás explícito, en ese sentido. No hay que olvidar que en la campaña pasada, en la difícil disputa con el uribismo, hubo momentos en que Vargas Lleras tenía mayor figuración que Santos en las encuestas, sin embargo, prefirió optar por la Vicepresidencia en vez de hacer rancho aparte y lanzar su propia candidatura.

En todo caso, el látigo de Serpa sobre el vicepresidente no puede ser porque advierte un gran desequilibrio entre lo que le dan a Cambio Radical y lo que le dan al liberalismo.  Leer más

sábado, 23 de abril de 2016

Examen de prostata

Trafugario
Por: José  Óscar Fajardo 

Sólo cuando volví a verlo fue que caí en la cuenta que hacía más de un mes no avistaba a  mi amigo Felixberto Casas, arquitecto de profesión, y además contratista de obras civiles. De lo que sí estaba seguro era que se encontraba en la ciudad por los chismes de nuestros amigos que me habían advertido que efectivamente por ahí andaba calles caminando, pero que cada día que pasaba era más taciturno y ensimismado como si por fin lo estuviera matando su timidez. No obstante nadie daba una explicación lógica a su comportamiento taciturno y huidizo. Un día cualquiera y sin querer, me encontré a Felixberto en un sitio donde le era físicamente imposible  evadirme porque se trataba de un recinto donde no había sino una sola salida y yo, para desgracia de él, estaba muy cerca de la puerta. Cuando ya estuve cerca me fue muy fácil abordarlo y preguntarle sin tantos rodeos, qué había pasado y dónde carajos se había escondido. Al principio sólo me miraba pero no me decía nada y eso aumentó mi preocupación. Su mirada era triste, muy contraria a la mirada desafiante que siempre lo caracterizó hasta en los momentos más relajados de su vida. De pronto rompió el silencio y con voz trémula me dijo casi al oído: “Fue que me hicieron el examen de próstata con el tacto tal como lo ordenó el urólogo y desde ese día mi vida es sólo desolación”. Yo ipsofacto imaginé, claro, sin decirle nada, que le habían detectado, según su cara y su manifestación sicológica, cáncer no sólo en la próstata sino hasta en el resorte de los calzoncillos e incluso en la bota del pantalón porque su cara no daba para menos. Llegué a pensar además, que un tornado o un huracán, que por aquí no se presentan, le habían tumbado la casa. Porque con esa cara y esa actitud ¿Qué más podía yo pensar? Que tenía que ser una cosa extremadamente grave porque cualquier actor de teatro no es capaz de poner esa cara de descuartizado. Pero no. Yo estaba totalmente equivocado. “Lo que pasa es que desde hace un mes que me hicieron el examen, no he podido olvidar al médico hermanito”, me dijo, y sus ojos se le pusieron vidriosos de lágrimas. Claro. Yo de una vez deduje qué era lo que le había ocurrido. Y tuve que haber puesto cara de extraterrestre con Sarampión porque vi que su expresión empeoró. Su rostro se tornó más adusto y mucho más imbécil. Y ya le escribió algún poemita, acaté a preguntarle para salir del atolladero porque estaba anonadado. Pues todavía no, pero si usted tiene la bondad de colaborarme, que será cosa que le agradezco, pues la idea no está del todo mal. Aunque no sé qué cara irá a poner él (El doctor). Y lo verraco es que tampoco puedo dormir hermanito, y cada vez, veo mi porvenir más oscuro y frío, me dijo, y fue a ponerme una mano en el hombro y yo por poco me voy decúbito intercostal porque ya me dio cus cus que a mí también el hombre se me fuera de poema. Vade retro Satanás, le dije, y a mí no me vaya a salir con acrósticos y serenaticas. Y no se le vaya a ocurrir tocarme con sus manos ni siquiera el maletín, le dije con cara de asesino para que lo tomara en serio.  Ya a estas alturas el hombre no se aguantó más y soltó una carcajada que por poco vota las asaduras, y se fue muerto de la risa. No estaba enamorado del urólogo.    

domingo, 17 de abril de 2016

Filosofía importada o no, debe perseguirse la corrupción

Nota: El siguiente comentario surge de una columna de un reconocido dirigente político. Leer aquí la columna
Por: Bernardo Socha Acosta
El análisis publicado en un sitio web, en relación con las políticas que se están aplicando en la administración de la capital de Santander, es  muy  imaginativo e investigativo,  pero para cualquier lector,  sería estar en contra de las medidas que buscan derrotar la corrupción.
Realmente, que sea o no, una tesis    importada de los grandes filósofos,  a nuestro municipio y a Colombia le caería muy bien una teoría de esta clase, antes que sea tarde y el país  siga acumulando los desbordados problemas, la mayoría  derivados de la corrupción que está ahogando a los conciudadanos.
De la corrupción se escribiría toda una bibliografía en la que aparecerían, un alto número, tanto de quienes han ejercido la política, como de algunos dirigentes del sector privado que han servido de cómplices para cometer los más grandes robos a las arcas del estado. (Ej: el carrusel de la contratación por citar algo)   Quien pretenda ignorar estas realidades, ó, ha  participado o, no tiene conciencia de la gravedad que eso representa, para el presente y el futuro de un país.
Esa realidad que viven los colombianos por los hechos de corrupción, es el factor  que le ha merecido la peor imagen histórica al Congreso de la república.  Y, de ésta  triste y lamentable realidad (la corrupción) habría mucho de qué hablar, especialmente de las consecuencias. Entre ellas, que los gobiernos de turno, en cambio de castigar hasta con las medidas más drásticas… a los corruptos,  no encuentran otra cosa que esquilmar al pueblo trabajador y honesto, con las tenebrosas Reformas Tributarias, que lo único que logran es aumentar el espacio entre quien tienen más y quienes tienen menos; o mejor, haciendo que en Colombia haya más concentración del poder  económico  en pocas manos y aumentando el nivel proletario y la mendicidad.
Pero volviendo al tema, en relación con la administración municipal de Bucaramanga, lo cierto es que hay que respaldar propuestas orientadas a hacer rendir más el dinero que pagamos los contribuyentes.
Es que la corrupción, sea en nuestro medio o en el país, no puede seguir haciendo carrera  que, donde una obra que tiene un costo real de una determinada suma, por ser contratada por el estado, tenga un costo hasta tres veces o, más el valor real.
Y no es necesario discutir, si se hicieron las obras o no; lo que se debe discutir es, a qué precio se hicieron.
Y, si en Bucaramanga se pretende hacer algo por buscarle mejores días a sus habitantes, pues vale la pena apoyar cualquier medida encaminada en este sentido; sean medidas importadas o no; o que sean ideologías, o no de los grandes filósofos, lo que esperamos sus habitantes, es que el dinero que pagamos los contribuyentes, rindan; que tengan la mejor aplicación y que se reflejen en cosas productivas y necesarias. 
Tampoco debemos ser tan dramáticos, al señalar que las medidas contra la corrupción, sean para eliminar personas naturales, como muchos lo pretenden hacer creer.  No es así; estas medidas están orientadas a destruir, pero las viejas prácticas que han empobrecido las arcas del estado en general, ya sean municipales, departamentales o nacionales. Lo importante sería que todos trabajáramos por una cultura anticorrupción.   #bersoahoy

