lunes, 14 de diciembre de 2009

El pueblo en el círculo vicioso del gobierno y los empresarios

Del editor (Circulo  vicioso en Colombia -Grafico tomado de recistencia, Caracas)

Los colombianos terminaremos siendo lastimosamente un país de indigentes



Colombia si bien ha sido un sitio atractivo para la inversión extranjera, por su posición continental, pasará a la historia y quienes se han esforzado por hacerlo trayendo capitales para montar empresas, se desilusionarán muy pronto, gracias al tratamiento cruel que a la clase obrera le vienen dando desde hace 7 años, el gobierno y los dirigentes empresariales.

Hoy cuando la realidad demuestra que más de 20 millones de de nacionales están desesperados en la física pobres y más de 8 millones sumidos en la indigencia, qué le espera a Colombia.

Viendo a tantos nacionales desesperados buscando infructuosamente la subsistencia, no es pesimismo pensar que el poder económico de unos pocos privilegiados esté preparando el peor camino nunca visto en la historia de este país. La situación futura será mucho peor que la violencia de los últimos 50 años. Y la historia nos lo confirmará muy pronto, si las cosas siguen manteniendo trágico ese ritmo.

Es que en Colombia ya comienzan esas oscuras predicciones. O sino cualquier ciudadano puede convencerse viendo y escuchando frente a un televisor en un horario de noticias, cuantos asaltos, cuántos asesinatos, cuántos atracos, cuántos robos, etc etc se cometen a diario y dónde está la llamada seguridad democrática. Esa seguridad no se consigue mientras no haya seguridad alimentaria. Esa seguridad se ha convertido en una teoría y una retórica que ya produce hasta alergia.

Se queja el gobierno rudamente como para hacer creer a su pueblo, que es necesario quitarles salario a los trabajadores para mejorar las finanzas nacionales y robustecer a los empresarios, pero esa gran apariencia no solo está afectando la credibilidad del gobierno, sino que está acabando por parejo a Colombia. En ese camino, el país terminará siendo un núcleo lastimosamente de uno 40 millones de indigentes si no hay un cambio de políticas que le den un respiro a Colombia. Ya los dirigentes obreros, sobre ejemplos de otros países, han demostrado hasta la saciedad que a medida que el pueblo no tiene medios adquisitivos, la producción de la industria se estanca cada día peor hasta quedar convertida en un cementerio de lo que fue el poder productivo de este país. Y todo eso por la miopía y la terquedad de creer que recortándoles el salario a los trabajadores, Colombia sobreviviría. Mentira, Colombia avanza a lo peor.

Lamentablemente sigue ocurriendo en Colombia lo irónico. Votamos por un gobierno dizque para salvar al país, pero no nos damos cuenta que esa aparente calma fue fugaz porque la violencia está volteándose y apareciendo ahora en las ciudades donde está el 70% de la población donde puede ser más trágica.

Y por qué ocurre esto. Sencillamente porque el problema de Colombia es de hambre, de falta de oportunidades, de que le permitan trabajar a todos, que haya comida y techo. Pero, cómo puede haber todo esto, si al trabajador se le niega el salario justo, mientras que unos pocos de adinerados reciben millones y millones, no en préstamo, sino dizque en subsidio, como fue con Agro Ingreso Seguro que ha sido lo más insólito en Colombia ocurrido en gobierno alguno y no pasa nada,… Por ahora esperemos qué resultados hay en los entes de control.
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sábado, 12 de diciembre de 2009

Homenaje a la potra que lesionó a Uribe


Por Daniel Samper Ospina
Tomado de: Semana.com

Sé que este país de mediocres no valorará a esta potra inmensa, pero al menos en mi memoria le construyo una estatua. Una estatua ecuestre.

Sea el momento de rendirle este modesto homenaje a la potra que cayó encima de la pierna al presidente Uribe y lo dejó maltrecho y en muletas: esa sí es oposición; esa sí es crítica seria. Antes de ella nadie había logrado afectar al Presidente: ni César Gaviria, que es un animal político, ni Gustavo Petro, que es un político animal.

