miércoles, 12 de diciembre de 2012

Se canaliza la impunidad

                                     Por Gerardo Delgado Silva 
El Estado de Derecho es la organización política de la sociedad que reposa sobre normas fundamentales cuyo imperio se impone y sobrepone a toda voluntad arbitraria y personal.
Así se llegó al constitucionalismo como sistema de organización político-social. 
El constitucionalismo impregna con su sentido, la vida de la humanidad civilizada y culta.
Sin su garantía, jamás podrá asegurarse la existencia de la dignidad y de los derechos humanos, como así mismo las posibilidades de una justicia progresiva que pudiera abrirse paso en su sagrada misión.
Es que, si un pueblo se abandona de la justicia, habrá perdido los grandes soportes que le dan sentido a su existencia.
Por eso, la vieja filosofía griega nos ha legado una leyenda según la cual “cuando los hombres quisieron fundar la ciudad, los dioses para hacer posible que la ciudad perdurase, le dieron como regalo inapreciable la justicia”.
Así pues, el Gobierno nunca puede bajar la guardia, porque su compromiso moral es el de tener fe en la justicia ordinaria, considerada con tantos atributos intrínsecos, emparentada en su espíritu con otros bienes y valores que el hombre busca en su porfía por embellecer y dignificar la vida.
Dante, expresó sencillamente que la justicia es “una virtud al servicio de otros”.  Los magistrados y jueces que la representan en nuestra patria, se han distinguido por su consagración a la ciencia del derecho, por la constante y fervorosa defensa de los Derechos Humanos.  De no ser así, Colombia estaría en el abismo insondable de los amargos genocidios, los eufemísticos “falsos positivos”, dramáticos testimonios de una agonía espiritual y moral de la patria.
Platón en su obra más importante, “La República” plantea un Estado Ideal, en el cual debe prevalecer la justicia, Platón así mismo, refuta en primer lugar, la tesis absurda de los sofistas en el sentido que el derecho nace de la fuerza y opina que el hombre injusto no podrá tener felicidad jamás.
El país avanza irracionalmente a pasos largos hacia una modalidad que combinaría los poderes nominales del régimen presidencial, con los efectivos de un régimen militar.
Se advierte como una tragedia el peligro del sistema democrático, ante ciertas afirmaciones que cambian el espíritu de la Constitución, expresadas por el Ministro de Defensa y el Comandante de las Fuerzas Militares, con talante de militarismo, apoyados en la fementida “inseguridad jurídica” ante la justicia ordinaria, para que el país prefiera insensatamente el reforzamiento de una “justicia penal militar” y la ampliación del “fuero” militar, a fin de conocer diabólicamente los hechos punibles violatorios de los Derechos Humanos.
Dizque, se excluyen de la reforma Constitucional del “fuero”, crímenes de lesa humanidad.  Empero, ¿Quién adjudica la competencia destinada exclusivamente al conocimiento de esos hechos criminales? ¿Qué va a acontecer con el principio de favorabilidad, y los procesos contra los autores de genocidios, eufemísticamente llamados “falsos positivos”? ¿Y con los hechos punibles de los militares que han estado vendiéndoles armas a los grupos al margen de la ley?
Vaya, vaya como dicen los ingleses. Corresponde nada menos que a la justicia militar – juez y parte al mismo tiempo -, en última instancia esa adjudicación de la competencia, para fomentar la seguridad jurídica inmersa en los cuarteles; persuadidos de que allí se encuentra el “súmmum bonum” del derecho, que es el fin último de la convivencia humana.  Algo así, como un hipotético Nirvana  para Colombia, la bienaventuranza de una auténtica justicia.
Semejante exabrupto jurídico, viene amancillar la propia piel transparente de la patria.  De ahí, que no les fuera indiferente al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; a Human Rights Watch; a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quienes descalifican semejante esperpento y reclamaron el hundimiento del proyecto.
El “fuero”, se puede considerar como una nostalgia totalitaria, que revela como se entrelazará irremediablemente la impunidad.  Es el sendero para volver al tétrico pasado, cuando se extendió la competencia de los tribunales militares al juzgamiento de civiles, una refulgente cola del Estado de Sitio, como una alegoría violenta y clarificadora de lo que fue el terror nazi.  En otras palabras, significa anclar el pensamiento turbulento del señor Uribe, que ha pasado por alto los derechos fundamentales, empezando por la dignidad de la persona humana, no obstante el valor supremo que la Constitución le otorga y que constituye a la persona en un fin para el Estado,  que vincula y legitima a todos los poderes públicos.