sábado, 16 de abril de 2016

Que no regrese la desfachatez

                Trafugario
                                Por: José Óscar Fajardo

Hace un año, exactamente el 13 de marzo, en el marco del IV Encuentro de Gestores Culturales realizado en Bucaramanga, se efectuó la elección de consejeros departamentales. Para el efecto los cultores se agruparon por disciplinas artísticas y los miembros procedieron a elegir sus representantes por voto libre y democrático, tal como lo ordena la resolución 2756 de 2015, emitida el 16 de febrero de ese año, para dar cumplimiento al Plan de Desarrollo 2012-2015 de conformidad a los artículos 71 y 72  de la Constitución Nacional, Ley 387 de 1997, modificada por la Ley 1195 del 2008 que establece los integrantes del Consejo Departamental de Cultura y los Consejos de Area conforme a la reglamentación expedida por los gobiernos territoriales, siendo el Decreto 115  de junio 13 del 2006  el que crea el Consejo Departamental de Cultura. Hasta aquí esta carreta suena muy bacana pero no es más que bazofia. Claro porque ningún mecanismo legal, de ley, establece cuáles deben ser los requisitos idóneos para ser consejero y representante departamental por cada disciplina artística. Se deja a voluntad y honradez de los artistas. Es decir pintor es pintor; escritor es escritor; poeta es poeta, y así. Recuerdo entonces que la delegación de Barranca venía “amangualada” para el fraude, y aunque fue evidente que se cometieron varios “malolientes” ilícitos, doy fe del área de Literatura, dónde se detectó un “grotesco” fraude en la votación, la cosa quedó así. Todo con la anuencia del entonces Gobernador Richard Aguilar, y de la Secretaria de Cultura Luz Mary Hernández. Con la más repugnante desfachatez, ninguno de los dos dijo siquiera mu. Al final del evento un tal Arnulfo Vasco, jefe de la delegación, colmó de “regalos y elogios” al citado Gobernador. Por eso los verdaderos cultores, los que producimos a diario Bellas Artes en medio de sacrificios indecibles, clamamos para que no regrese esa peste bubónica de la desfachatez. Pero desgraciadamente hoy la Cultura en Santander está gravemente enferma con la misma patología como en aquellas nefandas épocas. Pues a 100 días de la nueva Administración y en efecto de nuevos funcionarios en Cultura y Turismo, aún nada se vislumbra. Como si no hubiesen funcionarios o como si estos fuesen de otra galaxia. No hay gestión y de las becas, de los estímulos y de la concertación, nadie habla y todo está en el ostracismo. El pacto ciudadano por la cultura, en átomos volando. La promoción de Santander a través de la articulación con el Ministerio de Cultura, está por cuenta de los brujos de Barbosa. El accionar del Concejo Departamental de Cultura, da ganas de llorar. Las estrategias que están siguiendo los asesores es la misma que están desarrollando los astronautas en Marte, y la programación de los encuentros de los gestores, se están pactando para después del mundial de Rusia.  Ya es fecha y justo que el Gobernador Didier Tavera revise el tema porque nosotros los creadores, los gestores, y los verdaderos cultores, estamos dirigiéndonos hacia extraña lontananza sin ninguna seguridad social. Y la estampilla pro-cultura ahí, recaudando. Ahora sí nos tocó parodiar la célebre frase de Jorge Eliecer Gaitán: “Porque los artistas, cultores y gestores no podemos ser tratados como se tratan las vacadas de las haciendas privadas”. Al contrario del anterior, el Gobernador Didier Tavera, que sí es santandereano, debe escuchar el clamor de los artistas y a la vez salvaguardar y proteger los valores y las manifestaciones culturales de esta hermosa tierra que lo vio nacer. Esa misma cuna de los Guanes, de los Yariguíes. De los Cocomés y de los Agataes de la provincia de Vélez.

