sábado, 27 de abril de 2013

Es un Hampón

                                              Trafugario
                                           Por: José Óscar Fajardo                                             
A veces ocurren cosas que por su misma naturaleza lo dejan a uno perplejo. Y más que perplejo, aunque son hechos demasiado comunes en Colombia, anonadado de que ocurran ese tipo de cosas. Porque lo que voy a contar es un delito demasiado común en esta hermosa patria del espíritu santo. Aclaro que lo hago con una gran pena porque de pronto irrespeto a mis muy queridos lectores. ¿Por qué lo hago? Porque son delitos que la ley no tiene cómo castigarlos. Entro en materia. Primero que todo hago una pregunta. Usted qué opina, amigo lector, de un individuo al que se le da la confianza de que a su nombre salga un contrato, luego lo cobre y se robe la plata. Y si fuera mucha plata. Sencillamente que es un hampón y eso no tiene vuelta de hoja. ¿O será un dechado de virtudes éticas, morales, sociales y profesionales? No, porque repito, sencillamente es un hampón.  Aprovecharse de que un amigo suyo, amigo de verdad,  que lo respeta, incluso le ayuda profesionalmente, lo orienta, lo invita, le deposita toda la amistad del alma y una confianza fraterna, y este esperpento de hombre cuasi pseudo  subprofesional, le roba la plata ¿no es para considerarlo un bandido? Es que la sola traición a la amistad ya de por sí es un pecado imperdonable.  ¿Dónde está la dignidad? ¿Dónde está el decoro? ¿Dónde se quedaron los valores? Cómo carajos este vicho esperpéntico no tuvo compasión para quitarle a un hombre necesitado la comida de sus hijos.  
Algunos lectores estarán pensando que me volví muy trascendental y/o de pronto sensacionalista, pero no hay tal. Lo que da rabo es que este delito es demasiado común en Colombia, como lo afirmé desde un principio, y a la vez totalmente imposible de castigar porque todo lo tiene a su favor el delincuente. Dentro de los términos de la ley, nada hay para hacer. ¿Entonces cómo proceder? Castigarlo socialmente para que sienta alguna forma de repudio. Echarlo a la picota pública para que sus hijos y sus tres mujeres que tiene, y lógicamente que también engaña, se enteren de que ese papá y ese concubino no es otra cosa que un ratero. Hace un tiempo acá mismo hice el perfil psicoanalítico de los chismosos, también singular peste horrorosa de nuestro medio social, y esa columna fue publicada en otros medios radiales y escritos porque mucha gente se dio cuenta de que esa es una forma legítima de atacar semejante mal tan aberrante.  Y jamás cite un nombre propio. Desafortunadamente mi ética profesional y las leyes colombianas no me lo permiten porque debiera hacerlo. Es el único castigo.
Como  acá estoy haciendo lo mismo, esbozando un perfil de los parias silenciosos y ocultos, estoy seguro de no cometer un error profesional del cual tenga que arrepentirme. Reitero, es la única forma de castigo: el castigo social. Si ustedes hubieran visto la cara y el dolor de la comida de sus hijos de esa persona que genera esta lamentable y triste historia, desde ya me estarían dando su aplauso y brindando su total aprobación. Y lo más verraco de todo es que siempre utiliza expresiones como estas: “Si el Señor me lo permite”. “Dios mediante”. “Con la ayuda de Dios”. “Dios sabe cómo hace sus cosas”. “Dios le pague”. Y se persigna. Yo solo me pongo a pensar, pero qué clase de carroña es esta por Dios. Y lo más alucinante y verraco y más superverraco de todo, es que anda muerto de la risa como si robar a un amigo pobre fuera digno de enmarcar.  