En cambio, señores, en dos minutos esta potra fue capaz de hacer que el presidente Uribe por fin trastabillara. Y en su terreno. Porque, seamos francos: derrotar al Presidente en otras materias no tiene mayor gracia: sus conocimientos económicos son parecidos a los de etiqueta de la 'Negra' Candela; a los de diplomacia de Chávez. La misma yegua, sin ir más lejos, podría haberle ganado en dos relinchos un debate al doctor Uribe sobre derecho constitucional. Pero, avezada y llena de honor, tozuda y firme, fue más allá y se animó a jugar de visitante: en la materia que el Presidente más maneja, que es la agropecuaria.

Por eso, me permito proponer a la yegua como jefe de la oposición. Si el Partido Liberal ya fue dirigido por un lobo de camisas de seda, no veo por qué no pueda serlo también por una potra; y mucho más por ésta, que demostró que se puede hacer oposición sin ponerse turbantes en la cabeza, sin haber sido presidente y sin hacerle impresentables guiños a Hugo Chávez. Aprendan, pues, todos, de esta potranca que, a diferencia de ustedes, es digna y efectiva.

Digámonos la verdad: casi todos los miembros de la oposición son insulsos. Pongamos el caso de Gustavo Petro, un hombre que ayudó a elegir a un procurador de ultra derecha; que dejó de ir al debate contra el ministro de Agricultura porque le dolía un testículo, y que, más grave que todo lo anterior, usa vestidos negros con corbata blanca. Todo lo que hace Gustavo Petro queda a medias. Así será su vasectomía. Acuérdense de mí. Quedó mal hecha. Algo nacerá. Un niño de derechas, por ejemplo. Un uribista chiquito.

Pasemos al caso de Rafael Pardo. El gran reto que tiene Rafael Pardo no es conquistar la Presidencia, sino conseguir que la gente no lo confunda con Rodrigo Pardo. Todavía hay quienes no saben que uno es el calmado estadista, el tímido pero serio conocedor del país, y que el otro, en cambio, es el candidato. Por eso hago un llamado público para que ambos dejen de confundir a la opinión. Sugiero rapar a uno de los dos, tusar a alguno. Debería ser Rafael, que es al que más le conviene perder peso.

Y miremos, ahora al resto de líderes opositores, a los medianos: no hay nadie. ¿Venus Albeiro Silva, que parece un charanguero? ¿Cecilia López? ¿Puede uno confiar en Cecilia López, una señora que se pone sudaderas de toallita cuando sale al parque de El Virrey para pasear a su mascota faldera, que es Juan Manuel Galán? Sale en sudadera, habla a los gritos por celular mientras la siguen cuatro escoltas, y espera impaciente a que Juan Manuel olisqueé unas matas y juegue con una bola. Ella, además, casi siempre tiene al menos un diente untado de pintalabios: ¿puede liderar algo una persona así?

Descartados todos los anteriores, la potranca se erige como figura seria y promisoria, dispuesta, así suene paradójico, a tomar las riendas de la oposición. De entrada cuenta con el entusiasta apoyo de la bancada costeña.

Ahora bien: me pregunto cómo habrá sido el momento en que esa yegua lesionó al Presidente en su finca. Debió ser ya en la sobremesa, cuando el doctor Uribe se disponía a tomarse el café, costumbre que extrañamente suele hacer sobre los caballos.

—¡Mayordomo! -gritó.

Y entró Pachito Santos.

—Ordene, Señor -se ofreció dócil, como siempre.

—¡Saquen a las bestias!

Y sacaron a Pachito.

Entiendo que en El ubérrimo nadie molestaba a la potra, salvo Junior Turbay, que se metía en su establo y se comía a escondidas algo de su pienso: Junior creía, no sin razón, que comer pienso era una labor intelectual.

Aquella vez, sin embargo, el Presidente no quería tomarse una taza grande de tinto, sino un sorbo apenas, y por eso ordenó que le ensillaran a esta pequeña potra.

Se disponía a treparse, pero, a diferencia del colombiano promedio, esta yegua no se la deja montar de Uribe: y en dos minutos lo tumbó y por poco le rompe el gemelo izquierdo, para que fuera aprendiendo. Es el primer gemelo que ataca. Ahora sigue el gemelo del ministro Palacio, un reto aun mayor.

El presidente Uribe está cojo porque le ha caído una potranca en el muslo. Esa es la frase que nos mide; esa es nuestra realidad. No se lesionó una rodilla esquiando en la nieve, como el rey de España; no tuvo una elegante luxación de tobillo mientras bajaba unas escaleras. Qué burdos, qué poco pulidos somos.