sábado, 26 de marzo de 2016

Fútbol y fanatismo

                        Trafugario 
Por: José Óscar Fajardo
Hace unos años publiqué una columna en esta misma tribuna en la cual le contaba a los lectores que un sicoanalista alemán había afirmado que el fútbol era el deporte de las grandes masas porque las grandes masas eran energúmenas e indiscutiblemente brutas. De la misma manera el profesor proponía que, por causas contrarias, el ajedrez era el deporte de las minorías, precisamente porque necesitaba en los individuos que lo practicaban, procesos mentales muy similares a los de las matemáticas. Y ese es el dolor de muela de muchos estudiantes en el mundo, sobre todo en los colombianos donde según las pruebas Pisa, somos unas miserias humanas en el mapa de las derivadas y de las integrales, de los campos escalares y de los vectoriales y para qué decir más. Yo no es que esté totalmente de acuerdo con ese imaginario sicoanalista porque fue un invento de un personaje de una de mis novelas, pero sí veo que el concepto tiene mucho de verídico. Si bien es cierto que el premio Nobel de literatura Albert Camus, autor entre otros relatos de El Extranjero, y el más joven en recibir tal galardón, era un aficionado del fútbol de pies a cabeza, nunca se supo si era en realidad un fanático. Del connotado exfutbolista argentino  Jorge Valdano, autor de siete libros y además mundialista junto con Diego Maradona y otros, tampoco se ha sabido jamás que fuera un fanático.
Lo mismo podría decirse de otro montón de intelectuales del mundo entre los que también se cuenta  el escritor Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina, y de los que claramente uno puede afirmar, así por simple inspección, que de ninguna manera eran fanáticos del deporte de las grandes masas. Pero que las grandes masas son el terreno abonado para todo tipo de fanatismos y no sólo del fútbol, es una verdad de Perogrullo que fácilmente puede calificarse como axioma. La suma de las partes es igual al todo. La política y la religión, por decir algo. Después de ver el partido de la selección Colombia el jueves anterior, una niña de unos diez años decía agresiva que, “Ese Pekerman era un burro por los cambios tan pichurrias que había hecho”. Yo estoy seguro que ese concepto no es producto de su razonamiento lógico sino que, seguramente lo escuchó de un fanático. O puede ser también el resultado de “El efecto de las redes sociales y la TV en los niños”, conferencia que he dictado en muchos colegios y varias universidades del país. De todas maneras no es más que una forma de fanatismo exacerbado. Es un comportamiento obsesivo adquirido porque, estoy totalmente seguro, reitero, esa nena que todavía huele a tetero rancio, no elabora esos conceptos.  
Que a los niños les guste el deporte y sobre todo el fútbol y sientan nuestra selección, me parece un enorme progreso cultural porque los deportes, como las Bellas Artes y las ciencias, son las más prolijas manifestaciones de la racionalidad de los seres humanos. Cosa muy diferente es el fanatismo imbécil, irracional y perverso. Un individuo fanático puede convertirse fácilmente en un delincuente. El fanatismo es la base “filosófica” fundamental para el caudillismo y este es el caballo apocalíptico de cualquier sistema político y en efecto de la democracia. El fanático, que puede ser religioso, político, deportivo, del sexo, del dinero, es un paranoico obsesivo capaz de llegar a conductas criminales con tal de ver satisfechos sus deseos o sus intereses. El fanatismo es lo que hace que un “hooligan” mate a una persona indefensa sencillamente porque habló mal de su equipo.