Es el camino de espacios sin derecho, como los recorridos por los señores parapolíticos.
No entiende el Señor Ministro ni el Comandante, ni tiene tampoco por que entender que en la justicia penal ordinaria, en su función hermenéutica, se parte del análisis de la conducta humana, contando con las nociones de ser, de causa, de sustancia y de fin. Ordenamientos intelectuales que se aplica por imperativo de la razón, mediante una actividad lógica y dialéctica, de inducción y deducción, iluminada por la Sociología Penal, la Psicología, el Psicoanálisis criminal, la  Criminalística, de brazo de la Sana Crítica, que conduce a discernir lo verdadero de lo falso.  Sólo así se conciben las providencias de la justicia ordinaria sumergidas en la certeza, que hacen posibles la convivencia y la paz.  La expresión de la Soberanía   Nacional.  Aquí se fundamenta el Estado de Derecho, la esencia misma de la Democracia.  Por ello, los jueces ordinarios ostentan en el mundo entero, la más sublime de todas las dignidades. 
En últimas el “fuero” va a constituir el desmonte de la defensa de los Derechos Humanos en nuestro país y un sablazo al Poder Judicial, establecido en la Constitución con carácter independiente y soberano.
Una verdadera utopía en este Gobierno de Santos, que ha querido ser abanderado del Estado de Derecho.
En puridad de verdad, la historia nos cuenta que Atenas le legó a la humanidad la Filosofía y el Derecho.  Esparta con su militarismo, no le dejó absolutamente nada, como que no tenemos noticia cierta en que lugar de Grecia estaba situada.
Con acusadora precisión, surgen límpidas las palabras de Clemenceau: “La justicia penal ordinaria, es a la llamada justicia penal militar, lo que la música clásica, es a la música militar”

                                                              Para: www.bersoahoy.com

A propósito de la reforma que avaló el Congreso

Aprobado el fuero de la impunidad
El Congreso le aprobó a la Fuerza Pública licencia para matar, desaparecer, torturar y violar los derechos humanos y el DIH impunemente
Por: Camilo Raigozo / Miércoles 12 de diciembre de 2012
Desafuero penal militar
El congreso de Colombia
Sin ninguna vergüenza, desoyendo el clamor internacional y nacional, el poder Legislativo y el Ejecutivo, salieron airosos al ser aprobado en último debate en el Congreso el esperpento de reforma a la Constitución para ampliar el fuero penal militar.
“La aprobación de esta reforma constitucional va en contra de las obligaciones internacionales contraídas por Colombia en materia de derechos humanos y entraña el riesgo de consolidar todavía más la impunidad de las fuerzas armadas y la policía", manifestó Susan Lee, directora del Programa de Amnistía Internacional para América.
“La aprobación de esta reforma será un indicativo claro de la falta de compromiso del gobierno con los derechos humanos en un contexto en que las fuerzas armadas y la policía continúan cometiendo graves violaciones de derechos humanos directamente o en coordinación con los paramilitares”
La ONU y Human Rights Watch, explicaron que todos los crímenes que cometan las fuerzas militares y la policía, “serán conocidos exclusivamente” por tribunales militares, excepto, aparentemente, los crímenes de genocidio, lesa humanidad, desaparición forzada, tortura, violencia sexual, ejecuciones extrajudiciales y desplazamiento forzado.  Ampliación

