domingo, 28 de abril de 2013

Aceptación del error judicial en Colombia

                                      Por: Pedro Gerardo Tabares
Los 12.657 procesos que se indican por la autoridad competente creada recientemente para la protección del Estado, y que acepta promedio de estimación de 1.700'000.000 de pesos por cada proceso, causa estupor, como también lo causó aquello que en el pasado constituyó la ingente desaparición de dineros que se desviaron de una entidad que en los últimos años  no ha manejado ese tipo de recursos.
El error judicial tiene una orientación que no se alcanza a definir.
Se determina la razón lógica de la condena a inocentes que deben acudir a demandar, no porque el daño deba resarcirse, sino porque en cada persona hay un mínimo de ética que le da valor para reaccionar ante el Estado cuando lo atropella.
Sin embargo, notamos que cuando se elabora una demanda de esa magnitud, nadie se preocupa por examinar el fondo de la situación que la produce, puesto que en verdad ya no interesa la persona que actúo, sino una demostración de que quienes manejan el Estado en este caso, la rama judicial no son  idóneos para hacerlo, y cada día se aumenta esta deficiencia. Por eso habrá necesidad de examinar así sea equivocadamente alguna razón para tan lamentable situación.
La creación del Consejo Superior de la Judicatura, fue una aspiración perfecta del constituyente, pero con sólo la aspiración frustrada de suprimirlo se puede deducir que no dio los resultados anhelados, puesto que en sus manos han pasado 20 años para dirigir a los administradores de justicia, en cabeza de jueces y las sanciones para abogados, al lado del manejo del presupuesto de la rama judicial.
Loable también fue considerar la carrera para funcionarios y empleados y a cada funcionario colocarle un buen número de empleados que hagan lo que le corresponde a aquel, desde el entendido que físicamente le es imposible evacuar las sentencias que se le imponen y en oportunidades surge la aplicación de caprichos tradicionales o también una ambición desmedida de poder, desconociendo las normas para resolver, de tal manera que en el primer caso se institucionalizó una posibilidad de dejar pasar, dejar hacer, en contrario a la dinámica que crean las leyes; en la segunda connotación con un reconocimiento profesional sin que interese cuál es la responsabilidad de quien presta el servicio gratis, se tornó en esa facilidad para tomar decisiones sin la mesura necesaria; pero a ello hay que agregar el cambio radical de la orientación de la justicia penal que de la investigación que hacia el Estado, pasó a la influencia del interesado en obtener una condena sin que interese a quien se la impongan, usando medios de presentación de prueba que le den fuerza a la acusación y luego, finalmente a la decisión del juez, con las consecuencias que se anotan. Seguramente que si se analizaran estas elementales situaciones, partiendo de la integridad moral de cada uno de los funcionarios habría horizonte.