lunes, 15 de abril de 2013

Cartas del lector

Estimado amigo Bermardo:
Reinaldo Ramírez
Felicito a todos mis hermanos venezolanos por el ejemplo  de tolerancia política que el pueblo de Venezuela le ha dado en estas recientes elecciones a Latinoamérica y al mundo.
Soy admirador de Hugo Rafael Chavez Frías, de Nicolás Maduro, del Socialismo Bolivariano y de ese grupo coherente de líderes populares y dirigentes del PSUV que con su ideología y su acción irrumpen con éxito en la política mundial para avanzar en el diseño y la conformación de una respuesta pacífica y democrática a la desigualdad, la violencia y la pobreza que genera, reproduce y acentúa en nuestros pueblos y en el mundo en capitalismo neoliberal.
Me preocupa para el futuro político de Venezuela y de los pueblos  latinoamericanos que haya sido tan escasa la victoria electoral de Nicolás Maduro, heredero político del comandante Hugo Chavez y adalid del Socialismo Bolivariano sobre la derecha recalcitrante, retardataria y proimperialista representada en esta oportunidad por Henrique Capriles.
Esta situación, a todas luces políticamente indeseable, debe mover al pueblo y a todos líderes que impulsan el Socialismo Bolivariano a una profunda reflexión política para desarrollar y profundizar en la conciencia popular las razones económicas, culturales e ideológicas que identifican el Socialismo Bolivariano como modelo autónomo y pacífico de respeto, soberanía nacional, desarrollo sostenible e igualdad de oportunidades para todos  que encarnan la visión y las soluciones sociales que propugna e identifican al proyecto socialista; de esta manera se logrará marcar con precisión en el imaginario colectivo los límites  reales y las diferencias estructurales, sociales y económicas  del Socialismo Bolivariano con esa visión egoista y engañosa basada en el lucro, la explotación y la miseria de las mayorías  que representa el modelo capitalista, expoliador y violento que ha gobernado, esclavizado y empobrecido a Venezuela y a América Latina por más de cien años.  
Atento saludo,
Reinaldo Rámírez

sábado, 13 de abril de 2013

Crece la polémica por revelar coordenadas

  “Uribe debe ser investigado por espionaje”
Autor: SEMANA. El representante a la Cámara 
es reconocido por su conocimiento en materia penal.
Tomado de Semana
POLÉMICA  Germán Navas dice que el expresidente incurrió en ese delito por su famoso trino de las coordenadas.
Navas Talero, quien demandó recientemente a Uribe por traición a la patria, por su responsabilidad en la defensa de la nación previa al fallo de La Haya sobre San Andrés, escarbó en el Código Penal y encontró que en el artículo 463 de esa norma se sancionan conductas como la del expresidente Uribe con su polémico trino, calificado de “irresponsable” por el presidente Juan Manuel Santos.    
Dicho artículo, incorporado en el capítulo de delitos contra la seguridad del Estado, define el espionaje de la siguiente manera: “El que indebidamente obtenga, emplee o revele secreto político, económico o militar relacionado con la seguridad del Estado”, y la sanción que establece es la prisión entre 64 a 216 meses, es decir entre 5 y 18 años de cárcel.
Navas, en su interpretación dice que Uribe obtuvo indebidamente un secreto político y militar de seguridad de Estado, lo empleó y lo reveló. “Ahí está muy claro”.
El congresista del Polo descartó por ahora denunciar al expresidente Uribe por este delito porque el fiscal general anunció una investigación. Navas considera que el camino es abrir un expediente por espionaje. Fuente: Semana