martes, 22 de marzo de 2016

ABYECCION

Por: Gerardo Delgado Silva
El delito es: “una conducta típica, antijurídica y síquicamente referible a un sujeto”.
El acto o conducta debe desarrollar en el mundo de los acontecimientos, del ser y el existir, todas y cada una de las características objetivas de la facti-species o tipo legal-penal.  El acuerdo o correspondencia del hecho (delito acontecimiento) con el tipo legal (delito-instituto jurídico) es lo que se llama la “tipicidad”.  El tipo jurídico es el punto de partida para el estudio de la teoría general del delito y este consiste, en el conjunto de los elementos descritos es una norma penal que debe caracterizar el hecho humano prohibido u ordenado por la ley penal.
De esto se deduce que en todo delito se debe descubrir el tipo de la conducta, el tipo de la referibilidad síquica y el tipo de la antijuridicidad.
Entiende la doctrina que son autores todos los que contribuyen eficientemente en la comisión de la conducta punible, con conocimiento y voluntad de perpetrarla.  Así puede predicarse, de la solidaridad de los eufemísticamente llamados “Doce Apóstoles”, grupo paramilitar dedicado a asesinar a quienes señalaba como colaboradores de la guerrilla, crímenes horripilantes de lesa humanidad.  Grupo cofundado por el señor Santiago Uribe, hermano del expresidente, Álvaro Uribe, con unos poderes tenebrosos, gigantescos, terroristas, según el conocimiento social que tuvo y tiene Colombia.  La conservación de lo malo en la duda de lo bueno, un drama ético profundo.  Son desalmados, y la muerte horrenda que los paramilitares han dado a tanta gente, produce escalofrío.  Ni hablar del barrido que han hecho de la intelectualidad independiente.  Decir que son genocidas no debe tapar el sol con las manos: los paramilitares son un fenómeno militar, social y político.
Como lo mostraron informes publicados por la prensa, la Fundación Progresar y otras ONG, más que luchar entre grupos armados, lo que hubo en esos años fue una campaña de exterminio por parte de los “paras” contra sectores sociales específicos, buscando el control de toda una sociedad.  A narcos tradicionales se sumaron nuevos personajes, y todos tejieron alianzas con los paramilitares.  Inyectaron en la política sumas millonarias, ganado control en alcaldías, consejos y asambleas, capturando dineros públicos y negocios ilegales, comprando la seguridad ciudadana, adquiriendo tierras y construyendo viviendas que rememoran la ostentación de los Gacha y Escobar.
Lo único que faltaba por esas épocas, al tétrico panorama de corrupción que ha tenido desde hace años el sector de la salud, hay que sumarle que desde el 2004, lo dineros destinados a proteger la de los doce millones de colombianos más pobres fueron a parar a las arcas de los paramilitares y terminaron siendo utilizados para comprar armas, alimentar el narco tráfico y engendrar aún más la guerra.
El Señor Santiago Uribe, arreció con otros, los vendavales de la inmoralidad y la violencia como las tormentas de la subversión.
Colombia no quería advertir los peligros que nos amenazaban, los abismos insondables que estábamos orillando.  Éramos indiferentes a las claudicaciones, a la iniquidad que estaban al descubierto.
De ahí, que en el libro Mi Confesión de Carlos Castaño, el jefe paramilitar aterrador, al referirse a Álvaro Uribe en el 2001, con acusadora precisión manifestó que: “la base social de la autodefensa lo considera su candidato presidencial. Álvaro Uribe le conviene al país. ¿Y por qué? Porque “en el fondo es el hombre más cercano a nuestra ideología” (la negrilla es mía).
Colombia conoce los horrores de la conducta delictual cometida por los “Doce Apóstoles”, de Santiago Uribe en concierto para delinquir, que tuvo su apogeo criminal durante el mandato de su hermano Álvaro cuando fue Gobernador de Antioquia. 
Ante la imposibilidad de recibir y de darse un certificado de virtud, el señor Jorge Cuarenta, jefe paramilitar tenebroso, se imaginó que al crear los llamados por él, “distritos electorales”, para elegir al señor Álvaro Uribe Vélez, estaba pretendiendo hacer la luz en Colombia.  Un hipotético nirvana.  Empero. Todo el mundo lo sabe, fue ese periodo del mandato de Uribe, una catástrofe total.  Y bien. No podemos olvidar, que en el sepelio del padre de los Uribe Vélez cayó un diluvio de flores que desde una avioneta de Pablo Escobar el mayor narcotraficante del mundo, se lanzaron para abrumar a Colombia.
Todo esto nos permite advertir que las cabezas de todos los colombianos, están amenazadas en tanto pregonen y practiquen la decencia y la moral.  Es posible que se piense mal de la insistencia en que los valores, tan descaecidos ya, se preserven y se evite un mayor desmoronamiento de los mismos. 
Pero mientras sea necesario defenderlos y salvar el efecto benéfico que tienen en una sociedad, organizada, como por el contrario lo está haciendo el actual gobierno nacional, tendremos que hacerlo en la seguridad de que con ello estamos protegiendo los principios fundamentales que rigen la conducta humana. 
Por eso, creemos indispensable la existencia de una justicia abierta y franca, y no la de un sistema judicial interferido por un sinnúmero de factores que lo tornan inútil y desguarnecido.
Por fin, la justicia colombiana ha procedido a encarcelar al Señor Santiago Uribe a nombre y representación del estado soberano, por la gravedad de los crímenes de los “Doce Apóstoles”,  que no han hecho cosa distinta que violar el orden jurídico y pisotearlo. 
Es un gran paso hacia la paz.  Este Señor es uno de los que la violencia marco. Sólo quiere la guerra como profesión. La guerra, señala Herrera Luque, “regresa al hombre a niveles primitivos” y le devuelve “placeres atávicos” de los que lo privan la paz y la civilización: el crimen, el incendio, el pillaje y la destrucción.
La medida de aseguramiento referida, resalta la dignidad, honradez y coraje de la administración de justicia, por ser su esencia inalterable. En puridad de verdad el verdadero sentido de la vida debe encontrarse en la aplicación correcta de la justicia como en este caso.

                                                                            Columna para: www.Bersoahoy.co

lunes, 21 de marzo de 2016

Lo que podría ser una simple coincidencia tributaria

El siguiente artículo tiene mucha relación con lo que le viene ocurriendo a Colombia con la famosa recomendación de unos llamados ‘expertos’ que le piden al gobierno que realice una Reforma Tributaria para que tape el millonario hueco fiscal, que todos sabemos es fruto de la rampante corrupción que se ha enquistado en los últimos años, principalmente en la contratación oficial. Y damos a conocer ese documento que aun cuando fue escrito sobre un país suramericano, cae muy bien para Colombia, como una simple coincidencia. Leámoslo…
Tomado de la Fundación Atlas
Autor: Roberto Cachanosky
Argentina: Bajar la presión tributaria ya
A propósito del gradualismo económico que se debate en estos días, se presenta una situación curiosa. Se argumenta que hay que bajar gradualmente el gasto público para evitar una crisis social. Ahora bien, siendo que el gasto público se financia con impuestos o bien con el impuesto inflacionario, la pregunta es: ¿por qué el contribuyente, que soporta una asfixiante carga tributaria puede seguir perdiendo nivel de vida y soportarlo sin que se produzca una crisis social y el que vive sin producir a costa del contribuyente no puede esperar? ¿Acaso el que vive a costa del contribuyente tiene alguna prerrogativa ante la ley, lo cual sería inconstitucional? No se entiende por qué el contribuyente tiene que seguir siendo explotado por el ñoqui o por el que vive de subsidios como si fuera su derecho a ser mantenido indefinidamente porque si el ñoqui o el subsidiado tienen que buscar un trabajo sería una política de ajuste. Una actitud de falta de solidaridad.
Acá hay una muy mala interpretación de lo que significa bajar el gasto público. En primer lugar no es solo hacer que los ñoquis vayan a trabajar, algo que, en todo caso, sería un acto de justicia, también es decirle a quienes reciben subsidios sociales que no los van a recibir para siempre, que tienen que re-empadronarse y que en caso de surgir algún trabajo acorde a sus habilidades tendrá dos opciones: a) tomar el trabajo, cobrar el sueldo y además el 50% del subsidio por 6 meses o b) si no toma el trabajo automáticamente deja de cobrar el subsidio.
Por otro lado, bastante gasto público se podría podar mediante una revisión de los contratos de obra pública que, en muchos casos, han sido verdaderos bolsones de corrupción.
Resulta realmente disparatado que a los ñoquis que están en el estado viviendo del trabajo ajeno le ajusten los salarios por inflación y a los contribuyentes que pagamos ganancias o bienes personales nos tengan con mínimos no imponibles de 14 años atrás sin indexar. No se entiende por qué en un caso se denuncia costo social y en el caso de los que producimos y somos exprimidos con impuestos no tengamos costo social.  Leer más