Propuesta Conpes para asegurar recursos

Mininterior e indígenas, si es posible
Por: Alejandro Arias  
Correo: alejandroarias@dialnet.net.co
Pasado un mes luego de la respuesta que publicáramos de Gloria Amparo Rodríguez a la columnista del periódico El Tiempo María Isabel Rueda me di a la tarea de averiguar qué avances se han dado en la relación Gobierno Nacional,  indígenas y minorías atendiendo, a mi juicio, las más relevantes complejidades de esa relación según la respuesta de Rodríguez.
Precisó en su oportunidad  Gloria Amparo que “efectivamente se presentan obstáculos con la consulta previa, los cuales nos convocan a todos (sector institucional, grupos étnicos y a la sociedad en general) a superarlos en el marco de un Estado que según la Constitución, debe caracterizarse por ser democrático, participativo y pluralista”.
Hoy el Gobierno Nacional y delegados de los pueblos indígenas de Colombia han acordado una hoja de ruta que culminaría – en julio de este año – en una propuesta de documento Conpes que aprueba y articula la política pública integral para estas comunidades.
El Consejero Mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia, Luis Fernando Arias, afirmó que “el objetivo es que en el mes de julio haya una propuesta conjunta, una propuesta Conpes para que los recursos se puedan asegurar en el plan de inversión del próximo año”.
Por su parte, el Viceministro del Interior, Aníbal Fernández de Soto, señaló que: “uno de los compromisos del Plan Nacional de Desarrollo es desarrollar una política pública construida participativamente con las comunidades indígenas. Luego de recibir propuestas de los delegados, y al cabo de varios espacios autónomos de decisión, elaboramos un cronograma que contiene todo el proceso de construcción colectiva y socialización de esta política intersectorial”.
La Mesa Permanente de Concertación determinó que durante éste y el próximo  mes las autoridades indígenas liderarán un proceso autónomo en las regiones para articular contenidos a partir de las experiencias y propuestas que tienen la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana, la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca y la Confederación Indígena Tayrona, entre otras.
Por otra parte, el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, el Ministro del Interior, Fernando Carrillo Flórez, y el Viceministro del Interior, Aníbal Fernández de Soto, se reunieron con líderes de los pueblos indígenas de Wiwa, Arhuaco, Kogi y Kankuamo, que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta; reiterando el compromiso del Gobierno Nacional con las comunidades indígenas.
Durante este encuentro se acordó conformar una Mesa Intersectorial que liderará el Ministerio del Interior la cual se encargará de hacer seguimiento a los temas que el Gobierno Nacional trabaje con los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Otro de los temas tratados en esta reunión fue el de Consulta Previa. Frente a este punto, precisamente el Gobernador Kankuamo, Jaime Arias, solicitó que se aclare que no son las comunidades indígenas las que tienen detenidos los procesos de consulta previa sobre algunas leyes y pidió que se realice un protocolo para esta mecánica.
Por su parte el Ministro del Interior, Fernando Carrillo Flórez, resaltó que desde ya se va a empezar a trabajar en la reglamentación de la Consulta Previa, la cual se realizará con las propias comunidades y va ser uno de los temas que se incluirá en la Mesa Intersectorial.
Una de las preocupaciones sentidas de Gloria Amparo Rodríguez fue la de establecer el momento clave para saber cuál es la forma más idónea para garantizar el derecho a la consulta previa en medidas legislativas, entre otras.
En su oportunidad Rodríguez precisó que era “importante tener claro entonces, cuáles son las normas que deben consultarse ya que existe gran incertidumbre al respecto. Así las cosas, es posible también que exista seguridad jurídica en la garantía de los derechos de estos pueblos y por eso el Tribunal Constitucional ha instado al Congreso y al Gobierno para adoptar una reglamentación sobre la forma y el procedimiento para realizar la consulta”.
Al indagar sobre esta inquietud el Viceministro del Interior, Aníbal Fernández de Soto, expuso que la intención del Gobierno Nacional es construir conjuntamente con las comunidades indígenas, negras, afrocolombianas y palenqueras y ROM protocolos para seguir profundizando y materializando el derecho fundamental a la Consulta Previa. “La idea es que se establezca de manera conjunta reglas claras en aspectos aun no reglamentados para que con esto se logre avanzar en los procesos de consulta sin que se vulnere el derecho que le asiste a las comunidades” acotó.
Si bien hay mucho trecho por recorrer, comparto el alcance de las palabras del representante de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, Todd Howland, en Valledupar con ocasión de la presentación del informe de gestión 2012: se notan los cambios, se pueden palpar favorables avances.

sábado, 27 de abril de 2013

Difícil dirección hacia la paz

                              Por: Pedro Gerardo Tabares C.
Los pronunciamientos en contra de la paz y la orientación hacia ella, con sus utópicos, pero necesarios apoyos, presentan las consabidas causas de enfrentamiento que los momentos históricos traen.
No hay pueblo en que la política haya influido con tan aguda divergencia, que se mantenga en el tiempo indefinidamente la aceptación de acuerdos o de imposición unilateral que acepte cualquiera de las partes, máxime cuando los comportamientos de una de ellas debe reconocer como contraria a la sociedad existente sus actuaciones y que por esa circunstancia causa graves traumatismo en la economía, las relaciones interpersonales, el dominio territorial que conlleva a calificativos muy pero que en nada práctico beneficia su pronunciamiento para el núcleo social en que se tornan pragmáticos.
Quienes han perdido batallas, se les ha truncado en atentados o aún vencido en batallas, no siempre con lo que se han pagado sus equivocaciones han sido sanciones que los elimine, sino que hasta han regresado al seno de una sociedad que los ha esperado para cambiar de alguna manera la concepción de la maldad.
Por eso cualquier radicalismo impide solucionar graves conflictos, y nuestro país no es ajeno a esa situaciones, por lo cual quienes no tienen dirección material de los acontecimientos con sólo su percepción y agudeza de pensamiento se tornen en orientadores decisorios de todo aquello cuya concepción es totalmente diferente, hasta el punto que que impida que haya nuevas propuestas, cuando las precedentes no han tenido acogida, y por ende sin resultados.
El pensamiento humano tiene aristas que quizá no se alcanza a comprender, cuando repudiamos una concepción, pero ésta se aplica quitándole alguna variante de la que el pensador que la entronizó modifica el conglomerado social con su aceptación, y aún en las democracias se modifica diametralmente la manera de pensar en una sociedad determinada, como se puede observar a cada momento.
Quienes por su calidad de intelectuales, directores de masas, intérpretes de pensamiento religiosos, o cultores de anquilosadas teorías que consideran válidas, pueden intervenir para morigerar sus candentes ataques, dejando un mínimo de criterio a quienes tienen decisión, claro está que con su aporte mesurado para buscar ese rótulo que ha sido la incógnita difícil de encontrar a través de los tiempos: la paz, que teóricamente está incluido en la Constitución Política Colombiana.