jueves, 11 de abril de 2013

El fomento del caos

                                         Por Gerardo Delgado Silva 
Cuando se llega a la cúpula de las altas posiciones del Estado, aún en el caso insólito del Señor Pastrana, no se puede ser ligero, ni ingrávido, en el sentido moral del vocablo.  Tanto menos si se procede bajo la presión de voces extrañas, en las que interviene también el Señor Uribe, que sólo ha prohijado la guerra, sepultando también muchos de los valores sobre los que se había construido el sistema general de la vida de la humanidad a lo largo de los siglos: el tejido mismo de la civilización contemporánea.
Ahora, con las críticas acervas del Señor Pastrana a los diálogos de paz, quiere que se desplome el espíritu de fe y confianza que alumbra el país para gozar de convivencia.  Es la consecuencia en ambos señores, de políticas abyectas, que hay que remediar. El mito del futuro les impide vivir.
Los griegos inventaron la noción del destino, que hace de los hombres monigotes ciegos bajo la planta inclemente de los dioses, como si fueran uvas.  Hasta que Esquilo dulcificó la humillación sugiriendo que contribuimos a la tragedia con nuestra soberbia y nuestras codicias.
Pero cuando los pueblos caen en los abismos de desfase moral como acontece ahora en Colombia, es fácil explicar esa clase de asaltos o intentos de asaltos contra las esperanzas de paz.  No es un ánimo patriótico el de los Señores expresidentes, si no una voz que descorre el velo de una intención proditoria una abominación, con la cual avalan los crímenes de lesa humanidad de los paramilitares, que cuentan con justificaciones de la extrema derecha.  Es decir, la ideología nazi.
Están en la mitad de los municipios en territorios de donde desplazaron a las Farc y al Eln con la siniestra política de masacrar campesinos y sindicalistas, acusándolos de ser “auxiliadores” de la guerrilla.  Los paramilitares eran los compinches del general Santoyo el hombre de la seguridad del presidente Uribe.  Quien tuvo el propósito de que se les confiriera estatus político.  Al fin y a la postre con los parapolíticos, fueron sus electores.  Los paramilitares como lo sabe todo el mundo, se tomaron el poder, exhibiendo su influencia no solo militar sino política, social y económica.
Las actitudes en detrimento de la dignidad de las víctimas y de la sociedad de Uribe y Pastrana, definen la decadencia de una clase dirigente y la degradación en que ha caído.  Por eso nos parece, también una falta de respeto con sus partidos y con el país.  Porque lo cierto, es que no oímos ante los genocidios eufemísticamente llamados “falsos positivos”, la voz de Pastrana ni registramos su protesta.
En puridad de verdad, los auténticos líderes nacieron del consenso público después de una confrontación ideológica y ética: Uribe Uribe, Herrera, Alfonso López, Gaitán, los dos Lleras, Álvaro Gómez, surgieron así en medio de la tempestad, demostrando su hombría de bien y nutriendo con la sabia ideológica de su pensamiento el discurrir histórico de la nación.  Lo otro es un calificable acto de audacia personal solo concebible como producto del estado de la corrupción de las costumbres políticas, que está viviendo el país. En el caso del Señor Pastrana como consecuencia también, claro está, de sostener falsas imágenes, la ansiedad, la soberbia, el resentimiento  y el odio por cuanto el proceso del Caguán terminó siendo un estruendoso fracaso.  Entrego una guerrilla militarmente fortificada y deslegitimada en lo político.  La revista Semana  de esa época, comentó: “Cuatro años después de haber encarnado la ilusión colectiva de un país, Andrés Pastrana se va de la Casa de Nariño con la peor imagen que haya tenido un presidente en la historia política del país”.
Estamos en el instante preciso de iniciar una gran cruzada de entereza pública que congregue a la Nación en defensa de los valores morales abolidos, la democracia maltratada, en Derecho Humanitario derruido.
Los Colombianos de hoy no podemos resultar inferiores a la inmensa tarea que nos ha señalado la historia.  Santos recibió un Estado que se estaba extinguiendo porque para algunos dirigentes, “La corrupción es lo mejor de lo peor”, como sentenciaban los romanos.  Al país hay que rehacerlo y este no es solo un ejercicio del Gobierno.  Todo por fortuna, esta siendo replanteado por el Presidente Santos, como el más intrépido defensor de los intereses nacionales en todos los aspectos de nuestra vida republicana.  Ha demostrado ante propios y extraños, que es un guardián insomne de la moral pública. 
Por el prestigio de Colombia Santos si está cerrándoles las puestas al narcotráfico, porque las drogas destruyen ante todo a la juventud y nos ha causado inmensos daños en lo ético, en lo político y en lo económico.  “El Estado recobró dignidad”, nos expresó Bruno Moro coordinador de la ONU en Colombia. 
Suena patético. Lo que contempla María Jimena Duzán, con impecable lucidez, que forma el estilo personalísimo de su valeroso pensamiento, al revelarnos las palabras del diálogo entre el presidente Betancur y el gobernador de Antioquia, Álvaro Villegas, en 1982 y que aparece en la biografía de este, escrita por Germán Jiménez.  Betancur se muestra justamente alarmado cuando dijo: “¿Cómo es posible que tengamos en la Alcaldía de Medellín a una persona de quien me han dicho tiene nexos con los narcotraficantes?”.
Es indispensable que el país contribuya, como lo demostró en las marchas, al empeño del gobierno de garantizar el mandato constitucional que establece para el Estado, el imperativo de la paz.
Esa labor de sanidad espiritual del Presidente Santos con los diálogos de paz, va alcanzar la finalidad redentora de devolvernos a los Colombianos la seguridad de poder vivir y avanzar protegidos en nuestros fueros.
Ante el envilecimiento de los valores humanos con esos denuestos  de Pastrana y Uribe, nos permite afirmar, sin ser psiquiatras, que estos dos ciudadanos comparten ese rincón oscuro de la conciencia que se llama esquizofrenia paranoide, donde duermen las pesadillas de la razón.  De ahí las desmesuras, sus ideas delirantes, sus ambiciones de poder ignorando los límites de la ética y el Derecho Humanitario para la protección de la población civil, obligatorio para Colombia según la Convención de Ginebra.
Se infiere que Uribe y Pastrana están más preocupados por ajustar cuentas, que por contribuir con la justicia.
“No hay victoria sino se pone fin a la guerra”, nos dice Montaigne, que amaba la paz y el reconocimiento de la dignidad humana como la inmensa mayoría de los colombianos de bien.
                                                                              Para       Bersoahoy.com sección opinión