Si así fuera todo

                       Trafugario 
Por: José Óscar Fajardo 
A raíz de los sucesos producidos como muestra única de unidad nacional, dada la advertencia de la CPI de tener jurisdicción para juzgar a Colombia ante la nueva arremetida que prepara Nicaragua, cualquier compatriota mínimo queda sorprendido ante este hecho sin precedentes. Que todos los partidos políticos hayan enfilado sus alfiles contra la tal Corte sin ninguna condición, es como para no creerlo así a la bulla de los tarros. Lo mismo ocurrió con los gremios económicos, con las agremiaciones sindicales y con todos los inconformes del país como si en realidad todos nos tapáramos democráticamente con una sola cobija. De tal manera yo llego a creer que en cualquier rincón del mundo están pensando que en Colombia ha surgido una nueva democracia. Pues es inocultable que la CPI lo único que consiguió fue una unidad nacional que no se veía desde los tiempos en el gitano Melquíades llevó el imán a Macondo. Si así fuera todo de verdad. Pero de todo sueño uno tiene qué despertar. Pues por esos mismos días, para no decir que el mismo día, las manifestaciones y cadena de protestas en las principales ciudades del país reclamando justicia social, hablan de unos mil trenes en contravía. En los periódicos se leía que Colombia ya no era el país más feliz del mundo porque eso se había comprobado en las encuestas que realiza un organismo mundial. Pues Colombia no es como Macondo porque el pueblo de los Buendía es demasiado lírico y tiene a Remedios La Bella y a Amaranta y a José Arcadio y además es una aldea demasiado alegre. En cambio la Colombia no ficción es amarga y demasiado triste. Cómo no va a ser triste un país donde en el proyecto de Reficar se diluyen en el infinito como lo hizo Remedios La Bella en Cien años de soledad, cuatro mil quinientos millones de dólares, plata suficiente para reparar toda la salud y toda la educación de los colombianos, y no obstante todo el pueblo está “coprofagiado” de la risa. Y un tarado, a nivel nacional sale a decir en la revista Semana que no hay que reparar en el sobrecosto del proyecto, “sino en los fantásticos beneficios que  esa enorme obra le trae al país”. Y lo verraco es que todos vuelven y sueltan la carcajada y se quedan muertos de la risa. Y en un periódico regional aparece la noticia que la Fiscalía se toma la Gobernación de Santander para averiguar por todas las atrocidades de la anterior administración y ahí sí no hay el consenso departamental para que castiguen al responsable. Lo mismo ocurrió en todos los departamentos y en todos los municipios del país y de nuevo todos muertos de la risa. A mí personalmente me gustaría y vería más lógico que, esa unidad nacional se diera en torno a resolver los verdaderos problemas de los colombianos, o por lo menos a tratar de resolverlos. Cómo sería de bacano, por solo decir algo sin ninguna mala intención, que humanizaran la justicia, la salud, la educación y el derecho al trabajo. Con eso no más dejaríamos de ser un poco menos antropoides. O premodernos. Es que ya cogieron la maña de echarle la culpa de todos los problemas administrativos y de corrupción, al fenómeno del niño. En La Guajira desviaron el río Ranchería para favorecer una empresa extranjera y a una tracamanada de empresarios “prostatíticos” dejando a los Wayú alevosa y criminalmente sin una gota de agua y dijeron que se había secado por el fenómeno del niño. Ñerda cuadro, la vaina está tesa y todos muertos de la risa.   

martes, 15 de marzo de 2016

¿Qué podemos esperar con las zonas de concentración?

                                    Por: Mauricio Aguilar
Al querer hablar del Proceso de Paz es inevitable llegar a sentir preocupación y más aún cuando se trata de las zonas de concentración, ya que en algunos informes no oficiales, se han mencionado a los departamentos de Antioquia, Chocó, Putumayo, Caquetá, Norte De Santander, Arauca Y Meta, como las siete posibles zonas donde se ubicarían regiones que tienen un factor común, son fronterizas.
Los antecedentes y expertos han hecho mucho énfasis en el riesgo que se correría al disponer de estas regiones como zonas de concentración, para mí, el  mayor peligro de ubicarlos cerca de las fronteras es que, de producirse una ruptura en los diálogos, ellos puedan llegar a dedicarse con mayor fuerza al negocio del narcotráfico, cosa que no podemos permitir.
Es necesario que los colombianos conozcamos la verdadera situación frente a las posibles alianzas que se están dando entre las FARC y el ELN en algunas zonas del país, entre ellas, los departamentos donde estarían ubicadas las zonas de concentración, lo que pondría en peligro el desarrollo del acuerdo firmado en La Habana, debido que aunque con las FARC, existirían reglas claras, sin una negociación con el ELN siempre he reiterado que estamos ante un proceso de paz a medias.
He sido reiterativo frente a mi posición en el tema, quiero que en Colombia reine la paz y que acabemos con los más de 60 años de conflicto armado, pero no pienso ser cómplice de una mala decisión que tome el Gobierno Nacional, como nos ha pasado en otros casos en los que hemos perdido Soberanía Marítima, (Fallo de la Haya), Soberanía Energética, (Venta de Isagén).
Por ultimo quiero dejar en claro que para que exista un verdadero acuerdo se debe exigir la entrega verificada de las armas, así mismo la completa erradicación de los cultivos ilícitos, el Narcotráfico no puede considerarse conexo al delito político y ser anmistiable.
Remitido de: Katherín Suárez Ruiz - Jefe de Prensa Ssenador Mauricio Aguilar Hurtado