Es un Hampón

                                              Trafugario
                                           Por: José Óscar Fajardo                                             
A veces ocurren cosas que por su misma naturaleza lo dejan a uno perplejo. Y más que perplejo, aunque son hechos demasiado comunes en Colombia, anonadado de que ocurran ese tipo de cosas. Porque lo que voy a contar es un delito demasiado común en esta hermosa patria del espíritu santo. Aclaro que lo hago con una gran pena porque de pronto irrespeto a mis muy queridos lectores. ¿Por qué lo hago? Porque son delitos que la ley no tiene cómo castigarlos. Entro en materia. Primero que todo hago una pregunta. Usted qué opina, amigo lector, de un individuo al que se le da la confianza de que a su nombre salga un contrato, luego lo cobre y se robe la plata. Y si fuera mucha plata. Sencillamente que es un hampón y eso no tiene vuelta de hoja. ¿O será un dechado de virtudes éticas, morales, sociales y profesionales? No, porque repito, sencillamente es un hampón.  Aprovecharse de que un amigo suyo, amigo de verdad,  que lo respeta, incluso le ayuda profesionalmente, lo orienta, lo invita, le deposita toda la amistad del alma y una confianza fraterna, y este esperpento de hombre cuasi pseudo  subprofesional, le roba la plata ¿no es para considerarlo un bandido? Es que la sola traición a la amistad ya de por sí es un pecado imperdonable.  ¿Dónde está la dignidad? ¿Dónde está el decoro? ¿Dónde se quedaron los valores? Cómo carajos este vicho esperpéntico no tuvo compasión para quitarle a un hombre necesitado la comida de sus hijos.  
Algunos lectores estarán pensando que me volví muy trascendental y/o de pronto sensacionalista, pero no hay tal. Lo que da rabo es que este delito es demasiado común en Colombia, como lo afirmé desde un principio, y a la vez totalmente imposible de castigar porque todo lo tiene a su favor el delincuente. Dentro de los términos de la ley, nada hay para hacer. ¿Entonces cómo proceder? Castigarlo socialmente para que sienta alguna forma de repudio. Echarlo a la picota pública para que sus hijos y sus tres mujeres que tiene, y lógicamente que también engaña, se enteren de que ese papá y ese concubino no es otra cosa que un ratero. Hace un tiempo acá mismo hice el perfil psicoanalítico de los chismosos, también singular peste horrorosa de nuestro medio social, y esa columna fue publicada en otros medios radiales y escritos porque mucha gente se dio cuenta de que esa es una forma legítima de atacar semejante mal tan aberrante.  Y jamás cite un nombre propio. Desafortunadamente mi ética profesional y las leyes colombianas no me lo permiten porque debiera hacerlo. Es el único castigo.
Como  acá estoy haciendo lo mismo, esbozando un perfil de los parias silenciosos y ocultos, estoy seguro de no cometer un error profesional del cual tenga que arrepentirme. Reitero, es la única forma de castigo: el castigo social. Si ustedes hubieran visto la cara y el dolor de la comida de sus hijos de esa persona que genera esta lamentable y triste historia, desde ya me estarían dando su aplauso y brindando su total aprobación. Y lo más verraco de todo es que siempre utiliza expresiones como estas: “Si el Señor me lo permite”. “Dios mediante”. “Con la ayuda de Dios”. “Dios sabe cómo hace sus cosas”. “Dios le pague”. Y se persigna. Yo solo me pongo a pensar, pero qué clase de carroña es esta por Dios. Y lo más alucinante y verraco y más superverraco de todo, es que anda muerto de la risa como si robar a un amigo pobre fuera digno de enmarcar.  

