lunes, 6 de septiembre de 2010

TRAFUGARIO

-------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

EL ÉXITO DE ULIBRO

Hace tiempo tomando tinto con un buen amigo y también columnista de este periódico, perorábamos de por qué yo casi nunca le daba garrote a personaje alguno en mis columnas. Y pude darme cuenta de que él, mi amigo, tenía el concepto, muy personal lógicamente, y lo ponía en práctica con enconada frecuencia, de que las columnas eran para dar garrote. Mas nunca para admirar o para felicitar. Yo no hago eso, o casi nunca lo hago. Claro que cuando lo hago, es porque tengo la certeza científica de que a quien va dirigido el misil, no hay posibilidad de duda, se lo merece. Al fin y al cabo eso es parte del oficio de los columnistas: producir y generar opinión. Como para la muestra siempre hay un botón, tengo ubicado un político que desde hace tiempo se viene ganando un “suculento garrotazo”, que el día que se lo pegue, va a quedar más torcido que el jorobado de nuestra señora de París. Se gasta una prepotencia y un cinismo sólo comparable a la del mismísimo Nicolacito Maquiavelo. Su nombre, obvio, es reserva del sumario.

Pero siguiendo con nuestro tema inicial, esta vez Ulibro se gana mis aplausos y los de la comunidad progresista de Bucaramanga, puesto que para mí el evento fue todo un éxito. No porque se hayan tranzado 100 o 200 millones de dólares en libros, por decir algo, sino con lo que se ganó tratando de imponer la cultura de los libros y el culto a la lectura. Mil millones de felicitaciones porque, “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Yo diría a lo griego: “Provocad progresos culturales en la sociedad y desaparecerá la violencia”. Muchos sabemos que Santander es uno de los Departamentos con más bajo índice de lecturabilidad en todo el país y, con todo el respeto, eso de por sí ya es una vergüenza. Porque dizque los santandereanos somos unos verracos. Después de cien años de soledad, en verdad que me quedan bastantes dudas. Aclaro que el anterior dato, el de la lecturabilidad, no es ningún invento del columnista, sino que por el contrario, es un dato totalmente oficial y verídico.

 El hecho de que ya la gente, aunque sea un pequeño sector social relativamente, incluya dentro de la canasta familiar, libros, eso ya es un éxito cultural. Y hay algo más verraco todavía: el hecho de que la gente vaya a hacer cola, así sea solamente universitarios, para entrar al auditorio a escuchar las palabras y los conceptos de Héctor Abad Facio Lince o de Fernando Savater, ambos pesos pesados uno de la literatura nacional, Facio Lince, y Savater ya del ranking mundial, es cosa de ponerse uno a botar ramos de olivos por los aires de legítima felicidad. ¿Por qué? Ya lo dije atrás. Porque si cambiamos nuestros parámetros culturales y les damos un rumbo hacia el… no salvagismo, estamos dando un salto equiparable al que dio Neil Armsntrong pisándole la cara a la Luna para el bien de la humanidad. Y una razón todavía más verraca. Que en Colombia la Cultura depende de la Política cuando en los países civilizados es al revés. La Política es un apéndice la Cultura.

 Por todo ello colijo que la feria del libro va más allá que una simple feria de vanidades de esas que se hacen a diario con el fin de embrutecer más a la gente. Y sin ser yo San Martín de Porres y muchísimo menos sor Teresa de Calcuta, los libros pueden ser la panacea. Porque en las sociedades donde se lee, se facilita el diálogo. Porque el hombre que lee, fortalece su personalidad y se vuelve un faro para competir desde el punto de vista de la racionalidad, y sea cual sea su profesión. La fuerza de las ideas está en las capacidades intelectuales. Y en la fuerza de las ideas, señores políticos y gobernantes, está la verdadera Democracia. Lo demás es engaño, autoritarismo despótico y violencia.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Para qué más elecciones?

Colombia, miércoles 1 de septiembre de 2010

---------------------------HORACIO SERPA

Cuando el país no cesa de recibir noticias de los despachos judiciales y de los organismos de control por los desafueros cometidos en el fallido proceso de aprobación de la segunda reelección del ex Presidente Uribe, se ha vuelto a poner en la agenda pública el tema de la reelección de Alcaldes y Gobernadores. Un viejo anhelo que ha sido derrotado muchas veces en el Congreso de la República.