sábado, 12 de marzo de 2016

Candidato donando trompadas: Presente

                       Trafugario
Por: José Óscar Fajardo                             

Aunque ustedes no lo crean, me puse en la tarea dispendiosa de buscar el origen etimológico del nombre del mono antropomorfo más peligroso del planeta de los simios. Donald Trump traduce al español algo así como “Donando Trompadas”. Les ruego el favor que no tomen esto como un cuento de ficción o como una opinión emitida por el Chapulín Colorado porque de ninguna manera es así. Lo que aquí se escribe es el producto de una investigación exhaustivamente científica, llevada a cabo en los Laboratorios de Propulsión a Churrias, de la Nasa, EE UU de América. Así como que habla el preclaro candidato con toda su candidez. Resultado de la investigación: Donando Trompadas nació en una ciudad de los EE UU de cuyo nombre nadie quiere acordarse. A una abrumadora mayoría, estadísticamente, le da pánico. Este muchacho hizo la primaria en una vereda del lejano oeste, así él diga que no porque por uno hablan son sus actitudes, y a los ocho años ya le había adaptado dos cañones más a su escopeta de dos cañones. Es decir, le pegaba con ambas piernas. Donando Trompadas también se hizo famoso porque a esa edad, ya lo “esquizofrenizaba” el deseo perverso de tener tesoros, obtenidos a puño y pata, cuchillo y machete, en cualquier lugar del planeta. Sus biógrafos han llegado a pensar que pudo haber nacido en la vereda de Pueblo Arrecho, adscrita al municipio de Güepsa, o en La Venta, Matemora o el El Polvero, en el pacífico sur de Santander. Muy pacífico, por cierto. Algunos historiadores que lo admiran (como a Lucifer) afirman que por el color de la piel y de su dorada pelusa, Donando Trompadas podría llegar a tener una pesada carga genética no se sabe a ciencia cierta si de Ario, de Eslavo o de caballo de carreras. No se sabe. Lo que sí es verídico científicamente, es que en realidad, tampoco se sabe si es por su bajo coeficiente intelectual, él sí se cree “hijo legítimo de dios”, y de hecho su representante constitucional aquí en La Tierra. Otros biógrafos más avezados todavía, afirman a pies juntillas que su madre lo alimentaba juiciosamente con leche materna, pero el problema es que ella ingería consuetudinariamente, caldo de alacrán, huevos batidos de Mapaná, jugo de Tarántula y papas explosivas fritas. Y antes de acostarse bebía una copita de una infusión de gasolina etílica o de ácido de batería. Esto afirman, reitero, biógrafos que lo idolatran. El acendrado antisemitismo de Hitler, a quien añora tanto Donando Trompadas, él lo convirtió en odio profundo hacia los musulmanes, de quienes plantea, hay que matarles hasta la familia, y a los latinoamericanos, más que todo de Méjico. Leyó desde niño a Marcial Lafuente Stefanía, donde aprendió a disparar escopetas en pleno galope para matar indios Pielrojas porque no le eran simpáticos. Como es racista con agallas de hiena, en una ocasión una  profesora  del High School le preguntó por qué su admirado Hitler había asesinado tantos judíos, y dizque él muy orondo le respondió: “Porque no sabía de los negros”. También, cuando muchachito, era asiduo lector de los cuentos del Doctor Mortis y nunca se perdió una película de El Conde Drácula. Este tanático candidato presidencial de los EE UU fue aficionado en su juventud al teatro clásico y en todas las obras que montó, siempre desempeñó el rol de Jack el destripador. Dicen los periodistas que lo han entrevistado, que Donando Trompadas de lejos parece que fuera una legítima “coscorria”, pero que en cambio de cerca, no queda la menor duda. Stephen Hawking le dice “pichurria”.

Columna de Opinión sobre captura de don Santiago

Me declaro en rebelión
Tomado de Revista Semana 
por DANIEL SAMPER OSPINA
Foto: Archivo
Dirán que me he vuelto sentimental, pero cuando vi a esa bancada ahí, arengando en el vacío, como pollitos sin gallina, se me partió el corazón.
Tengo una hija que está próxima a hacer la primera comunión y con ella me encontraba viendo el noticiero cuando informaron de la captura de Santiago Uribe.
–¿Ese señor era el jefe de los 12 apóstoles? –preguntó perpleja.
–Aparentemente –le respondí.
–¿Pero acaso no era Jesús, es decir, el Mesías?
–Pues el Mesías está reflexionando en su tristeza, pero el jefe era este…
–¿Y cómo se llama?
–Santiago…
–Qué raro –dijo ella–: el profesor de catequesis nos enseñó que Santiago era uno de los apóstoles, pero no el jefe…
–¿Y quién es el profesor de catequesis? –indagué.
–El curita.
–¿César Mauricio Velásquez? ¿Está en el país, para avisar a las autoridades?
En ese momento intervino mi mujer para salvar la situación.
–Ese señor –le explicó– no es el jefe de los 12 apóstoles…
–Eso está por verse –intervine yo–: pregúntale a Olga Behar…
–No, porque el verdadero líder de los apóstoles era un santo –insistió, mientras me abría los ojos como quien implora que no cometa más errores ante la niña…
–¿Un santo? –intervino la niña–: ¿como el santo Job?
–Así es –asentí–: como alias Job.
Sé que la pobre niña hace curso para ingresar a una religión en la cual a uno le echan sal y agua en la cabeza apenas nace; le explican que una paloma engendró a un Mesías con una mujer que no perdió la virginidad, y le dicen en la comunión que se va a comer la sangre y el cuerpo de Cristo, como un caníbal. Pero mi mujer es creyente, y la niña quiere comulgar, y en el fondo el cirio nos va a resultar muy útil cuando comience el apagón. Además, la religión católica enseña valores bonitos, como la compasión, a la que apelo cuando necesito algo: desde que mi hija asiste a catequesis, por ejemplo, la fórmula me ha resultado infalible.
–Pon el noticiero –le digo cada noche–: hazlo por compasión.