Sé que este país de mediocres no valorará a esta potra inmensa, pero al menos en mi memoria le construyo una estatua. Una estatua ecuestre. Lo hago ahora, pocos días antes de que su cadáver aparezca en Cúcuta vestido con un peto camuflado mientras la presentan como el caballo de Cano; ahora, antes de que, siguiendo con el legado del papá de Junior Turbay, un par de tipos de gafas oscuras la aborden en una camioneta para llevársela a las caballerizas de Usaquén mientras la pobre cree que se trata de una buena noticia.
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viernes, 11 de diciembre de 2009

TRAFUGARIO


--------------------------------------Por : JOSE OSCAR FAJARDO


EL TINO ASPRILLA EN EL MANÍ COMIÓ


En el manicomio más grande del mundo, mejor dicho. Esto es un juego de palabras que en la mecánica del lenguaje creo que se llama cacofonía, o algo así. Algo de caco y algo de fonía. Claro que a la hora de la verdad eso debe importarnos un carajo. Lo importante es que el Tino Asprilla estuvo en Barbosa invitado por el gitano Melquiades, léase Jorge Ardila Velandia, alias el señor alcalde de Barbosa.

Eso fue hace ocho días y la cosa ocurrió así: El gitano Melquiades conformó un equipo de fútbol en el que jugaron un puñado de “Jóvenes Muchachos”, entre los que se contaban chuchito Sicuita, secretario de cultura o el coco de oro, Luchito Forerito, secretario de Agricultura o sea mariscal de campo, además, Gonzalo Jiménez de Quesada, Nicolás de Federmán, Vasco Núñez de Balboa, el senador Onésimo Sánchez, el coronel Aureliano Buendía, y… lógicamente el gitano Melquiades y si no quién se lo aguanta si no lo dejan jugar. Es bien sabido que Melquìades es jodido cuando está con la piedra afuera y a más no poder, dicta un decreto y él mismo se manda meter al güeco. A los veinte minutos del primer tiempo ocurre una falta a unos treinta metros del arco a favor del Tino Asprilla. Este, el Tino, en un espectacular disparo como los que él sabía hacer en sus años de gloria, o como en los años de gloria de Rivelino o Valdomiro, puso la bola en la esquina donde sólo hay telarañas. Tremendo gol. Ya que digo tremendo, “IL Tremebundo Preñatore” no jugó porque estaba ocupado dándole teta al chino que acaba de importar. Ustedes mismos pregúntenle al gitano Melquiades quién es Il Tremebundo Braguetaloca. La gente se divertía de lo rico y hasta ahí Iban, literalmente, como quinientos reventados de la risa.

Veinticinco minutos después, en el segundo tiempo, el central pita un penalti a favor del combo del gitano Melquíades o sea en contra del Tino Asprilla. El gitano Melquíades ipso facto gritó, cobro yo. Y quién carajos le dice que no si tiene temperamento de amansador de alacranes a sombrerazos y además, es el alcalde. El tino a su vez dijo, yo tapo. E inmediatamente se puso los guantes y se apoltronó en el arco. Ambos de cuadran como en un duelo del siglo XVIII, con cara de chibchas de la policía secreta, y en que no se sabe quién va a morir. Hay suspenso general en el estadio. Son las 3:20 de la tarde y no se va la luz en el estadio porque ya se fue desde ayer pero no se necesita luz artificial porque son las 3:20 de la tarde y hace un sol de canícula. El juez pita, el gitano Melquíades toma impulso como un huracán, patea con su pata derecha, y aunque arranca como diez kilos de tierra y se le tuerce la pata, mete gol. El Tino no vio por dónde pasó semejante aerolito que le disparó el gitano Melquiades ni tampoco supo cuánta tierra se tragó. El murmullo del estadio se escuchaba a varios kilómetros a la redonda. Luego de terminado el evento, se pusieron a beber trago como buenos barboseños, como sendos caballos envenenados, hasta el amanecer. El Tino se fue para su tierra llorando, más rascado que el nalgatorio de una loca callejera sentada en un hormiguero. Cosa rara, la bala no echó.