La reelección de las autoridades locales y regionales y del Primer Mandatario, fue uno de los temas tratados por la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, que la prohibió por el desbarajuste institucional que significaría, pero sobre todo porque rompería el sistema de pesos y contrapesos, pondría todo el poder estatal al servicio de una causa individual, significaría una enorme desigualdad para los partidos de oposición, y convertiría a Colombia en una republiqueta bananera.

Todo ello sucedió cuando la Corte Constitucional decidió darle vía libre, en 2006, a la primera reelección presidencial, sin conocer, por supuesto, todo el escándalo de la yidispolítica, que tiene en la cárcel a varios ex congresistas y significó la destitución del ex ministro Sabas Pretelt. Por ello, ya con razón se habla de la muerte de la reelección presidencial.

De haberse aprobado la segunda reelección, estaríamos transitando el camino incierto de la perpetuidad y la desinstitucionalización total, el enfrentamiento de las Cortes con el Ejecutivo, la interinidad en la Fiscalía, el agotamiento de la democracia, el fin de los pesos y contrapesos. La elección del presidente Santos ha demostrado que no era cierto que en Colombia no había quien reemplazara al Presidente Uribe, ni que sin él la nación se hundiría en el caos. Ha ocurrido exactamente todo lo contrario.

Santos ha logrado en tan solo una semana recomponer las relaciones con las Cortes, restablecer la diplomacia y espantar el fantasma de la guerra con Venezuela, nombrar un gabinete de unidad nacional y demostrar que aquí hay muchos liderazgos a la espera de una oportunidad para asumir el poder.

Ese es, precisamente, mi mayor argumento para estar en contra de la reelección. Hay que permitir que surjan nuevos gobernantes, que la política se renueve y que la democracia se oxigene. E impedir que el dinero del Estado y el poder político que este genera no se conviertan en motor de aspiraciones personalistas, que en muchos casos desprecian el espíritu de la Constitución.

Por lo que a mí respecta no voy a reelegirme como Gobernador de Santander. Le deseo suerte a quienes lo desean, pero no estoy seguro de que el Congreso apruebe el nuevo intento por pasar ese proyecto de ley, hundido antes, aún en circunstancia de enorme fervor reeleccionista. Hoy no veo razones de peso para creer que la reelección contribuya en la lucha contra la corrupción y la politiquería.

Hay que ampliar la democracia y fortalecer la participación ciudadana. Perpetuar en el poder a unos pocos es, además, un portazo a la paz.

lunes, 30 de agosto de 2010

La renovación política

ÁLVARO BELTRÁN PINZÓN

Ha exhibido el Partido Verde manifiesta falencia en la definición de su rumbo futuro. Al parecer, cuenta con una deficiente dirección en la que, además de ser excesivamente numerosa, sus integrantes no han podido superar la razón inicial de su presencia allí, representando la figura de los ilustres ex Alcaldes ó las antiguas estructuras de una organización que nunca se pensó como alternativa política nacional. También, han encontrado las ataduras de unos estatutos que para nada interpretan la espontaneidad y frescura del movimiento ciudadano que se agrupó bajo sus banderas, en las pasadas elecciones presidenciales.

¿Qué va a pasar con los 3.5 millones de votantes ó, mejor, con esa gran fuerza que por momentos se percibió mayoritaria durante el pasado debate electoral, y que tiene como denominador común su rechazo a las viciadas formas de hacer política?

Cierto es que este importante sector ciudadano no se manifestó como resultado de un coordinado trabajo proselitista, sino que se agrupó gracias a la figura de Antanas Mockus, que motivó adhesiones sin reservas a este movimiento, dada su reconocida solvencia moral, y ahora, ante la falta de convocatoria y de organización, podría dispersarse.

También es cierto que el presidente Santos ha tomado buena parte de las banderas desplegadas por la propuesta Verde, tales como la recomposición de relaciones con los países vecinos sobre la base del respeto mutuo; el reconocimiento de la independencia de las Altas Cortes y el pleno acatamiento a sus fallos; las anunciadas y profundas reformas al régimen político, al sistema de salud y a la Justicia, y la adopción de un efectivo estatuto anticorrupción.