lunes, 1 de abril de 2013

Un país humillado por el poder

Por: Bernardo Socha Acosta
Jamás los colombianos habíamos  sido tan humillados  e insultados por el poder de dos ex presidentes de la república que están utilizando a los medios de comunicación para desahogar  sus  frustraciones de lo que no pudieron hacer cuando los ciudadanos confiaron en ellos la misión de representarlos  desde la jefatura del estado.
El daño que Colombia está recibiendo  de los dos ex mandatarios es peor  que la sumatoria de los resultados de 50 años de guerra y así lo confirman las expresiones que son consignadas en los diversos noticieros.
Los señores ex presidentes están demostrando al unísono, que son los más guerreristas  contra Colombia, amparados en un título de ex mandatarios que erróneamente  piensan que de esta manera  se van a rencauchar políticamente para seguir manejando el poder.
Esa actitud que atenta contra el país, debe ser reprochada por los colombianos como manera de  rechazo al irespeto que están demostrando contra un pueblo que generosamente los escogió para gobernar al país en el pasado. Ya de hecho la opinión ha mostrado su rechazo tajante a través de las consultas que realizan los medios.
Que frustración que debe sentir un pueblo  ansioso  de  progreso y de paz, que sean los mismos ex presidentes  que  de una u otra forma  no ven cómo ponerle talanqueras  a una administración de estado que  ha buscado por todas las formas  y medios,  traerle a los colombianos  mejores días de los que ellos nos dejaron.
Pareciera que el cáncer de la envidia  pretendiera  frustrar  alguna posibilidad de  mejorar los niveles de vida para los colombianos y que en cambio quisieran que  esos porcentajes de  mendicidad y pobreza que alcanzamos hace unos 5 años,  siguieran su curso, para mantener  postrados  a millones de colombianos  y manejar mejor los feudos electorales de quienes se han autoproclamados  como dioses e infalibles salvadores de la democracia.  Que tristeza y qué equivocados  han estado  muchos colombianos que aún defienden causas perdidas.
Los señores ex presidentes  que  utilizan los medios modernos  para vilipendiar  al actual gobierno  no están haciéndolo por buscarle mejores días al país o preocupados por el pueblo colombiano; están sencillamente   tratando de utilizar  al electorado para sus beneficios  políticos, ante el temor de una posible reelección del actual mandatario. Ese es todo el  afán que los lleva esas dimensiones que le están causando el peor daño a Colombia.
Y para finalizar estas consideraciones, creemos que uno de los aportes que puede hacer la gran prensa nacional e internacional en favor de Colombia, es ignorar ese comportamiento inadecuado de los ‘ilustres’ en referencia. Este es el pensamiento de un humilde colombiano, que con el respeto que merecen los protagonistas del episodio  referido,  quiere exteriorizar lo que siente aprovechando  que nuestra carta Magna defiende el derecho de opinión. 