lunes, 15 de abril de 2013

Cartas del lector

Estimado amigo Bermardo:
Reinaldo Ramírez
Felicito a todos mis hermanos venezolanos por el ejemplo  de tolerancia política que el pueblo de Venezuela le ha dado en estas recientes elecciones a Latinoamérica y al mundo.
Soy admirador de Hugo Rafael Chavez Frías, de Nicolás Maduro, del Socialismo Bolivariano y de ese grupo coherente de líderes populares y dirigentes del PSUV que con su ideología y su acción irrumpen con éxito en la política mundial para avanzar en el diseño y la conformación de una respuesta pacífica y democrática a la desigualdad, la violencia y la pobreza que genera, reproduce y acentúa en nuestros pueblos y en el mundo en capitalismo neoliberal.
Me preocupa para el futuro político de Venezuela y de los pueblos  latinoamericanos que haya sido tan escasa la victoria electoral de Nicolás Maduro, heredero político del comandante Hugo Chavez y adalid del Socialismo Bolivariano sobre la derecha recalcitrante, retardataria y proimperialista representada en esta oportunidad por Henrique Capriles.
Esta situación, a todas luces políticamente indeseable, debe mover al pueblo y a todos líderes que impulsan el Socialismo Bolivariano a una profunda reflexión política para desarrollar y profundizar en la conciencia popular las razones económicas, culturales e ideológicas que identifican el Socialismo Bolivariano como modelo autónomo y pacífico de respeto, soberanía nacional, desarrollo sostenible e igualdad de oportunidades para todos  que encarnan la visión y las soluciones sociales que propugna e identifican al proyecto socialista; de esta manera se logrará marcar con precisión en el imaginario colectivo los límites  reales y las diferencias estructurales, sociales y económicas  del Socialismo Bolivariano con esa visión egoista y engañosa basada en el lucro, la explotación y la miseria de las mayorías  que representa el modelo capitalista, expoliador y violento que ha gobernado, esclavizado y empobrecido a Venezuela y a América Latina por más de cien años.  
Atento saludo,
Reinaldo Rámírez

sábado, 13 de abril de 2013

Crece la polémica por revelar coordenadas

  “Uribe debe ser investigado por espionaje”
Autor: SEMANA. El representante a la Cámara 
es reconocido por su conocimiento en materia penal.
Tomado de Semana
POLÉMICA  Germán Navas dice que el expresidente incurrió en ese delito por su famoso trino de las coordenadas.
Navas Talero, quien demandó recientemente a Uribe por traición a la patria, por su responsabilidad en la defensa de la nación previa al fallo de La Haya sobre San Andrés, escarbó en el Código Penal y encontró que en el artículo 463 de esa norma se sancionan conductas como la del expresidente Uribe con su polémico trino, calificado de “irresponsable” por el presidente Juan Manuel Santos.    
Dicho artículo, incorporado en el capítulo de delitos contra la seguridad del Estado, define el espionaje de la siguiente manera: “El que indebidamente obtenga, emplee o revele secreto político, económico o militar relacionado con la seguridad del Estado”, y la sanción que establece es la prisión entre 64 a 216 meses, es decir entre 5 y 18 años de cárcel.
Navas, en su interpretación dice que Uribe obtuvo indebidamente un secreto político y militar de seguridad de Estado, lo empleó y lo reveló. “Ahí está muy claro”.
El congresista del Polo descartó por ahora denunciar al expresidente Uribe por este delito porque el fiscal general anunció una investigación. Navas considera que el camino es abrir un expediente por espionaje. Fuente: Semana