El reto está en persistir. Esa importante fuerza ciudadana está llamada a hacerle juicioso seguimiento al trámite de las ambiciosas reformas planteadas, para que la ilusión que hoy acompaña al 84% de los colombianos se convierta en realidad y no pase a engrosar el inventario de las decepciones. Así mismo, a constituir instancias de estudio en sus localidades y regiones, para identificar problemas y formular propuestas políticas que ofrezcan soluciones a sus comunidades.

La pasada contienda electoral dejó un legado vital para la reanimación de las fuerzas cívicas. Ahí se pudo vislumbrar una real posibilidad para que se erijan como alternativa de renovación de nuestra vida política.

sábado, 28 de agosto de 2010

TRAFUGARIO


-----------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

LA GUERRA Y LA PAZ

Preciosa novela de la escuela rusa. León Tolstoi. Traigo ése referente al cuento es porque el jueves anterior se hizo una manifestación por las principales calles de la ciudad capital del Departamento, con una concentración final en la plaza Luis Carlos Galán y sus alrededores, que fue muy poco lo que hubo para envidiar las que provocaba el mahatma Gandhi en Nueva Delhi. De pronto suena como un poco exagerado pero todo lo que se haga y se diga en aras de la Paz, tan esquiva en nuestro país, es válido. Los 44 millones de malcontados colombianos debemos decir todos al tiempo, no al terrorismo. Los gobernantes, los industriales, los pintores, los escritores, los poetas, los periodistas, e incluso los políticos y los intelectuales, si no les es una molestia, deben decir no rotundo al terrorismo. Todos en su totalidad. Porque es que uno se descachimba de la nostalgia y de la soledad, y descachimbar es perder la cachimba, cuando en los noticieros se oye decir y en los periódicos puede leer, por ejemplo, que una niña de 15 años se dio de románticas puñaladas con una compañera suya de 17, donde la menor resulta muerta y los móviles no son otra cosa que un crimen pasional. Y también se circunflautiza uno al oír la noticia de que 35 mil niñas menores de edad, hago esa aclaración es porque a las reinas de belleza y las modelos también les dicen niñas, se prostituyen a diario y con cualquier postor para levantarse lo de una yuca para llevar a la casa algo de comer. Y todo por miseria física. En Bogotá, con corte al 30 de junio, iban 798 muertos por violencia callejera producida por alcoholismo, drogadicción, comercio de drogas ilícitas, prostitución callejera, robos, atracos, y un etcétera más hacia el infinito.

Y si a eso le sumamos que Colombia es uno de los países con mayor tasa de desempleo en América Latina y uno de los más inequitativos económicamente de la región, que el sistema de salud y seguridad social dan ganas de llorar, entonces estamos hablando de los albores de un colapso gravitatorio social en este país del sagrado corazón, que ojalá el mismo sagrado corazón se apiade de nosotros y no lo vaya a permitir porque ahí sí va a volar por toneladas, “de los que sabemos”, al zarzo. Y “de lo que sabemos” no es exactamente oro y piedras preciosas. Yo le aclaro a todos mis lectores que no es que esté hoy escatológico ni mucho menos paranoico, sino lo que pasó fue que mientras se llevaba a cabo “tan suculenta manifestación” antiterrosista, en la calle 35 crecía la audiencia como en El Sueño de las Escalinatas, de la hermosa lírica de Jorge Zalamea, y una familia visiblemente arrancada compuesta por el marido, el guitarrista; la señora, la guacharaquera; una niña como de unos seis años, la cajista; y un niño de brazos que los acompañaba a punta de gritos tal vez muerto de hambre, supongamos que era el cantante de una ópera callejera, también digamos que de realismo mágico. Más adelante una señora de unos 80 años, ciega ella, se acompañaba con su descuadrilada guitarra y en ritmo de ranchera cantaba, “Ayayayayyy, dónde andará… esos ojitos que me hicieron suspirar…”. Y entonces le da a uno por pensar, por qué esa violencia, por qué ese terrorismo, por qué esa gran miseria humana si Colombia es un país grandotote donde casi el 80 por ciento del territorio está desocupado, y tiene demasiadas riquezas como para que los hijos legítimos nos merezcamos esa guerra. Y entonces, para completar, le comenté eso a un político muy conocido pero no digo quién es para que no vaya a perder su clientela y pierda el tiempo y la plata si es que se lanza de concejal, y me contestó con la frescura de una nave espacial esta frase lapidaria: “Eso no se ponga a matarse la cabeza que el pueblo está acostumbrado a eso”. Yo apenas dije, ¡chamfle!