sábado, 8 de diciembre de 2012

Presagio


                                                    TRAFUGARIO 
                                      Por: JOSE OSCAR FAJARDO 
Este es el nombre de un guión para cine que se inventó y escribió Gabriel García Márquez por allá en los años en que su nombre todavía no le daba vueltas a este mundo como una pelota loca, por la cosa esa de su fama como escritor y en efecto como premio Nobel de Literatura. Presagio es un bello nombre para lo que él escribió porque eso es exactamente lo que se llama un presagio. Una adivinación. O más bien los hechos reales de una cosa o suceso que sólo estaba en la imaginación de gentes comunes y corrientes. 
En el presagio de Gabo que, repito, fue un guión para cine, un día un tipo se le ocurre, después de haber pasado una noche insomne y un tanto desastrosa, que algo va a pasar en el pueblo donde él y toda la gente viven desde los años antiguos de su fundación. Presa de la incertidumbre entonces se va a la carnicería a comprar la carne del consumo del día y allí le cuenta al pesero y dueño de la pesa sobre lo lúgubre de sus pensamientos y de sus intuiciones. El pesero le pone cuidado con toda la atención e ipso facto queda impresionado con la confesión del comprador. “Porque algo raro va a pasar hoy en el pueblo”.  Entonces el carnicero se da a la tarea de contarle el secreto a todo el que va llegando a la pesa a abastecerse de carne, “porque algo raro va a ocurrir hoy en el pueblo”.  
En consecuencia, a eso del medio día la incertidumbre de un hombre se vuelve colectiva y ya todo el mundo está convencido de que “algo raro va a pasar en el pueblo”. Es muy probable que sea el juicio final, opinan algunos de ellos. Pero todos tienen sus propias opiniones. En el pueblo todo es silencio, y mucha soledad en las primeras horas de la tarde. A mediados de la a tarde un hombre se le ocurre meterle candela a su casa con la obsesiva convicción de que “algo raro va a pasar hoy en el pueblo”, y él quiere irse cuanto antes.  Luego uno de sus vecinos hace lo mismo y en la noche el pueblo ha desaparecido en medio de las llamas porque algo raro debía suceder ese día en el pueblo. Según las predicciones de los mayas el 21de diciembre de este año será el final de los tiempos sin escapatoria para todos los terrícolas, incluidos mi suegra, que se parece mucho a la mamá de Yayita en todos los sentidos, y un expresidentes que cree que para él no existe el fin del mundo. Y además toda la caterva de caníbales multimillonarios que existen en el planeta sin que su dinero pueda hacer nada por ellos.  En mi opinión está que, a uno de esos mayas de golpe un poco más estudiado y/o exageradamente pichurria y mamador de gallo de tiempo completo, se le dio por escribirse un guión parecido, por ahí sancionado por una moza celosa, y ahora quién quita que ocurra el mismo Presagio en pleno siglo XXI. Si  no me creen, miren estas cifras. 
El 12% de los gringos se tienen comido el cuento. El 20% de los chinos. El 13% de los mexicanos y el 10 % de los españoles. En Barbosa, sacrosanta tierra de brujos, el sablazo se lo tiene digerido el 97.8% de la población, según datos que me facilitó el Parasicólogo Malezza, y tenga en cuenta que este Síquico fue el que hizo crecer a un enano legítimo de 1,15  de estatura a casi dos metros exactos, a base de bebedizos y rezos esotéricos y una tanda de garrote que le propinó con el objeto de “sacarle los espíritus enanos que era lo que lo tenían chiquito”. El mismo profesor Malezza me dijo que lo de los mayas tiene un 100% de credibilidad, pero que si le tienen Fe  y creen en él, y que si le reúnen democráticamente aunque sea unos veinte milloncitos de pesos, él se encarga de “echar toda esa güevonada pa’trás”. Eso me dijo.