jueves, 11 de abril de 2013

El fomento del caos

                                         Por Gerardo Delgado Silva 
Cuando se llega a la cúpula de las altas posiciones del Estado, aún en el caso insólito del Señor Pastrana, no se puede ser ligero, ni ingrávido, en el sentido moral del vocablo.  Tanto menos si se procede bajo la presión de voces extrañas, en las que interviene también el Señor Uribe, que sólo ha prohijado la guerra, sepultando también muchos de los valores sobre los que se había construido el sistema general de la vida de la humanidad a lo largo de los siglos: el tejido mismo de la civilización contemporánea.
Ahora, con las críticas acervas del Señor Pastrana a los diálogos de paz, quiere que se desplome el espíritu de fe y confianza que alumbra el país para gozar de convivencia.  Es la consecuencia en ambos señores, de políticas abyectas, que hay que remediar. El mito del futuro les impide vivir.
Los griegos inventaron la noción del destino, que hace de los hombres monigotes ciegos bajo la planta inclemente de los dioses, como si fueran uvas.  Hasta que Esquilo dulcificó la humillación sugiriendo que contribuimos a la tragedia con nuestra soberbia y nuestras codicias.
Pero cuando los pueblos caen en los abismos de desfase moral como acontece ahora en Colombia, es fácil explicar esa clase de asaltos o intentos de asaltos contra las esperanzas de paz.  No es un ánimo patriótico el de los Señores expresidentes, si no una voz que descorre el velo de una intención proditoria una abominación, con la cual avalan los crímenes de lesa humanidad de los paramilitares, que cuentan con justificaciones de la extrema derecha.  Es decir, la ideología nazi.
Están en la mitad de los municipios en territorios de donde desplazaron a las Farc y al Eln con la siniestra política de masacrar campesinos y sindicalistas, acusándolos de ser “auxiliadores” de la guerrilla.  Los paramilitares eran los compinches del general Santoyo el hombre de la seguridad del presidente Uribe.  Quien tuvo el propósito de que se les confiriera estatus político.  Al fin y a la postre con los parapolíticos, fueron sus electores.  Los paramilitares como lo sabe todo el mundo, se tomaron el poder, exhibiendo su influencia no solo militar sino política, social y económica.
Las actitudes en detrimento de la dignidad de las víctimas y de la sociedad de Uribe y Pastrana, definen la decadencia de una clase dirigente y la degradación en que ha caído.  Por eso nos parece, también una falta de respeto con sus partidos y con el país.  Porque lo cierto, es que no oímos ante los genocidios eufemísticamente llamados “falsos positivos”, la voz de Pastrana ni registramos su protesta.
En puridad de verdad, los auténticos líderes nacieron del consenso público después de una confrontación ideológica y ética: Uribe Uribe, Herrera, Alfonso López, Gaitán, los dos Lleras, Álvaro Gómez, surgieron así en medio de la tempestad, demostrando su hombría de bien y nutriendo con la sabia ideológica de su pensamiento el discurrir histórico de la nación.  Lo otro es un calificable acto de audacia personal solo concebible como producto del estado de la corrupción de las costumbres políticas, que está viviendo el país. En el caso del Señor Pastrana como consecuencia también, claro está, de sostener falsas imágenes, la ansiedad, la soberbia, el resentimiento  y el odio por cuanto el proceso del Caguán terminó siendo un estruendoso fracaso.  Entrego una guerrilla militarmente fortificada y deslegitimada en lo político.  La revista Semana  de esa época, comentó: “Cuatro años después de haber encarnado la ilusión colectiva de un país, Andrés Pastrana se va de la Casa de Nariño con la peor imagen que haya tenido un presidente en la historia política del país”.
Estamos en el instante preciso de iniciar una gran cruzada de entereza pública que congregue a la Nación en defensa de los valores morales abolidos, la democracia maltratada, en Derecho Humanitario derruido.
Los Colombianos de hoy no podemos resultar inferiores a la inmensa tarea que nos ha señalado la historia.  Santos recibió un Estado que se estaba extinguiendo porque para algunos dirigentes, “La corrupción es lo mejor de lo peor”, como sentenciaban los romanos.  Al país hay que rehacerlo y este no es solo un ejercicio del Gobierno.  Todo por fortuna, esta siendo replanteado por el Presidente Santos, como el más intrépido defensor de los intereses nacionales en todos los aspectos de nuestra vida republicana.  Ha demostrado ante propios y extraños, que es un guardián insomne de la moral pública. 
Por el prestigio de Colombia Santos si está cerrándoles las puestas al narcotráfico, porque las drogas destruyen ante todo a la juventud y nos ha causado inmensos daños en lo ético, en lo político y en lo económico.  “El Estado recobró dignidad”, nos expresó Bruno Moro coordinador de la ONU en Colombia. 
Suena patético. Lo que contempla María Jimena Duzán, con impecable lucidez, que forma el estilo personalísimo de su valeroso pensamiento, al revelarnos las palabras del diálogo entre el presidente Betancur y el gobernador de Antioquia, Álvaro Villegas, en 1982 y que aparece en la biografía de este, escrita por Germán Jiménez.  Betancur se muestra justamente alarmado cuando dijo: “¿Cómo es posible que tengamos en la Alcaldía de Medellín a una persona de quien me han dicho tiene nexos con los narcotraficantes?”.
Es indispensable que el país contribuya, como lo demostró en las marchas, al empeño del gobierno de garantizar el mandato constitucional que establece para el Estado, el imperativo de la paz.
Esa labor de sanidad espiritual del Presidente Santos con los diálogos de paz, va alcanzar la finalidad redentora de devolvernos a los Colombianos la seguridad de poder vivir y avanzar protegidos en nuestros fueros.
Ante el envilecimiento de los valores humanos con esos denuestos  de Pastrana y Uribe, nos permite afirmar, sin ser psiquiatras, que estos dos ciudadanos comparten ese rincón oscuro de la conciencia que se llama esquizofrenia paranoide, donde duermen las pesadillas de la razón.  De ahí las desmesuras, sus ideas delirantes, sus ambiciones de poder ignorando los límites de la ética y el Derecho Humanitario para la protección de la población civil, obligatorio para Colombia según la Convención de Ginebra.
Se infiere que Uribe y Pastrana están más preocupados por ajustar cuentas, que por contribuir con la justicia.
“No hay victoria sino se pone fin a la guerra”, nos dice Montaigne, que amaba la paz y el reconocimiento de la dignidad humana como la inmensa mayoría de los colombianos de bien.
                                                                              Para       Bersoahoy.com sección opinión