miércoles, 25 de agosto de 2010

Un Nuevo Amanecer en Irak

Miércoles, 25 de Agosto de 2010

Horacio Serpa
Gobernador
---------------------------Por HORACIO SERPA

EL presidente Barack Obama cumplió su promesa de campaña: retiró de Irak las tropas de ataque, luego de más de siete años de invasión para derrocar a Sadam Hussein, bajo la mentira de que tenía armas de destrucción masiva. El presidente Bush inspiró esa guerra en el marco de su política de lucha contra el terrorismo.

Obama fue elegido gracias a su promesa de acabar ese desastre. Dio marcha atrás a semejante error político y militar, y por supuesto económico, que aumentó el déficit de Estados Unidos, en plena crisis mundial. Esa aventura militar costó a los contribuyentes más de un billón de dólares. Y desmoronó la imagen interna y externa de Estados Unidos, esencialmente como una nación defensora de la libertad y los derechos humanos. Las imágenes de Abu Grahib aún son frescas en la memoria colectiva.

La invasión significó, además, la muerte de más de cuatro mil soldados norteamericanos, heridas a un número muchísimo mayor, la destrucción del aparato productivo iraquí, uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, y la muerte de decenas de miles de ciudadanos de ese país, víctimas de bombardeos indiscriminados y actos demenciales de soldados que veían terroristas en todas partes.

Semejante caos sólo tiene dos calificativos: derrota y vergüenza. Derrota porque la superpotencia fue incapaz de doblegar a los guerrilleros de Al Qaeda, que son hoy más fuertes, y no pudo restablecer la calma y la seguridad en la zona, que es hoy más insegura.

Y vergüenza porque esa invasión fue un acto criminal contra un Estado soberano. Irak no es hoy una democracia, ni sus ciudadanos consideran a Estados Unidos sus liberadores.

Son muchas las lecciones que ha dejado Irak. La principal, que es imposible establecer la democracia apelando a la guerra y la destrucción de un pueblo. La segunda, que la paz no se gana a bala, por más poderoso que sea el agente externo.

Obama bautizó la operación de retiro de Irak con el sugestivo nombre de “Nuevo Amanecer”. Suena paradójico que así, precisamente, haya cerrado su discurso de posesión el presidente Santos. “En este nuevo amanecer tenemos la oportunidad histórica para transformar a Colombia”, dijo. El principal hecho para lograr ese objetivo, es la paz. Aprendiendo de las guerras fallidas, de los procesos esquivos, de los pueblos que conviven en armonía. Ahora que corren nuevos vientos democráticos en Colombia es mucho lo que tenemos que aprender de la confrontación iraquí.

Porque aquí también necesitamos un nuevo amanecer de la reconciliación, para que las guerrillas dejen de atravesarse al futuro de prosperidad y democracia que todos esperamos.

Las Farc y el Eln deberían escuchar al presidente Chávez, que les viene diciendo, de tiempo atrás, que la lucha armada no tiene posibilidades en Colombia. Pero sobre todo, deberían escuchar a los colombianos que no las queremos más en nuestro horizonte como actores de destrucción, sino como hombres y mujeres capaces de luchar por sus ideas sin la ayuda de un fusil. El nuevo amanecer los está esperando.

martes, 24 de agosto de 2010

$90 mil millones pagará el gobierno por deudas atrasadas al magisterio

María Antonieta Cano, Bogotá, agosto 20 de 2010
----------------------------------------------------

El 5 de agosto, el gobierno saliente de Uribe expidió el decreto 2940 por el cual se estableció para 2010 la remuneración de los 88.608 docentes vinculados al magisterio bajo el estatuto 1278. Con base en la Ley 715 de 2003 se decretaron para los nuevos docentes, en los años 2008, 2009 y 2010, incrementos salariales reales promedio de 8 puntos adicionales a la inflación para cada uno de estos años. Esta decisión consistía en determinar un incremento superior al de los antiguos maestros vinculados en el marco del decreto 2277. Con ello se pretendía generar un espejismo para ocultar que el nuevo régimen sometía al magisterio a una seguridad social acorde con la ley 100; a la parálisis en la posibilidad de ascenso en el escalafón; a la negación de la formación permanente financiada por el Estado y a la pérdida de la estabilidad laboral dejada al arbitrio de rectores y directivos escolares.