domingo, 2 de diciembre de 2012

En diciembre llega la depresión


                                               TRAFUGARIO
Por: JOSE OSCAR FAJARDO  
Entre tantas definiciones, la Depresión nerviosa es un estado emocional durante el cual la persona va perdiendo interés por todas las cosas que piensa y que hace y que si se deja avanzar, puede inducirla al suicidio. Las endógenas vienen de adentro y el mismo individuo no sabe qué se la produce. Las adquiridas o exógenas vienen de afuera y son producidas por el uso de drogas sicoactivas o por el alcohol, por problemas económicos, muerte de un familiar y muchas otras causas. Cuando la Depresión es sicótica, presenta estados demenciales y en muchos casos la persona tiene frecuentes episodios suicidas que generalmente consigue si la enfermedad no es tratada médicamente. 
Los estados anímicos como la ansiedad, la tristeza, la melancolía o lo que los ingleses llaman Splin, los franceses Surmenage y los colombianos malp… existencial, tradúzcase angustia existencial, pueden conducir a estados de Depresión severa o suicida. De todas maneras, se trata de un corto circuito que ocurre en el sistema nervioso central por la carencia o baja producción de unas biomoléculas, entre las cuales se citan la Endorfina, la Oscitocina, y la Dopamina entre otras, que son consideradas coloquialmente como las hormonas de la felicidad. O sea que no es un estado del alma, como dicen los poetas, sino un estado físico-químico del cerebro humano.
Hasta allá han llegado las neurociencias y tan bacano que es oír hablar a Rodolfo Llinás de este tema. Algunas depresiones son congénitas y otras adquiridas. Lo cierto es que cualquiera de las dos, la pueden llevar al cadalso si la persona no le pone bolas al asunto. Se ha comprobado estadísticamente que, por la época de diciembre, por nuestra herencia cultural periodo navideño, no se sabe a ciencia cierta pero a una gran mayoría de personas les aflora la Depresión que llevan por dentro como Pambelé, por nombrar a alguien que ya es de conocimiento público, y se les re-produce la enfermedad. La música de los villancicos y todas esas melodías como los 50 de Joselito, Bobea y sus vallenatos, de Alejo Durán, y otras melodías decembrinas, en medio del trago navideño a muchas personas las pone a pasar aceite, a tal grado que no pocas llegan a suicidarse. Entonces lo que yo quería era recordarles, ya que soy tan buen amigo de ustedes, es que como está tan de moda el suicidio, al colmo que hoy ya la gente se suicida viendo el minuto de dios o un episodio del Chapulín Colorado, es para que le echen mucho ojo a sus familiares y/o amigos que ustedes le hayan pillado la vaina de que han tenido intenciones de autoeliminarse. 
El peligro es que, en sano juicio pueda que no lo intente. Pero déjelo o déjela  que se meta unos diez traguitos, ojalá de jugo de tarántula o de guarilaqui con ácido de batería, y verá que, en plena navidad o a media noche del 31 de diciembre, se pone a chuzarle las orejas con un palito o a pisarle  las pelotitas a un león con dolor de muela para que éste, malintencionadamente se lo trague.  Y vaya vaya vaya lío. Y ojo que hasta hoy se han suicidado 196 niños en Colombia, incluido el de Barbosa hace 15 días. Por otra parte, querido amigo, si usted piensa en serio suicidarse, procure hacerlo antes del 24 de diciembre para que su familia no gaste su platica vanamente en zapatos que por lo chiquitos sólo le quedan buenos a usted, o en calzoncillos bombachos y con ventana a la calle que por la moda sólo se los pone usted.
Tome las cosas con calma, y si ve que está muy deprimido, hágase el pendejo y no jarte más trago porque si usted llega a matarse, es muy probable que, tal y como está la situación económica, su familia llegue a beneficiarse. Sí hombre. Porque usted ya viejo, amargado, con diarrea, flatulencia, insomnio  y pecuela, y no hace sino joder, es capaz de sacarle la piedra a San Martín de Porres.  Así también su familia puede llegar a morirse, pero de alegría.    