Pero es que el gitano Melquíades es un berraco en eso de meter gol. Pues también a los de la oposición les metió gol por segunda vez porque la escaramuza esa de bajarlo del poder otra vez resultó un acto fallido, como dice Freud, es decir, se les “visquió”. Yo aconsejaría que en un acto de soberana racionalidad y en usufructo de la inteligencia lógica y de la sensatez, dejen gobernar al gitano Melquíades que hace ya dos años ganó las elecciones. Que cuando le toque el turno a uno de ustedes, yo de pronto ya seré un periodista grande, y al que le toque, sin importar quién, se los juro por Dios, le escribiré unas columnas grandes. Que el gitano Melquíades es romelio para jugar al fútbol, salta a la cara. Eso no lo discuto. Pero de administrar los destinos del manicomio, tengo la certeza, no lo hace mal.
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miércoles, 9 de diciembre de 2009

El Congreso Liberal

Colombia, miércoles 9 de diciembre de 2009



HORACIO SERPA

Asistí a la primera Convención Liberal en 1973, cuando se escogió como candidato presidencial al doctor Alfonso López Michelsen. Fue emocionante. Desde entonces solo dejé de participar en la de 1988, que se hizo en Cartagena, celebre porque en ella se reintegro al Partido Luis Carlos Galán, y a la del año 2004. En las dos ocasiones desempeñaba funciones públicas, como Procurador General y Embajador ante la OEA.

Este fin de semana se reúne el Partido en un Congreso que promete entusiasmo y grandes decisiones. Extraño tener que seguirlo a lo lejos, desde mi condición de militante, porque a quienes desempeñamos funciones gubernamentales, políticas que son por excelencia, nos es prohibido participar en la vida del Partido al que pertenecemos, por el cual llegamos al gobierno, y en cuyo nombre actuamos. Increíble, pero es así y toca respetar la ley.

No obstante, ninguna norma me impide desear que las deliberaciones liberales sean gratas y exitosas. Lo necesita el Partido y lo requiere el País. Colombia, en esta época de contradicciones y dificultades, necesita colectividades partidistas fuertes, coherentes, responsables, capaces de hacer frente a los retos de la crisis económica, de la violencia, de la impunidad, de la corrupción, de la desigualdad que sigue creciendo. El liberalismo tiene mucho que ofrecer, mucho que dar.

Los Congresos partidistas son espacios para la reflexión y para las decisiones. El liberalismo debe darse la oportunidad de pensar a fondo sobre lo que está ocurriendo y asumir unas actitudes que correspondan a la época y a los anhelos nacionales. Por supuesto que la seguridad y la convivencia son prioridades en el liberalismo. También la guarda de la Constitución, que no puede seguir sometida a los vaivenes de la coyuntura política. La Justicia, su operatividad, su independencia, a buen seguro que será analizada y respaldada. Y lo social, que es lo de la gente: el empleo, la educación, la salud, el campo, seguirán siendo banderas rojas por las cuales debe definirse el Partido de Gaitán.
El Partido Liberal ya tiene candidato presidencial. El País conoce a Rafael Pardo como persona seria, respetable, constructiva, de buena condición. Los Partidos se unen para abrazar a su candidato y luchan para que todos los miembros de la Colectividad lo apoyen en las elecciones. Llegado el momento, como liberal que soy sabré cumplir lealmente mi deber.

Muchos colombianos esperamos que en esta época de elecciones surjan de los Partidos programas bien estudiados, propuestas serias, planes realizables que nos brinden a todos gratas posibilidades democráticas de desarrollo, inclusión y equidad. Esta semana tiene el Partido Liberal la oportunidad de reencontrarse con su filosofía social, su talante democrático, su capacidad de combate ideológico y su criterio realizador. Enhorabuena.

También se tomarán decisiones en materia de dirección y organización. Suerte y pulso. Y mis sinceras manifestaciones de aprecio, gratitud y elogio para el doctor Cesar Gaviria, quien contestó presente en difíciles momentos y se retira voluntariamente de la Dirección después de haber cumplido positiva labor.

La Paz (Bolivia)7 de Diciembre, 2009

sábado, 5 de diciembre de 2009

TRAFUGARIO


-------------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

FUTBOL DE PURO MILAGRO

Milagro, Milagro… gritó la señorita Triniristirina Suezcún cuando vio que, aunque echaba humo, su vieja camándula chiquinquireña y su vetusto libro de oraciones a las benditas almas, se había salvado del voraz incendio como se salvó el chino Moisés milagrosamente de las aguas. Sucedió que la señorita Suezcún, señorita aunque con ocho nietos, todos graduados en la universidad, le había metido candela a su humilde vivienda de pocos ladrillos pero de muchas latas, con una veladora grande de catedral con la que le pedía a las susodichas damas de ultratumba, que la volvieran rica después de vieja, ya que de joven no le habían socorrido un marido que no bebiera trago ni uno que no jugara tejo. Pero las benditas almas le obsequiaron el milagro de dejarla en la cochina calle a través de un incendio. Para completar, los colombianos somos milagreros por herencia cultural y por nuestra propia naturaleza. El chance, la lotería, el baloto, las rifas y unas veladoras de las más grandes, son la base fundamental, la teoría de Keines y los elementos desarrollistas para los proyectos de vida. “Dios lo quiso así”, dijo un viejo de Vélez cuando se le perdió la plata.