En los años 2008 y 2009 se cumplió lo prescrito con base en la Ley 715. No obstante, mediante el decreto 2940, el gobierno de Uribe y su ministra, Cecilia María Vélez, actuando como fugitivos, determinó para el año 2010 un alza en la remuneración de los maestros cobijados por la ley 1278 del 4.5%. Lo que corresponde a una adición de tan solo 2.5% por encima del 2% de la inflación. Esta decisión significa quitar a cada maestro, en promedio al año, no menos de un millón de pesos y al total de los nuevos docentes 90 mil millones de pesos.

Desde que el gobierno colombiano se acogió a los ‘acuerdos’ con el FMI, la política económica principal es el pago de la deuda pública. Para cumplirlo, ya que uno de cada dos pesos del presupuesto nacional se dedica a los gastos de seguridad y defensa y a cancelar intereses de lo adeudado, se han reducido las transferencias para educación y salud al Distrito, a los municipios y a los departamentos. Entre 2000 y 2019, a los entes territoriales se les habrán quitado el equivalente a 52,5 billones de pesos del año 2005. Por esta razón, el magisterio colombiano ve constantemente lesionados sus derechos.

Es necesario demandar del gobierno de Juan Manuel Santos y de su ministra de educación, María Fernanda Campo, la derogatoria del decreto 2940 y el pago inmediato de ese pasivo con el magisterio colombiano. Por su parte, urge exigir que el salario de los docentes tenga en cuenta, al menos, la experiencia, la formación académica y la producción intelectual, esto debe plasmarse en el nuevo Estatuto Docente que responda al mejoramiento de la calidad de la educación, que eleve la dignidad de la profesión y que esté de acuerdo con las necesidades de desarrollo de la Nación y de la educación integral de los 11,5 millones de estudiantes colombianos.

lunes, 23 de agosto de 2010

TRAFUGARIO

----------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

ADIOS A LA PROFE HAMIRA

La profesora Blanca Hamira Fajardo Sánchez, descansó en la paz del Señor. Una de las últimas veces que hablamos nos dijo que contra cualquier fuerza de la naturaleza ella nos exigía que su cuerpo fuera cremado. Y tal como ella lo diseñó, en una mañana no tan llena de sol, en las aguas mansas de una quebrada que seguramente hace miles de años viene trayendo y llevando retazos de naturaleza por entre aquellos pastizales, Laura, su única hija, sacó del copón de color de plata una chuspita de pana morada y empezó a vaciar su contenido a manotadas como lanzándole arroz a las palomas de la paz en todas las plazas del mundo. Consuelo y Angela, hermanas, no pudieron contener sus lágrimas y en un silencio mustio lanzaban pétalos de flores de todos los colores, lo que a los pocos instantes de empezado el ritual que ella se inventó, todos sus hermanos estábamos haciendo lo mismo. Mandándole flores desarmadas con sus estambres y sus pistilos y sus tallos y sus cogollos con el fin de que ella en las noches de luna llena las aprenda a armar de nuevo para que los siglos no se le vayan a hacer tan eternos. Allí estuvimos el tiempo suficiente mientras la tía Eugenia rezaba algo así como unos responsos, o el equivalente a unos responsos, porque, estoy seguro, no se trataba de una misa de las que rezan o cantan los curas en la iglesia.