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Y... la pérdida de 75 mil kilómetros...

¿Apenas comienzan los pleitos?
Horacio Serpa                       
Han sido nueve días de indignación, opiniones diferentes, controversias, debates sobre el fallo y denuncias contra la comisión que representó los intereses de Colombia. También contra los gobiernos que actuaron a lo largo de los once años que duró el proceso. En el Congreso hablaron de declarar traidores a la patria a los funcionarios que resulten responsables de la pérdida de 75.000 kilómetros cuadrados de superficie marítima en el Caribe.
La verdad es que si llegaren a deducirse responsabilidades políticas y gubernamentales, los únicos que no tendrían “velas en ese entierro” serían el actual Presidente de la República y su Canciller. Solo les tocó mirar las últimas actuaciones del equipo de defensa, conformado diez años antes, y conocer el fallo de la Corte Internacional. Los dos gobiernos anteriores nombraron a los delegados colombianos que representaron a Colombia, contrataron asesores internacionales, asumieron la competencia de la Corte, presentaron excepciones, aceptaron que se descartara el meridiano 82 como frontera, presentaron pruebas, alegaron, en fin, corrieron con la responsabilidad de atender el pleito.
El buen juicio indica que a este respecto no deben asumirse actitudes precipitadas. Ni que se hagan linchamientos morales, políticos o éticos, sin conocer a ciencia cierta todo lo que pasó y por qué pasó. Por fortuna el gobierno informó que ya cuenta con un comité asesor diferente para emprender las tareas que corresponden a buscar las aclaraciones necesarias, pedir revisión en lo que sea dable y denunciar ante las Naciones Unidas los desconocimientos y atropellos que se han advertido. Es lo que se pretende hacer, según informaciones públicas.
Entre acatar el fallo y rechazar la sentencia, ha surgido una tesis muy importante que debe estudiarse. No es posible  reconocer ni aceptar ni acatar un fallo que no se puede ejecutar. Opinión del exministro Jaime Pinzón, en Ola Política.
Varias razones se han expuesto para sustentar el planteamiento: con base en el meridiano 82 como línea de frontera, Colombia suscribió tratados limítrofes vigentes con Haití, República Dominicana, Estados Unidos, Costa Rica, Honduras y Panamá. Si se acata el fallo se desbarata la geografía del Caribe y se desconocen olímpicamente los derechos de seis naciones.
Nicaragua no debiera precipitarse a ejercer vigilancia sobre los 75.000 kilómetros cuadrados a que se refiere la sentencia de La Haya, hasta que no se resuelvan los recursos y denuncios de Colombia y se sepa si la providencia es ejecutable. Todo indica que no lo es.
Como han dicho que Nicaragua reclamará más áreas marinas y que sus propósitos contra Colombia no cesarán hasta no quedarse con el Archipiélago, hay que estar atentos a los movimientos que se den en la República centroamericana. Por cierto, ya vienen sus barcos y se van a encontrar con los colombianos.
La situación  no es fácil. Todo menos la guerra, que es improbable. Entonces, tocará seguir pleiteando. Ojalá que para enfrentarlos, los nuevos defensores de nuestros derechos examinen a fondo de que se trata y nos eviten nuevos dolores de cabeza.
Bogotá D.C., 27 de Noviembre, 2012
NuevoSiglo

lunes, 26 de noviembre de 2012

“Ni con el pétalo de una flor”


Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.)*
Para celebrar este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. Es Es ser repetitivos con el verso cursi del galante: “Ni con el pétalo de una flor”. ¿Pero quién no la ha violentado a la mujer? Todos los hombres, hemos atentado contra ellas de palabra y acción, o si no, que hablen los animales y permanezcamos en las jaulas de los bárbaros.