Y yo creo que Kiko Barrios, el Director Técnico del Atlético Bucaramanga, sin muchas diferencias, no se le queda atrás. Lo de la búsqueda del milagro de Kiko Barrios y lo de la bendición del equipo es demasiado correcto y acertado. Lo que pasó fue que el agua bendita que le echaron al equipo para bendecirlo no estaba hervida y a los muchachos les dio amibiasis. Otro error técnico del Kiko Barrios: cómo no se le ocurre meter a la Santísima Trinidad en la delantera, hombre. ¿Ustedes se acuerdan de Lato, Deina y Sarmach, del seleccionado de Polonia? ¿O a Tostao, Pelé y Jairsinho del conjunto brasileño? Pues éstos son unos pinches jugadores de tángara al lado de la Santísima Trinidad porque estos tres manes si saben de fútbol, dado que aún sin la pelota, meten los goles por cualquier parte. Ahí no hay Lev Yashin, ni Amadeo Carrizo, ni el Divino Zamora que valgan.

Ahora, cómo no se le ocurre al Kiko Barrios sacar de una oreja a Marlon Díaz y meter de una a San Martín de Porres, hombre. Ese negrito, ahí como lo ven, humilde, vaciado y todo, juega más que Maicon o Balotelli. ¿Se da cuenta cómo se parece a Tierry Henry? Y dizque hace los mismos, e incluso mejores milagritos que el francés. Un comentarista holandés dijo, yo no sé si por puro mamar gallo, que al negrito San Martín no se le había dado la gana fichar con el Barcelona, ni mucho menos alinearse con Camerún, de donde es oriundo, por una bronca de tragos con Samuel E’too. Lo único que tiene de malo el negrito es que anda con una gallada de perros, ratones y gatos pero el man patea con ambas.

Ahora por dios Kiko Barrios, cómo es que usted olvida al Señor de los Milagros si está allí no más en Girón, que para venir, cualquiera le hubiera regalado lo de la buseta. “Ese man sí es que en verdad es un teso cuadro”, como dicen los costeños. La otra vez dizque le llegó un tipo con una Orquitis crónica por lo cual no podía procrear, y el Señor de los Milagros le hizo dos jugadas mil veces mejores que cualquiera de las de Pelé o de Maradona: no sólo le dio ocho criaturitas sino que se ganó la lotería cuatro veces.

Por otra parte, si ve que el argentino Caporale no hace milagros que los argentinos son verracos para eso, y si no pregúntele a Maradona cómo fue lo de la “mano milagrosa” cuando sacó del mundial a Inglaterra en ese entonces, porque no metió a San Pedro Claver o a San Luis Gonzaga. Estos son otros dos manes, carajo, jodidos en el medio campo y como volantes de contención, ahí no hay ningún Mascherano. ¿Entonces, qué es lo que usted sabe de milagros don Kiko Barrios? Cómo es que no cuenta con Juan Pablo II que todavía no es santo pero va para allá que se las pela, que no hizo sino el milagrito, con Lech Walesa, de ayudar a desbaratar a la Unión Soviética.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Olivos y aceitunos, todos son unos

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Colombia, miércoles 2 de diciembre de 2009


HORACIO SERPA

Comienzo por reconocer, nuevamente, que en los últimos años mejoró la seguridad. Por fortuna pasó la época tenebrosa de la violencia generada por guerrilleros y paramilitares. Un triunfo que debe acreditarse a la política de Seguridad Democrática, a la dirección del Presidente Uribe y a la actividad de las fuerzas militares y policiales.

No todo ha sido color de rosas. Pero la violencia disminuyó notablemente y en materia de guerrilla y paramilitarismo la situación cambió. Hay más tranquilidad y mejores posibilidades de convivencia. Un triunfo, sin duda, que debe mantenerse y mejorarse. Es lo que queremos todos.