La profe Hamira, como le decíamos todos cariñosamente, se hizo bachiller normalista en la Escuela Normal de Oiba y luego se licenció en Idiomas, área mayor Filología española, en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Unos años después y en esta misma universidad cursó un posgrado en Semiótica y Lingüística. Pero muchos años antes, con el profesor Simón Cornejo y otros docentes de los años setentas, contra viento y marea lograron fundar el Colegio Cooperativo de Barbosa, hoy una de las instituciones más cotizadas de la región por sus buenos resultados. Pero acá hay un hito tan contradictorio como inédito porque pocas veces se dan cosas así, sobre todo en un país con unos presidentes y unos dirigentes adictos a la guerra y enviciados a la bala, y con las gentes acostumbradas a la cotidianidad de la muerte: que las instalaciones de un batallón del ejército se conviertieran en un claustro para la enseñanza. Aunque ustedes no lo crean, así fue. Pues en las décadas de los cincuentas y los sesentas, ésas casas antiguas servían para enjaular y adiestrar soldados. Años después, allí fue instaurado un colegio que hoy es un argullo para Barbosa y para la región. Es decir, ese puñado de modestos profesores le hizo caer en la cuenta a los dirigentes colombianos que la guerra es el fracaso de la inteligencia.

Pero como la profe Hamira era una lectora de tiempo completo, sus agallas intelectuales le sirvieron para, como docente y desde la rectoría del claustro, crear e impulsar concursos literarios de cuento, de poesía, de danza y de otras disciplinas que le dieron un enorme prestigio a la institución. Y aún así, eso a la hora de la verdad no es lo más importante porque nosotros sus hermanos tenemos otros referentes. Pues la profe como amiga y como hermana, me perdonan mis lectores pero tengo que decirlo porque de lo contrario me quedaría un torniquete incurable en mi espíritu, fue enorme, avasalladora, eterna. Su bondad no tenía nudos gordianos aunque era de temperamento fuerte y rectilíneo. Eso le sirvió para ejercer los cargos oficiales con la frente en alto, y para llevar su carga de madre y hermana con la ternura necesaria para recordarla con amor hasta el final de los siglos. A la profe siempre le gustó pasear. Y sus paseos por Ciudad de México, París, Barcelona, Madrid, Roma y otras, los terminamos buscando durante varias horas su última morada para esparcir sus restos, porque ninguno sabíamos el sitio exacto que ella había escogido desde que se dio cuenta que una maldita enfermedad le iba a matar su alegría cuando aún no era la hora.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Una reforma política para la paz

Colombia, miércoles 18 de agosto de 2010
--------------------------------HORACIO SERPA

El Presidente Juan Manuel Santos está imponiendo su sello personal a la política. Conciliador, sereno, pausado, reformador. Es dueño de un nuevo estilo que le conviene a la nación para reconciliarse con los vecinos y abrir las compuertas a la concordia nacional. A la par con el entendimiento con la comunidad internacional, las altas Cortes y los partidos, el mandatario debe avanzar en sus primeros cien días de gobierno en la implementación de una profunda reforma política que vigorice la democracia y nos conduzca a la convivencia.

En su discurso de posesión, el Presidente habló del tema con convicción democrática, trazándole un nuevo rumbo a la nación. Su propuesta de Unidad Nacional, busca “…un acuerdo en torno a la necesidad de tener una democracia vigorosa; una economía estable y próspera; una patria justa en lo económico y lo social; una nación segura y en paz”. Dejó en claro que “no quiero un país sin partidos ni sin controversias ideológicas. Colombia necesita partidos sólidos, serios y de vocación permanente, con posiciones diferentes sobre la sociedad y el Estado”.

Para lograrlo es urgente que convoque al país, a las colectividades, universidades y centros de pensamiento, a una reflexión profunda sobre la reforma política que necesitamos para dejar atrás los vergonzosos capítulos de nuestra historia reciente como la parapolítica; las chuzadas del DAS, que vulneraron los derechos de la oposición y las organizaciones sociales; la financiación de las campañas por grupos de poder y contratistas; la persecución a los medios de comunicación críticos del gobierno y las amenazas a la libertad de prensa; la banalización de los partidos políticos y la política.

Si queremos ser una democracia moderna y vigorosa debemos asegurarnos que serán investigados quienes hicieron pactos con el diablo para tomarse el poder político local, regional y nacional, saquear el erario, eliminar a sus rivales y llevarse por delante la democracia. Esos hechos no pueden repetirse. Pero para ello se necesita mucho más que buena voluntad. Se necesita Estado, autoridad, institucionalidad, cultura política, justicia, verdad y reparación de las víctimas.