domingo, 31 de marzo de 2013

Una fortaleza perdida en la Costa Atlántica

      Santa Marta: La muerte de otro fuerte
                                               Por: Alejandro Arias 
 alejandroarias@dialnet.net.co
Reseñó el historiador samario Alvaro Ospina Valiente al citar el libro “Piratas en Santa Marta”, del también historiador samario Arturo Bermúdez, que mientras las otras ciudades de la región prosperaban, Santa Marta veía cómo las flotas de galeones se alejaban de su puerto debido a que los ataques de los piratas se repetían con frecuencia y su población disminuía.
Que en el año de 1543 Santa Marta fue atacada por el pirata francés Roberto Ball y las tomas continuaron en los años sucesivos de suerte que en 37 años, entre 1655 y 1692, la ciudad fue atacada y quemada en diecinueve ocasiones por los piratas lo que obligó a las autoridades españolas a construir, a lo largo de los siglos XVII y XVIII, seis fuertes y dos veladeros para resguardar la ciudad.
Fueron éstos los fuertes de San Juan y San Vicente en Santa Bárbara, Nuestra Señora de la Caridad en Punta Betín, San Antonio y Punta de Lipe en San Fernando y El Morro, además de los veladeros de San José y cerro de la Pedrera.
San Fernando
Por su parte, la obra de investigación de Jimena Montaña Cuéllar, publicado por la Biblioteca Luis Ángel Arango, nos enseña que Santa Marta desde su fundación se convirtió en el punto de partida de las expediciones hacia el interior remontando el Gran Río de la Magdalena. Fue también sede militar y de allí salían los ejércitos encargados de la ´pacificación de los aborígenes´. La amistad con los indígenas duró bastante poco y se desencadenó la matanza y destrucción de las ciudades originales.
Lo que obligó al gobernador Juan Beltrán de Caicedo, según Montaña Cuellar, en las primeras décadas del siglo XVIII, a pesar de una aparente paz, a construir una fortaleza en las estribaciones del cerro sur que bautizó San Fernando, en honor al futuro Rey Fernando VI. En principio fue una plataforma con parapeto (voladizo para proteger el pecho de los soldados) y cuatro cañones que disparaban a ras. Con esto se lograba un cierre inconcluso del sur de la bahía y se taponaba el ingreso en caso de desembarco.
Jimena continúa enseñándonos que en 1743 el gobernador Don Juan de Aristegui encontró las fortalezas de la ciudad imposibilitadas para detener realmente cualquier ataque y solicitó ayuda al virrey de Cartagena. Éste, por orden del Rey Felipe V, envió al ingeniero militar Antonio de Arévalo quien recomendó, luego de hacer un sondeo y plano de la bahía, reforzar las construcciones que ya había y mejorar San Fernando, atronerando el sector oeste y emplazando siete cañones. Además de construir una vigía en la cima del monte con una pequeña batería, que fue revelada luego por el siguiente ingeniero militar, Miguel Hernández.
Publicaciones éstas hicieron que las visitas al Fuerte de San Fernando fueran emocionantes máxime cuando la magia de su arquitectura, cerca al mar, generaba un embrujo especial. Fuerte que hace cinco años se veía así:  Ampliación