El Secretario General para celebrar esta fecha, Ban Ki-moon. Escribió: “Millones de mujeres y niñas de todo el mundo son agredidas, golpeadas, violadas, mutiladas o incluso asesinadas en lo que constituyen atroces violaciones de sus derechos humanos. Desde el campo de batalla a sus hogares, en la calle, en la escuela, en su lugar de trabajo o en su comunidad, hasta un 70% de mujeres han experimentado violencia física o sexual en algún momento de su vida. Hasta una cuarta parte de todas las mujeres embarazadas se han visto afectadas”.
Todos los días desde que encendemos la radio, la televisión o leemos el periódico, la noticia es que una mujer ha sido abusada sexualmente, maltratada o asesinada. Es una infinidad de delitos, que con mucha frecuencia  los responsables quedan impunes. La mujer o la niña guardan silencio, un manto de miedo y de vergüenza, no las deja hablar y cuando cuentan ha sido demasiado tarde, por ese violentar convertido en un trauma.
Las consecuencias de la violencia en la mujer, se vuelven en un problema con el género y la equidad, que en últimas termina en su salud. Este hecho influye en todos los aspectos de su vida, empezando por sus hijos… si existen muy pequeños, a medida que la desigualdad crece en la sociedad, se perpetúa y son las que más sufren esa violencia doméstica, asociada con la pobreza a través de la reducción de oportunidades que puede tener la mujer de trabajar fuera de casa, de su movilidad y acceso a la información y la escolarización de sus hijos.
Además del impacto directo de la violencia en la mujer y en su vida, los estudios de psicología y sociología, indican que la violencia doméstica contra la mujer también tiene consecuencia como lo dije antes, para sus hijos, tanto si son testigos, como si son víctimas de ella. Estas consecuencias se traducen en problemas de conducta, y a menudo reproductores de la misma violencia.
Pero no solo los gritos, el maltrato físico o psicológico que causa su compañero u otro hombre, que abusa de ella en cualquier lugar con palabras soeces, si no enfermedades que con el tiempo aparecen en las infecciones de trasmisión sexual, problemas ginecológicos, hipertensión, depresión, trastornos por ansiedad, cefaleas, enfermedades psicosomáticas y conductas alimentarias.
Con ello quiere prender unas alarmas, en que no solo la violencia que se causa a la mujer, es el impacto que dispara las estadísticas. Existe la violencia silenciosa que me deja impávido, como es la salud mental, el stress, la relación sexual forzada que provoca embarazos no deseados, y como lo mencioné antes las infecciones de trasmisión sexual o papilomas que llegan al cáncer en la mujer, causado por el hombre.
¿Y qué podemos decir del feminicidio? Donde cada día crece el número de mujeres muertas por la mano del hombre en nuestra región y Colombia. El gran problema del machismo invadido por los celos. Como si la mujer fuera propiedad del hombre.
El horror no ha desaparecido, desde que en 1981 se efectúo el primer encuentro feminista Latinoamericano, en defensa de la mujer, la mayoría de países ya han sido tenidos en cuenta en la defensa de sus derechos de equidad y género, gracias al activismo y las denuncias por violentar sus derechos humanos. Pero hace falta mucho, porque existe un hueco muy grande en el Derecho Internacional en materia de derechos de la mujeres y sobre todo en la trata de la mujer y la explotación sexual. E igualmente con el aborto, que en Colombia tiene una legislación de los hombres contra la mujer, batallas que no han tenido luces muy claras vulnerando el derecho a la concepción.
*Poeta y Escritor