El Primer Mandatario debe liderar que se cumpla el mandato constitucional de garantías a la oposición, para que nadie sea chuzado, perseguido, amenazado, exiliado o asesinado por sus ideas. Y reglamentar el acceso a los medios de comunicación, porque es hoy allí donde se legitiman las ideas, se construyen las percepciones y se gana el apoyo de la opinión pública. Tenemos que acabar con la enorme desproporción de cubrimiento noticioso que se da entre el gobierno y la oposición.

El Presidente Santos debe modernizar el sistema electoral para derrotar la abstención y actualizar los mecanismos de participación ciudadana, que siguen siendo un saludo a la bandera.
Lo más importante es fortalecer los partidos políticos, para que sean fuertes, democráticos e incluyentes y permitan el surgimiento de nuevos liderazgos. La reforma política es la llave de entrada a la paz. Hay que trabajar con celeridad en ese tema. Es una tarea impostergable.

miércoles, 11 de agosto de 2010

El nuevo amanecer democrático

Colombia, miércoles 11 de agosto de 2010

HORACIO SERPA
-
Colombia respira esperanza. La democracia esta robustecida y corren nuevos vientos de reconciliación interna e integración regional. El discurso de posesión del presidente Santos y los acontecimientos que se han desencadenado en sus primeros días de mandato, lo muestran como un líder capaz de cumplir sus propósitos de prosperidad democrática, fin de la polarización, consolidación de los partidos, solución del conflicto armado, seguridad urbana, desarrollo con equidad y respeto a las Cortes.
La primera tarea que se ha propuesto el Presidente Santos es el diálogo directo con su similar venezolano, Hugo Chávez, para superar la larga cadena de desencuentros de las dos naciones, que han afectado las relaciones hasta llegar a su rompimiento. La presencia del Canciller Nicolás Maduro en la posesión de Santos fue el anuncio de un cambio positivo en el rumbo de nuestra diplomacia.

Lo que parecía imposible hasta hace unos días, se convirtió de la noche a la mañana en realidad: un encuentro Santos-Chávez en Santa Marta. Los dos mandatarios tendrán sobre sus hombros la responsabilidad de doblar la página de los últimos ocho años, marcada por ataques personales y amenazas, y volver a empezar. Tendrán que construir una relación basada en la confianza, el respeto mutuo y el compromiso de la solución pacífica de las diferencias. El restablecimiento de las relaciones bilaterales, rotas de manera abrupta hace apenas unos días, será el primer paso hacia una nueva era de integración regional.

Colombia y Venezuela tienen enemigos comunes, que deben afrontar de manera conjunta: guerrilla, narcotráfico, pobreza, inseguridad. Y una frontera común viva y dinámica que reclama acuerdos para el libre tránsito de bienes, personas y capitales. Acuerdos que garanticen la seguridad en la frontera, pero también la certeza de que nunca se volverá a tiempos pasados de cierre de mercados y amenazas de guerra.

En las relaciones con Venezuela y con Ecuador, especialmente, el Presidente Santos nos ofrece nuevas posibilidades. Los hechos demuestran que es mejor el diálogo directo que las vociferaciones mediáticas. El país reclamaba ese cambio de rumbo. Y celebra que, bajo la directriz del Presidente y la ejecutoria de la Canciller Holguín, la frontera deje de ser un territorio caliente y se convierta en un lugar pacífico en donde hierva la hermandad bolivariana. Un proceso que apenas comienza y necesita mucha colaboración de parte y parte.

Colombia tiene hoy una nueva agenda internacional, propia de un presidente formado en la academia y con una amplia experiencia diplomática. Seguramente, en pocos días veremos encuentros similares que rompan paradigmas y construyan nuevas percepciones globales sobre nuestro país y nuestros intereses.

Es bueno recordar el mensaje del nuevo mandatario: la palabra guerra no está en su diccionario, ni la puerta de la paz está cerrada con llave. Lo que significa más trabajo en busca de la reconciliación y menos desgaste en la confrontación innecesaria y estéril. Un mensaje de esperanza en un país hastiado de la guerra. Ese es el nuevo amanecer que nos merecemos.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...