De ahí que existan preocupaciones frente a las expresiones criminales que han aparecido en diferentes partes del país, que merecen la atención nacional.

En la edición 1438 de Semana se informó que en 9 ciudades del país, entre enero y octubre de este año, ocurrieron 5.860 homicidios, 1.363 más que en el mismo período de 2008. ¿Cuántos más ocurrieron en los 1.095 municipios restantes?

El Espectador del 21 de noviembre informó sobre “la plaga de las Bacrim”, para hablar de las Autodefensas Gaitanistas, las bandas de Don Mario, el rebrote de “Los Urabeños”, la acción de “Los Nevados”, “Los Paisas del Magdalena”, los bandidos del “Loco Barrera”, los de “Cuchillo”, los de “Pablo”, los de la “Oficina de Envigado”, y centenares de delincuentes que trafican, intimidan, asesinan sin tasa ni medida.

Todos los días oímos hablar de “Los Rastrojos, “Las Águilas Negras”, los criminales del “Cacique Nutibara” y docenas de nuevos grupos criminales.

Desde la Misión de la OEA en Colombia se dijo que “el tema del paramilitarismo o bandas emergentes está volviendo a tomar fuerza en la costa del país, en cinco departamentos que son Guajira, Córdoba, Atlántico, Sucre y Magdalena”.

El informe de la Corporación Arco Iris, que debe examinarse con atención, indica que grupos de esta naturaleza están extorsionando y matando en 293 municipios, 46 más que en 2008.

Y señala que la guerrilla ha tomado nueva fuerza, como apreciamos a diario en las noticias. Dijo Arco Iris que las Farc bajo el comando de Cano ha ejecutado este año 1.429 acciones delincuenciales, y tiene 11.500 hombres en armas. Cifras por las que se deduce, como el propio gobierno lo ha aceptado, que “la culebra sigue viva”.

La situación es delicada y debe asumirse a fondo.

La guerrilla sigue siendo una amenaza notable. A sus nuevos métodos, criminales en extremo como el incendio infame del bus en Nariño, deben aplicarse también novedosas estrategias de contención y desmantelamiento, antes de que logren recuperarse.

A los paramilitares de ayer, que se arman y crecen raudamente, también hay que aplicarles contundentes acciones para desmantelarlos. No cabe a esta hora una discusión sobre si son paramilitares de nuevo, o bandas criminales. Son lo mismo, son los mismos. Asesinos a sueldo, traficantes de droga, extorsionistas, gente sin alma que quiere seguir asolando a Colombia. “Olivos y aceitunos, todos son unos”.

domingo, 29 de noviembre de 2009

LA CAMA DE PROCUSTO

Estado-nación
(Sociedad Geográfica de Colombia <sogeocol@etb.net.co) Colaboración reenviada por Humberto Vargas León


Alberto Mendoza Morales

Fue un griego de gigantesca estatura y fuerza descomunal. Era hijo de Poseidón. Procusto entra en la mitología clásica como un monstruo de maldad. Poseía en Eulesis, pintoresca aldea cerca de Atenas, una posada para transeúntes. En ella ofrecía camas. Eran camas de longitud variable. Las asignaba pensando en torturar y matar a quienes pernoctaban en la posada. Las camas las asignaba de acuerdo con la estatura del cliente. Si era alto, lo acostaba en una cama pequeña; las partes sobrantes de las piernas las cortaba con un hacha. Si era pequeño lo acostaba en una cama larga donde lo estiraba hasta hacerlo caber completo en el lecho, con lo cual también lo mataba. Bajo el dominio de Procusto todos sus clientes, sin excepción, sufrieron letales tratos por mutilación o por descoyuntamiento. Por esos actos lo llamaron Procusto “el deformador” y Demostes “el avasallador”.