lunes, 1 de abril de 2013

Un país humillado por el poder

Por: Bernardo Socha Acosta
Jamás los colombianos habíamos  sido tan humillados  e insultados por el poder de dos ex presidentes de la república que están utilizando a los medios de comunicación para desahogar  sus  frustraciones de lo que no pudieron hacer cuando los ciudadanos confiaron en ellos la misión de representarlos  desde la jefatura del estado.
El daño que Colombia está recibiendo  de los dos ex mandatarios es peor  que la sumatoria de los resultados de 50 años de guerra y así lo confirman las expresiones que son consignadas en los diversos noticieros.
Los señores ex presidentes están demostrando al unísono, que son los más guerreristas  contra Colombia, amparados en un título de ex mandatarios que erróneamente  piensan que de esta manera  se van a rencauchar políticamente para seguir manejando el poder.
Esa actitud que atenta contra el país, debe ser reprochada por los colombianos como manera de  rechazo al irespeto que están demostrando contra un pueblo que generosamente los escogió para gobernar al país en el pasado. Ya de hecho la opinión ha mostrado su rechazo tajante a través de las consultas que realizan los medios.
Que frustración que debe sentir un pueblo  ansioso  de  progreso y de paz, que sean los mismos ex presidentes  que  de una u otra forma  no ven cómo ponerle talanqueras  a una administración de estado que  ha buscado por todas las formas  y medios,  traerle a los colombianos  mejores días de los que ellos nos dejaron.
Pareciera que el cáncer de la envidia  pretendiera  frustrar  alguna posibilidad de  mejorar los niveles de vida para los colombianos y que en cambio quisieran que  esos porcentajes de  mendicidad y pobreza que alcanzamos hace unos 5 años,  siguieran su curso, para mantener  postrados  a millones de colombianos  y manejar mejor los feudos electorales de quienes se han autoproclamados  como dioses e infalibles salvadores de la democracia.  Que tristeza y qué equivocados  han estado  muchos colombianos que aún defienden causas perdidas.
Los señores ex presidentes  que  utilizan los medios modernos  para vilipendiar  al actual gobierno  no están haciéndolo por buscarle mejores días al país o preocupados por el pueblo colombiano; están sencillamente   tratando de utilizar  al electorado para sus beneficios  políticos, ante el temor de una posible reelección del actual mandatario. Ese es todo el  afán que los lleva esas dimensiones que le están causando el peor daño a Colombia.
Y para finalizar estas consideraciones, creemos que uno de los aportes que puede hacer la gran prensa nacional e internacional en favor de Colombia, es ignorar ese comportamiento inadecuado de los ‘ilustres’ en referencia. Este es el pensamiento de un humilde colombiano, que con el respeto que merecen los protagonistas del episodio  referido,  quiere exteriorizar lo que siente aprovechando  que nuestra carta Magna defiende el derecho de opinión. 

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