sábado, 30 de marzo de 2013

Nuevo Papa

                                                     Por: Pedro Gerardo Tabares C.
En lengua muerta se informó que la religión con más adeptos en el mundo tenía ungido al director espiritual y terrenal entre las jerarquías que se conservan para el gobierno de la iglesia católica, apostólica y romana, en una inusual reunión que sin la prolongada continuidad de lo que han constituido a través del tiempo, la designación del papa fue en esta ocasión en un tiempo record. Se escogió un prelado que tiene varias connotaciones de identificación: la primera está en elegir a quien proviene de la Argentina en el extremo sur del continente americano, de ese país que en los últimos años ha sido noticia mundial por otras razones.
Un hombre, que si se examina su lenguaje expone los principios que profesa en forma similar al maestro de galilea, en parábolas. Sigue la iglesia católica considerando que no es solamente en su gobierno, la vigencia de Roma o europeos, sin dejar de lado los extremos que han orientado rusos y alemanes para considerar cultores de una lengua que abarca también amplio espectro de ella, el castellano, en América desde luego de origen europeo.
Quizá lo más importante sea que el cardenal ahora papa Francisco, pertenezca a una de las corrientes intelectuales si se quiere a la más notable por sus avances ideológicos como son los jesuitas. Si bien su orientación ha marcado un hito en lo eclesial no puede decirse que sean cultores de pensamiento anquilosado, sino por el contrario, orientado por teorías de avanzada, sin mirar las persecuciones de que han sido objeto, siempre han tenido en alto las banderas del saber y la comprensión para que dentro de la espiritualidad se confronten las teorías que van surgiendo en la evolución del pensamiento incluyendo los católicos y que sin la dispersión de las jerarquías va transformando el común devenir de la iglesia y de sus feligreses que están expectantes a los giros que pueda dar la iglesia católica para adaptarse al mundo moderno en la misma forma que ya lo ha hecho al aceptar la evolución de los descubrimientos y resolver los comportamientos en los cuales ha tomado parte, pero dentro de la solemnidad, se mantenía en la ausencia de divulgación.
Ojala con el nuevo director de almas se entre a la aceptación de verdades humanas.
Le quedan retos que es ya vislumbro su predecesor, reflejando su renuncia a la defensa de lo existente, frente a realidades no de fácil comprensión de cara a los postulados altruistas, espirituales y decisión del más allá, frente a las realidades terrenales que deben hacer simbiosis para la perfección del ser humano.
La iglesia católica en este orden  celebró otra  semana Santa con todas sus galas con el nuevo jerarca de la cristiandad en el mundo. 

jueves, 28 de marzo de 2013

Desconceptuando el proceso de paz

Expresidente Pastrana le dio la alternativa a Carrillo
Horacio Serpa
Sin proponérselo, claro está, el ex Presidente Pastrana Arango le dio la alternativa política al Ministro del Interior Fernando Carrillo. Sintió en el alma los requerimientos del ex Constituyente sobre las declaraciones que expresó el domingo para desconceptuar el proceso de paz del presidente Santos, y le contestó duro, al pleno rostro, para dejarlo fuera de combate. Pero lo que hizo fue graduarlo en alta política y reconocerlo como auténtico vocero del presidente Santos. No importa que dijera que no se rebajaría a discutir con el Ministro. Ya lo había hecho. Feliz debe estar el funcionario.
Todos sabemos que Fernando Carrillo es un hombre sano, de irreprochable trayectoria. Joven fue protagonista en la Séptima Papeleta, en la Academia y en la Constituyente. Luego se desempeñó como Ministro de Justicia del expresidente Cesar Gaviria Trujillo, en esa época turbulenta en la que el capo de capos se voló de La Catedral. Luego de seguir su carrera de especializaciones en las más connotadas universidades extranjeras, desempeñó en el BID importantes funciones en Washington, París y Brasilia. De allí vino a apoyar la gestión del actual gobierno.
El doctor Pastrana fue notablemente injusto con el Ministro del Interior. Todos sabemos que no fungió como “camarero de Pablo Escobar”, apreciación que da para mucho en la mente de quienes no están bien informados sobre los hechos de esa época difícil, en la que fue secuestrado por la mafia quien luego fuera Alcalde Bogotá. El doctor Pastrana cometió lo que los abogados de antes llamábamos “exceso en la legítima defensa”.
El expresidente Pastrana debiera pensar un ratico en por qué sus recientes declaraciones sobre el proceso de paz causaron tantas inquietudes y preocupaciones en los que consideramos viable la estrategia de buscar la reconciliación por medio de los diálogos, en el marco de una estrategia política que en tantas partes del mundo, aquí mismo, se ha realizado con buenos resultados. Él ha sido abanderado de esa causa. El proceso de paz del Caguán fracasó, pero fue un esfuerzo importante, de buena fe, en la que sin duda hizo todo lo posible por salir adelante. Siempre he elogiado  como un golpe de audacia y de valor ir a hablar con Marulanda Velez, a San Vicente del Caguán.
Ola Política hizo un análisis serio de las declaraciones del expresidente. Nada le parece bueno. Todo es equivocado, extemporáneo, irresponsable, descomedido, de imprevisibles y  desastrosas consecuencias. No puede ser para tanto. Ni el Presidente Santos está chiflado ni es un irresponsable ni sus colaboradores son tan descriteriados como para que su gestión en La Habana pueda calificarse de inútil, absurda, inconveniente, improcedente e inapropiada. Fue lo que dijo el doctor Pastrana el domingo.
Nadie duda de la importancia del expresidente. Al contrario, se le reclama y hasta cuestiona es porque sus antecedentes, su dimensión política y sus opiniones merecen consideración. Pero se volvió de una  susceptibilidad extrema. Y “cuando Dios quiere perder a los hombres, los vuelve soberbios”.
Madrid (España), 26 de Marzo, 2013 – Columna del Nuevo Siglo