El comportamiento de Procusto nos conduce al campo del simbolismo político. Cubre los términos de Estado y dominio. La cama representa el territorio de una nación. Procusto encarna al soberano que lo administra. Procusto y su cama tipifican, en conjunto, a aquellos gobernantes que pretenden acomodar la realidad de una nación a duras y letales dimensiones que le dictan sus ambiciones, sus resentimientos, sus intereses personales, públicos y privados. La cama, en el símil, retrata países y naciones. Procusto representa al dictador que se levanta, se impone y manda a discreción. El caso aparece y se repite en muchas partes. Se da en naciones donde quien maneja el espacio-cama, sacrifica a sus huéspedes, la población, se adueña de todo, impone condiciones, sirve sus intereses particulares, deforma la realidad, atropella y mata. Sus clientes quedan sometidos a la violencia, al tormento, a penosas situaciones de la vida personal y social. Procusto tipifica, de esa manera, a todos los dictadores, antiguos y modernos. Su figura evoca a aquellos que, con todos los medios a su disposición, por ambiciosa conducta, dan sentido político y jurídico a crueles y temibles acciones. Representa a quienes, desde su posición de mando, indiscutida, terminan siendo protagonistas históricos de violencia y arbitrariedades.

Procusto terminó su existencia igual a la que aplicó a sus huéspedes. De manera sangrienta. Teseo lo mató con el mismo procedimiento que Procusto utilizó con sus huéspedes. Lo acostó en una cama pequeña y lo mutiló. Le cortó con un hacha las partes del cuerpo que sobresalían de su contorno.

Si no desea recibir más información de la Sociedad Geográfica de Colombia, responda a este correo con la palabra REMOVER en el asunto.

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sábado, 28 de noviembre de 2009

TRAFUGARIO


------------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

---------------QUÉ PASÓ MANO…

…Con la mano de Tierry Henry. Una vez un comentarista francés de fútbol le preguntó a un psicoanalista por qué el fútbol era el deporte de las masas. El médico así le contestó: “Porque el 90% de la población mundial es de bajo coeficiente intelectual y ese deporte no necesita un proceso que implique en el cerebro un trabajo complicado de profundidad. Es demasiado elemental. Fíjese usted que el ajedrez es de las minorías, precisamente porque necesita procesos mentales muy parecidos a los de las matemáticas. Al leer esta parrafada yo sentí cierta nostalgia porque manifiesto sinceramente bastante afición por el fútbol, sobre todo de factura argentina, brasileña u holandesa. Pero hace unos días atrás que miraba el partido de repechaje para la clasificación al próximo mundial entre Francia e Irlanda en que Tierry Henry jugó volibol para que uno de sus compañeros, Gallas, consiguiera el gol que les firmara el pasaporte de ida, ipsofacto me vino la impresión que de pronto el psicoanalista tenía toda la razón.

Desmond Morris, el zoólogo autor del texto “El mono desnudo”, de innegables fundamentos científicos sobre el Homo Sapiens, en una ocasión afirmó que la lucha de los jugadores de fútbol por la pelota, no es otra cosa que la reproducción “in praxis” de una jornada de cacería de las jaurías caníbales en los albores antropológicos del hombre, donde el jabalí es reemplazado por el balón de fútbol. Lo demás es todo igual. Total, esos argumentos me han puesto a dudar sobre la verdadera esencia del fútbol, de su estética, pero sobre todo de su filosofía. Porque hay preguntas difíciles de contestar. Una. Por qué es tan alto el nivel de agresividad de los jugadores de fútbol, sobre todo cuando van perdiendo. ¿Acaso no es un deporte de seres racionales? Dos. ¿Por qué las masas de aficionados asumen una conducta animalesca en donde afloran totalmente los instintos primarios y la pulsión de muerte o el Thánatos, estudiada con furor por el mismo Freud en el Psicoanálisis? Tres. ¿Cómo explicar el comportamiento antropoide de los “hooligans” de todo el mundo? Cuatro. ¿Por qué durante el juego o posterior a él, en los fanáticos aparece tan fácilmente el complejo reptiliano, o sea el reptil ese que llevamos todos adentro desde cuando empezó a evolucionar la masa encefálica hasta llegar al cerebro perfecto de la inteligencia abstracta?

Si tenemos en cuenta que el fanatismo deportivo es tan peligroso como el fanatismo político o religioso, este último capaz de producir verdaderas máquinas suicidas de la muerte en masa, pues estoy seguro que no en mucho tiempo en los estadios se verán carnicerías peores a las que se dieron en Auchswitz, Dachaw o Treblinka, durante la segunda guerra mundial. Cuando se fusionen esos problemas de psicología personal y de masas con los problemas reales del hombre, como la psicosis colectiva producida por el hambre, la injusticia social, la drogadicción, el alcoholismo, pegadas todas a la bestialidad también inmanente en la cabeza del hombre. Entonces porque tanta bulla por una “manito” del susodicho crack. “El vivo vive del bobo y el bobo de papá y mamá”, reza un adagio común, no exactamente producto del cerebro de Einstein o de De Broglie. (Desgraciadamente, muy a nuestro pesar, es así) Si es que el fútbol se juega con los pies, lo menos evolucionado del Mono desnudo ¿Qué más quieren? mientras que las matemáticas y el arte se elaboran con lo más acrisolado de ese mismo mono en pelota: el cerebro.