domingo, 25 de noviembre de 2012

Cartas del lector


Amigo Bernardo:
Reinaldo Ramírez
Supongo que el hombre ha vivido sobre la tierra durante más de diez mil años y durante este larguísimo tiempo los seres humanos convivieron en paz y armonía con las demás formas de vida y, por consiguiente, los cambios en los ecosistemas apenas se notaron; pero aparece el capitalismo que transmite al hombre el germen del consumo desmedido y la enfermedad de la ambición y, ese sistema económico absurdo y violento, en escasos trescientos años, ha transformado a esos mismos seres vivos en individuos de alta peligrosidad que con su egoísmo enfermizo y su ilógico accionar ha logrado que el sistema natural que durante milenios permitió el surgimiento, el desarrollo y la permanencia de la vida en el planeta, esté ahora mismo al borde del colapso y la destrucción.
Resulta irónico que ese mismo hombre que ha creado el arte, la musica y la ciencia para explicar el universo y que sin fundamentos científicos creíbles se autodenomina racional, se haya convertido en el gran depredador y sea el mismo ser vivo empeñado con su soberbia infinita en el objetivo suicida de destruir la vida sobre la tierra.
Juan Gossaín acierta en su sombrío análisis de la realidad.
Atento saludo,
Reinaldo Ramírez  

sábado, 24 de noviembre de 2012

Gerardo Ramírez Rodríguez

Por Héctor Gómez Kabariq*
Me había propuesto no utilizar jamás este espacio generosamente concedido por mi paisano y colega Rafael Serrano Prada para tratar de hacer panegíricos a quienes se nos adelanten en la partida hacia el más allá.  No sé escribir en primera persona, el pesar debe ser íntimo, se están yendo muy seguido y al fin y al cabo los muertos ya no leen.
Homenaje póstumo
a  Gerardo Rmírez
Pero no contaba conque uno de ellos iba a ser Gerardo Ramírez Rodríguez, fallecido en esta ciudad hace escasos ocho días.
Con Gerardo empezamos a ejercer este oficio casi en forma simultánea por allá en 1972 en Radio Bucaramanga bajo la batuta de Jairo Saravia Hernández; tres años después también al mismo tiempo fuimos llevados a RCN Santander donde compartimos penas y alegrías durante una década hasta cuando él decidió cambiar de empresa.  Siempre, sin importar qué camisa radial vestíamos, mantuvimos una fraterna amistad.
La lectura, el debate, la velocidad en los teclados de las underwood, la guerra por la chiva, la mutua torpeza en el ajedrez, la afición por la música del maestro Morales, las madrugadas, uno que otro traguito y el mal genio de ambos, fueron factores que siempre nos unieron.  Hasta cuando él decidió abandonar las noticias y dedicarse a la cátedra como profesor de latín y griego y a disfrutar del solaz, decisión que siempre le envidié.
Habiéndose especializado en la información derivada de la economía, en la que era un verdadero experto, no fue sin embargo ajeno al cubrimiento de noticias políticas, gubernamentales, judiciales y hasta de farándula.  Haciendo gala en todos los casos de una gran responsabilidad, de un exquisito olfato para detectar la noticia, de una excelente redacción y de un buen poder de síntesis, elementos que lo distinguieron a su paso por Radio Bucaramanga, RCN, Todelar y Caracol.
Pero la mayor virtud de Gerardo era el sentido de la amistad.  Hombre franco, leal, íntegro, bondadoso y de grandes valores morales aprehendidos en el seminario. Por eso hoy se nos estruja el alma y se nos arruga el corazón.  Por ser quien fue.
Ojalá hoy esté hoy disfrutando las mieles del descanso eterno al lado de otros grandes amigos con quienes él y yo compartimos sala de redacción, entre ellos Jairo Saravia, Mario H. Ortega y Luis Daniel Vera.  Y al lado de otros colegas de esa época con quienes si bien no compartimos empresa siempre sostuvimos gran amistad como Emiliano Romero, Gabriel Suárez, Alirio Larrota y Armando Niño, entre otros.
“Fosforito”, ha dejado usted una imborrable huella en el periodismo y un inmenso vacío entre sus compinches Alfonso Pineda Quintero, Manuel Hernández, Bernardo Socha y yo.  Descanse en paz y vaya haciéndonos un campito.
*Afiliado Círculo Periodistas de Bucaramanga