Y la niña cede. Esta vez también lo hizo, y por eso pude observar la protesta del uribismo luego de la captura de don Santiago. Continuar leyendo en Revista Semana

domingo, 6 de marzo de 2016



sábado, 5 de marzo de 2016

El regreso de Adolfo Hitller

                     Trafugario 
Por: José Óscar Fajardo

Cuando uno escribe literatura de ficción, como que le queda bastante fácil escribir de asuntos del más allá, e incluso titularlos de esa manera. Como si fueran de ficción. Y por otro lado, se me viene a la cabeza que Hitler se va a disgustar conmigo por estar comparándolo con Donad Trump. Pero es que hacía muchos años que no se escuchaba un político en ningún país del mundo que tenga tantas agallas trogloditas como las que se gasta Donald Trump. A uno le parece increíble que en la primera potencia del mundo, en una Nación como los Estados Unidos de América donde la ciencia moderna ha dado de los más grandes frutos en casi todas las áreas de la tecnología, surja un personaje que quiera manejar las riendas de su destino con una ideología tan nefasta como cavernícola. Es aterrador encontrar un personaje que se valga de su enorme fortuna y de su corrosiva labia luciferina para conquistar adeptos con el fin de llegar al poder de un país que tiene más de cinco mil megatones en artefactos nucleares, capaces de desbaratar un continente entero y  muy posiblemente, sacar al globo terrestre de su natural eje de rotación. Pero supongamos que este es un párrafo de una novela de Julio Verne. Sin lugar a dudas y con todo el respeto que no se merece, para mi Donald Trump es un paranoico obsesivo cuya megalomanía juntada a su resentimiento hacia los latinoamericanos está por encima del odio que sentía Hitler por los judíos. Uno de los pilares de la filosofía de Adolfo Hitler para doblegar al pueblo alemán con su discurso explosivo, era el Harrenvolk, o principio de la pureza de la raza. Con ese cuento siniestro llevó a los campos de concentración de Autzwich, Dachaw, Treblinka, Bergenvelsen y muchos otros más en Alemania, Polonia y Rusia, a millones de judíos, de gitanos y de comunistas, a los que él consideraba de una raza infinitamente inferior.  La cosa era en esos tiempos más profunda pero por ahora dejémoslo así. Aterrador es pensar que el Hitler siglo XXI, llámese Donald Trump, como lo demuestran los resultados de las elecciones primarías de muchos Estados de la Unión, el loquito está logrando arrasar. Trump le tiene horadado el cerebro a sus seguidores con la idea que a los musulmanes hay que acabarlos no importa incluso que sean originarios de naciones amigas de los Estados Unidos. Y su proyecto de solución es la misma “Solución final” de Hitler con los judíos conduciéndolos a un holocausto total. Con el agravante que Trump es más mortífero que Hitler porque es mucho más bruto y tiene a su disposición armas y tecnologías diabólicamente más modernas y definitivas. Por fortuna y que nos sirva de paliativo a los latinos, el mismo Partido Republicano, al que Trump pertenece con el  enajenado furor de un fundamentalista de ultraderecha, ya se dio cuenta y ya calculó infinitesimalmente que este hombre puede llevar al armagedón al pueblo norteamericano. Las Camisas Pardas de Trump, o sea las SS de Hitler, no es otro que el Ku Kux Klan. El antisemitismo que pregonaba con tanto ardor Hitler a principios del siglo XX, es el mismo antimusulmanismo y antilatinoamericanismo que pregona con odio y esquizofrenia Trump, cada vez que abre sus fauces para expresar la andanada de ofensas y amenazas que él llama orondamente discurso político. Y también se me mete en la cabeza como una obsesión, que la tragedia va a durar dos mandos seguidos que podrían llegar a ser de horror, como fue la tragedia de los judíos en la Segunda Guerra Mundial.  

jueves, 25 de febrero de 2016

Mal ambiente contra el gobierno desde Mintransporte?