 Pero… ¿habrá un profesor de matemáticas, en cualquier parte del mundo, que se gane el 1% de lo que se gana Messi, Kaká o Cristiano Ronaldo en un mes? Dense cuenta entonces que son mucho más rentables los pies que un cerebro berraco para las matemáticas o para cualquiera de las Bellas Artes. ¿Alguna objeción? Miguel de Cervantes Saavedra, el autor de la más portentosa obra de la literatura universal, murió olvidado y en la más terrible pobreza. A Pablo Escobar, semianalfabeto como una abrumadora mayoría de esos, lo mató la psicosis que produce el poder del dinero en cantidades fantásticas después de haber matado mucha gente con alegría. ¿Y qué es la Diplomacia? Es el arte de mentir y aparentar para mantener en equilibrio la correlación de fuerzas. Lo que hizo Henry es un estándar del comportamiento humano en todos los sentidos.
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miércoles, 25 de noviembre de 2009

Es hora de una comisión de la verdad

Colombia, miércoles 25 de noviembre de 2009


-------------------------------------------HORACIO SERPA

Al finalizar las guerras es un imperativo histórico y moral conocer la verdad de lo que aconteció. Saber quiénes propiciaron el horror de las masacres, los crímenes de lesa humanidad, el destierro, el desplazamiento forzado, los fusilamientos y las desapariciones. Saber quiénes dieron las órdenes a los sicarios y dictaron las sentencias de muerte contra personas y comunidades enteras.

En Colombia no ha terminado el conflicto armado interno, pero la verdad da destellos de luz en medio del horror que producen las declaraciones de quienes perpetraron crímenes atroces ordenados por personas cuyos nombres aún desconocemos.

Paramilitares confesos que declaran en los procesos de Justicia y Paz, han relatado a cuentagotas o en chorros de verdades, la capacidad de daño que exhibieron en Urabá, Córdoba, Sucre, Norte de Santander o los Montes de María, por citar algunos lugares en donde las motosierras destrozaron el sueño de la democracia e impusieron la tiranía del narcotráfico y la barbarie, a plena luz del día y ante los ojos de todos.
Verdad, justicia y reparación son los ejes de cualquier proceso de reconciliación. Alcanzar esos objetivos es un largo y difícil camino mientras no se silencien los fusiles y se llegue a un nuevo pacto social. Colombia está intentando alcanzar justicia y reparación, tras el proceso con las AUC.

Pero no llega la verdad. No solo porque muchos de los comandantes paramilitares fueron extraditados y cuando hablan desde las prisiones de Estados Unidos no les creen, sino también porque quienes hablan son amenazados y sentenciados a muerte por sus enemigos incrustados en los poderes mafiosos, para silenciarlos. Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos, los paramilitares han reconocido ser los autores de más de 25 mil muertes.

Por todo eso, tiene razón la Corte Suprema de Justicia cuando señala la necesidad de crear una Comisión de la Verdad, que nos revele todo lo que hay debajo del tapete, todo lo que no se quiere dejar salir a flote luego del proceso con los paras. Las víctimas tienen derecho a la verdad, por la que ruegan todos los días. Pero también los demócratas, que pedimos castigo ejemplar para quienes propiciaron la debacle.

Sobre todo después de escuchar a personajes como alias Caracortada, a quien le ordenaron arrasar poblaciones enteras y le pusieron una cuota diaria de 20 asesinatos en los Montes de María. Tarea que cumplió sagradamente durante casi cuatro años. Cuando fue capturado ya ese grupo había matado a cerca de ocho mil personas en la zona. ¡Qué horror! Con la ayuda de agentes del Estado, de autoridades locales, policiales y militares, políticos y gamonales.

La iniciativa de la Corte Suprema ha recibido el apoyo de Naciones Unidas y de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos. Es hora de que el Estado, la Iglesia, el conjunto de la sociedad civil y los medios, iniciemos el debate. Todos tenemos una cita con la verdad.  Noticias de Santander

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