sábado, 17 de noviembre de 2012

Y dónde está el estado

TRAFUGARIO
Por: JOSE OSCAR FAJARDO                                          
                Hace unos días atrás un periódico de la localidad entregó un informe sobre el descalabro social de la prostitución infantil en la ciudad capital del Departamento. Un vocero de la Policía Nacional de Bucaramanga manifestó que no se han detectado los sitios exactos donde se pueda ubicar el problema de una manera determinante.
Otros representantes del estado dijeron que se ejerce vigilancia en los sectores donde aparentemente se presentan los casos de prostitución infantil. Yo sostengo que el caso sí se da en la realidad pero no es fácil detectarlo porque hay que aprehender los autores en flagrancia o en condiciones que no permitan dudas. La lamentable y triste historia es que ¿Dónde está el Estado? Y yo no pregunto por el Estado policivo o el Estado represor-papá para que castigue al usuario de prostitutas infantiles por el delito cometido, porque debe hacerlo sin miramientos y sin dubitaciones, sino que dónde está el Estado que le garantice la supervivencia a esta criaturas, que generalmente son las hijas legítimas de un proletariado pauperizado en el mínimo de los casos, y en una abrumadora mayoría provenientes de núcleos  familiares de los barrios de las peleas de los perros donde la gente vive por debajo de la línea de la miseria económica que es de menos de un dólar al día, hoy algo así como 1700 pesos diarios, según datos del Programa  de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Esos núcleos sociales están formados por familias en lo general demasiado numerosas, de madres solteras, de padres desempleados, analfabetos o semianalfabetos tanto escolares como laborales, en muchos casos drogadictos o hijos de drogadictos o alcohólicos, desplazados, violados, es decir de los estratos menos uno, menos dos, hasta menos infinito. ¿En ese estado de cosas y en esas condiciones, cuál niña no se prostituye y cual niño no roba o también se prostituye? Es que la función del Estado no es castigar, que debe hacerlo como una acción persuasiva, sino prevenir este pandemonio social que cada día crece en progresión geométrica a medida que aumenta la pobreza dado que cada día que pasa el país crece más demográficamente. Como siempre hago en mis análisis, de no culpar al primero que se me ponga de frente, el problema no es de fácil solución. Me chocan sobremanera las actitudes mendicantes y las políticas paternalistas porque eso retrasa el verdadero desarrollo de las sociedades.
Pero si una niña es prostituta a los diez o doce años y madre a los doce a trece y fuera de eso ladrona, drogadicta, marihuanera, bazuquera o pegantera, y va para los niños también, es porque su núcleo familiar esta hecho albóndigas de Cuprus, y además, esas familias conforman las comunidades que superviven bajo un manto letal de miseria. Que se pega se pega. Pues, “el niño nace bueno y la sociedad lo corrompe”, decía don Juan Jacobo Rosseau. Para la muestra un botón y observen estas perlas. El Estado colombiano invierte un 1% del PIB en Educación, mientras que el 5.1% del mismo PIB es para la guerra. Y el problema no es de este gobernador ni del anterior. Ni de este alcalde ni del anterior. Este es un problema epidémico-endémico que tiene un origen económico-político-administrativo-cultural que no lo sanea ni el metafísico (brujo) de Barbosa que rezó el burro de la Sagrada Familia para que no volviera a tumbar la virgen. Me contó un policía de los que prestan guardia en la Gobernación, que en Boyacá, en una población donde hay minas de carbón, él le dijo a un niño de 12 años que no podía trabajar en la carbonera porque estaba prohibida la explotación laboral de los niños, y que el niño-adulto le respondió. ”Entonces dele usted de comer a mis seis hermanitos porque mi papá se murió y mi mamá no arrisca con todos los gastos”. Yo estoy seguro que ninguna niña quiere ser prostituta ni ningún niño quiere ser ladrón. Lo que pasa es que tienen necesidades básicas no satisfechas y esa tiene que ser política del Estado. ¿A quién le gustará dormir en un colchón de concreto y comer basura de una bolsa hedienta?

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