                                 Por Bernardo Socha Acosta
Un senador santandereano denunció a la Ministra del Transporte de perseguir a los congresistas liberales.
Pero el señor congresista se quedó corto. La persecución de ese ministerio es contra todos los colombianos. Y, sino veamos cómo pretendió esquilmar a los dueños de vehículos, haciéndoles un reajuste que se hallaba por fuera de todas las proporciones, para el pago de impuestos. A quién le cabe en la cabeza que en Colombia se pretenda reajustar hasta en más del 100% los  avalúos de los automotores, cuando la lógica es lo contrario, porque esa es la realidad.  Pero como todo mundo salió a protestar y le tocó echar el reversazo, ahora  se  desquitó creando un nuevo impuesto dentro de la revisión técnico-mecánico.
Esas medidas demuestran que se pretende crear un mal ambiente contra el gobierno y el presidente quizás no se ha dado cuenta  que, ésta no es la mejor época para tomar medidas que no afecta solo a dueños de vehículos, sino a todo los colombianos, porque lo que se gaste extra en el hogar, incide en la canasta familiar. De tal manera que  a buena hora el señor Senador Jaime Durán hizo esa denuncia, pero al ‘cuento’ le faltó un pedazo, porque la persecución no es solo contra los congresistas liberales, es contra todo los colombianos. 
Tomado del boletín del Senado
El señor Congresista le pide al presidente Juan Manuel Santos que intervenga para que no los persiga. No, senador Durán. Hay que pedirle al jefe del estado que intervenga pero para que no persiga a los colombianos, porque además le está causando un grave daño a la desgastada imagen del gobierno.
Esas medidas impopulares no representan otra cosa que, un azote al pueblo que bordea la injusticia social y que, es uno de los factores que ha desesperado a los sectores sociales que se han declarado en rebeldía contra el estado.
Y hoy cuando  el mismo gobierno negocia  la pacificación   del país, no se pueden imponer las mismas medidas que  han despertado la ira de esos rebeldes que se fueron a buscar el cambio del estado con la rebelión.
Si el gobierno a través de unos despachos,  continúa con estas políticas de garrote a los colombianos con nuevos tributos, todos creeremos que unos cuantos funcionarios  están borrando con los pies, lo que el jefe del estado a través de sus negociadores en la Habana, hacen con las manos. 
Estos contrastes, dejan entre ver,   que al parecer  en el gobierno hace falta una que otra coordinación; o, de lo contrario creeríamos que el gobierno   está jugando a las dos cartas y así si estaríamos perdiendo el tiempo y el año.  Es que a la paz no podemos llegar con el sacrificio del pueblo, mientras los grandes potentados disfrutan de todos los privilegios, o sino miremos cómo unos cuantos ejecutivos de los mejores cargos del estado  disfrutan  de millonarios emolumentos, mientras unos asalariados devengan un miserable sueldo de 689.455 pesos, comparados con más de $25 millones, de muchos privilegiados. Ellos son los que en una sociedad justa debieran aportar para el posconflicto, pero no los sufridos colombianos que son la mayoría del país.  

domingo, 21 de febrero de 2016

Dualidad filosófica

                 Trafugario
                                              Por: Jose Óscar Fajardo  
Después de la ominosa hecatombe que se produjo a nivel nacional y por qué no, internacional, con la destapada de olla que le pegó Vicky Dávila a la Policía Nacional, yo creo que todos los periodistas que ejercemos opinión a través de nuestras columnas, se nos ocurren dos preguntas insoportables. ¿Renunció voluntariamente Vicky Dávila al programa después de nueve fructíferos años a la pata de RCN? O en su defecto ¿Le pidieron renuncia irrevocable a la periodista, eso sí con portentosa indemnización, obvio, después de correrle el velo a tan deprimente escándalo político-gubernamental? De entrada yo digo que esto hay que consultárselo al Oráculo de Delfos, o de una manera  más sencilla, a la lámpara de Aladino. En cambio lo que sí veo con atafagada claridad, es que eso es más bien unas volquetadas de triturado y basura que le botan encima al peor crimen que se haya cometido en Colombia después del robo del Istmo de Panamá, cual es la “masacre económica” de Reficar. Y que es en lo que debiera estar ocupado, con todos los brazos del pulpo, el señor Procurador General de la Nación. No es que uno diga que el vergonzoso hecho de la Policía, sea simple mazamorra para los marranos. No. Está de por medio la seguridad, el honor, y sobre todo la dignidad del pueblo colombiano. Pero con todo y eso, no deja de ser más que un acto de mala conducta y disciplina en la institución. Digamos que es un acto subjetivo. Pero es que lo de Reficar, válgame dios, es un atentado contra la economía nacional, contra los bienes del Estado que a última hora somos todos los colombianos. Esa pudo ser la plata de la salud, de la educación, del deporte y todas las manifestaciones culturales que emanan de innumerables etno-culturas a lo largo y ancho del territorio colombiano.  Con ese mundanal de millones de dólares que fue a parar a bolsillos y arcas particulares con toda la desfachatez de un enfermo mental, se habrían construido hospitales, escuelas veredales, colegios urbanos, agua y comida para los niños y demás habitantes de La Guajira, Departamento colombiano que más parece ubicado en pleno centro del desierto del Sahara con toda la suerte de Beduinos, culebras y alacranes. Claro que en este caso los alacranes y las víboras venenosas estaban camufladas en las empresas más importantes de la industria nacional. Hace ya varios lustros unos gobernantes vendepatria y traidores de toda laya, se pusieron de rodillas unos, y los demás reptando, y de la manera más indignante le obsequiaron EL Cerrejón a una compañía extranjera. Un contrato leonino y vergonzante para que se llevaran toda la riqueza, con la condición de que el hueco y el desastre ambiental sí nos los dejaran para poder tener un pretexto válido, como el de que nos estamos desarrollando económicamente con nuestros propios recursos naturales. Pero a mí lo que más me aterra es el pensar que ¿Son esos los argumentos y el ejemplo que tenemos para dar, ahora que estamos no solo empeñados, sino totalmente convencidos que esta vez sí se va a lograr la paz? ¿Sera que con ese cinismo tan gigantesco como la galaxia de Andrómeda, lograremos los argumentos filosóficos, éticos y morales para alcanzar la puesta en escena de la paz y el prometedor proceso de posconflicto? Dios quiera y ojalá así sea, que yo esté completamente equivocado y que estos sean algunos párrafos de una novela de ficción que estoy escribiendo. Lo cierto es que la plata del “genocidio” de Reficar, debe aparecer porque si no, cuál país ¿Pingo? va a donar ayudas para la paz.   

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