Una fuerza política aniquilada por las armas

Reparar a la Unión Patriótica
Tomado de: Anarkismo.net
Tomado de Kienyke
Por Antonio Sanguino | 
Tenemos suficientes razones para sentir vergüenza ante el mundo. Una de ellas es el genocidio de la Unión Patriótica. Una sociedad que permita la eliminación a sangre y fuego de un movimiento político tiene pocos motivos para enorgullecerse. Paradójico que la UP concebida como un instrumento de paz terminara en un baño de sangre. Fundada en 1985 en el marco del fallido proceso de paz entre el Gobierno Betancourt y las FARC, buscaba ofrecer un mecanismo de participación política legal para cuando esta organización guerrillera firmara la paz.
Pocos casos similares se pueden enumerar. Seguramente las sangrientas dictaduras militares de Centroamérica y el Cono Sur. Pero en democracia es difícil encontrar una fuerza política a la que hayan asesinado dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, trece diputados, setenta concejales, once alcaldes y tres mil quinientos militantes y activistas. Un verdadero genocidio puesto en conocimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cometido por una alianza criminal de agentes del Estado, grupos paramilitares, bandas de narcotraficantes, empresarios agrícolas y políticos tradicionales. Un torbellino de razones se trenzó en esta matazón. Pero el investigador Mauricio Romero en su trabajo “Autodefensas y Paramilitares” defiende la hipótesis de que fue una ofensiva contra las reformas derivadas de la paz de los ochentas.
Nos dirán que, sin embargo, tenemos la democracia más antigua del continente. Que elegimos sin interrupción y por voto popular durante todo el Siglo XX y lo corrido del XXI -salvo la breve y consentida dictadura de Rojas Pinilla- Presidente y Congreso de la República, Concejos municipales y Asambleas Departamentales. Y más recientemente Alcaldes y Gobernadores.
Nos recordarán que tenemos partidos históricos que como el Liberal y el Conservador son de los más antiguos de América. Y que la mujer colombiana adquirió ciudadanía política desde 1957, mucho antes que muchas democracias consolidadas del mundo. Por todo ello, la estabilidad institucional se esgrime como un valor de nuestro sistema político.
Pero estos argumentos no alcanzan para explicar la atávica violencia que caracteriza el régimen político colombiano. Es un rasgo permanente acudir a la violencia para dirimir nuestros conflictos públicos. Como también ha sido una costumbre usar la violencia para perseguir al opositor político. Desde la “Patria Boba” hasta nuestros días, para solo hablar del período republicano.
Por ello, erradicar el uso de la violencia con fines políticos es quizás el principal desafío de la democracia colombiana. Es una tarea inmensa. La paz con las guerrillas contribuye a ello. Pero se requiere una verdadera revolución cultural en la manera como asumimos y tramitamos los conflictos políticos. Y actos reparativos que envíen el mensaje de la no repetición. Restituir la personería jurídica de la UP y otorgar favorabilidades adicionales para esta fuerza política puede ser uno de ellos. Y un acto verdadero de reconciliación que cumple además los artículos 151 y 152 de la Ley de Víctimas sobre reparación colectiva de Organizaciones Políticas. Los victimarios sabrán con ello que fracasaron en su intento de asesinar a la UP. Y el mundo, que estamos dispuestos a encarar nuestras vergüenzas.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...